En una interpelación urgente ante el Pleno del Congreso por parte del PNV, Jáuregui ha defendido también la postura de "firmeza" que, según él, ha mantenido el Ejecutivo desde que comenzó la represión de las protestas en Sirias a mediados de marzo y las gestiones realizadas tanto en el seno de la Unión Europea como de Naciones Unidas para condenar la actuación del régimen sirio.
Desde el Gobierno, ha explicado aclarando que no podía ser "más explícito", "estamos alentando y siguiendo con mucha atención los esfuerzos de la oposición siria para impulsar un movimiento de alternativa al régimen".
"No creemos que haya otra alternativa que la instauración de un régimen democrático y la salida de ese gobierno para que se abra un proceso de transición pacífico y democrático como ha ocurrido en otros países de la 'Primavera Arabe'", ha subrayado.
APOYO AL PUEBLO SIRIO
El Gobierno español, ha asegurado, "apoya con determinación y respeto las legítimas aspiraciones expresadas por los ciudadanos sirios" y "seguirá apoyando con todas sus fuerzas al pueblo sirio en su lucha por una libertad que merecen, por una dignidad y un progreso que merecen".
No obstante, Jáuregui ha dejado claro que el Ejecutivo realizará sus gestiones "con la comunidad internacional y con la prudencia y la inteligencia que en este caso reclama la eficacia", y ha negado que en el caso de Siria se haya actuado "pasivamente y con lentitud".
En este sentido, como ya hiciera la ministra de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Trinidad Jiménez, ha descartado cerrar la Embajada española en Damasco, como hizo Italia este verano de forma unilateral para luego volver a abrirla, ya que ello supondría que no se podrían representar los intereses de los alrededor de 1.200 españoles en el país y no se podría mantener "un nivel de contacto con la oposición" como el que hay con la legación abierta.
"REPRESIÓN BRUTAL"
Jáuregui ha coincidido con el diputado del PNV Aitor Esteban, encargado de presentar la interpelación, en que el régimen de Bashar al Assad es "un régimen de represión brutal, de violación sistemática de los Derechos Humanos" que ha llevado a cabo "actuaciones intolerables" como la privación de agua o electricidad "como castigo" a la población así como "torturas y asesinatos".
Así las cosas, el ministro de Presidencia ha reconocido que hay "una consideración muy generalizada de que el régimen tiene los días contados si la presión internacional se acentúa y si se producen otros acontecimientos que tienen que surgir en el seno de la propia realidad siria".
Por otra parte, ha resaltado que en el caso de Siria no cabe en la actualidad una "actuación tan drástica" como la que se produjo en Libia, ya que en ese caso había una posición común de la Liga Arabe, se produjo una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU y la propia población libia pidió una "intervención internacional", algo que no han pedido los sirios.
En todo caso, Jáuregui ha aclarado que el Gobierno seguirá trabajando en pro de que haya una "resolución condenatoria" en el Consejo de Seguridad de la ONU, que hasta ahora no ha sido posible, y "presionando para que se vayan acentuando las medidas de sanción al régimen sirio si no termina con la represión y transita a la democracia".
Más de 5.300 personas podrían haber muerto desde que comenzaron las movilizaciones en Siria
Más de 5.300 personas podrían haber muerto en Siria desde que comenzaron las movilizaciones contra el régimen de Bashar al Assad, el pasado mes de marzo, según revelan los datos recogidos por la organización internacional de Derechos Humanos Avaaz y por su principal grupo asociado en Siria, Insan. La cifra duplica las últimas estimaciones de la ONU y casi cuadruplica las del propio régimen de Damasco.
Según un informe hecho público este miércoles por Avaaz, un equipo de 60 investigadores de Derechos Humanos ha verificado los nombres de 3.004 personas muertas en 127 localidades de Siria entre el 18 de marzo y el 9 de septiembre. Aparte, se han registrado otros 2.356 casos cuyas muertes aún no han sido confirmadas.
Los nombres de todos y cada uno de los 3.004 fallecidos confirmados han sido obtenidos a partir de tres fuentes diferentes, tal como establecen los protocolos internacionales para la contabilización de víctimas de los conflictos. Concretamente, las fuentes han sido al menos algún familiar, en todos los casos, y otras dos personas allegadas, ya sean amigos, dirigentes comunitarios, clérigos o imanes de las mezquitas.
Los otros 2.356 nombres han sido registrados por los investigadores de Insan, pero de momento no han podido confirmar estos casos a través de las tres fuentes que marcan los protocolos. Las informaciones sobre sus fallecimientos proceden los medios de comunicación o de los organismos estatales y, en algunos casos, las víctimas habían sido desalojadas por las autoridades, heridas o ya muertas, hacia paraderos desconocidos.
