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NUEVATRIBUNA.ES 22.06.2010

El Gobierno consiguió este martes sacar adelante su reforma laboral gracias a la abstención de más de la mitad de la Cámara baja. Todos los Grupos sin excepción anunciaron por la mañana el sentido de su voto cara a un Pleno en el que se escucharon muchas críticas al Ejecutivo de Zapatero pero que terminó dando luz verde al decreto para que se tramite como proyecto de ley.

La reforma salió aprobada por 168 votos a favor (los del Grupo Socialista), 8 en contra y 173 abstenciones, entre ellas la del diputado socialista y ex secretario general de Comisiones Obreras, Antonio Gutiérrez, que en un artículo publicado en el diario El País criticó con mucha dureza el decreto y adelantó que no lo apoyaría rompiendo así la disciplina de voto.

Hacía ya varios días que el también presidente de la Comisión de Economía del Congreso tenía redactado dicho artículo que hoy vio la luz. A la una de la tarde del lunes comunicó su decisión a José Antonio Alonso en una reunión que ambos mantuvieron en el despacho del portavoz socialista. Así lo desveló el propio Alonso en rueda de prensa quien le transmitió que “la lealtad al Grupo que le acogió es obligada” aunque declinó adelantar si será sancionado por ello con una multa que podría ascender a los 600 euros.

El asunto no se trató en la habitual reunión del Grupo Socialista que se celebra todos los martes. Tampoco se escenificaron discrepancias relevantes por la reforma del mercado de trabajo que ha provocado la convocatoria de una huelga general por parte de los sindicatos. El malestar que en privado hayan podido manifestar algunos parlamentarios por su condición de doble militancia (PSOE y UGT) no se tradujo en votos en contra. “No vamos a hacer mella porque ahora vemos que hay un camino” aseguró un diputado que alabó el hecho que se tramite como proyecto de ley.

Isabel López i Chamosa, delegada de la Unión General de Trabajadores de Cataluña y a su vez portavoz de la Comisión del Pacto de Toledo votó a favor, al igual que el parlamentario de Izquierda Socialista Manuel de la Rocha que a preguntas de este periódico afirmó que votaría “lo que diga su Grupo”. Ambos secundaron con otros compañeros de escaño como Juan Antonio Barrio de Penagos y José Antonio Pérez Tapias la concentración en protesta por la ampliación de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años que se celebró el pasado mes de febrero.

CORBACHO NO SE REUNE CON LOS GRUPOS DE IZQUIERDA

El cierre de filas en el Grupo Socialista contrastó con la férrea oposición de la izquierda parlamentaria al decreto del Gobierno. Tanto IU-ICV como ERC anunciaron que votararían en contra. Lo mismo hizo BNG y NaBai. Los diputados de Izquierda Unida y de Iniciativa per Catalunya manifestaron su total desacuerdo con el decreto para una reforma que creen acabará siendo aún más dura al final de su trámite parlamentario. Ninguno de los dos como tampoco el Bloque Nacionalista Gallego han sido llamados por Celestino Corbacho que se limitó a enviar una “lacónica” carta en la que decía: “Ya nos veremos cuando veamos las enmiendas”, según desveló Herrera. El ministro de Trabajo sí ha conversado en cambio con el resto de portavoces. Ya lo hizo con Durán i Lleida, Josu Erkoreka y Joan Ridao. El lunes a las 11 de la noche llamó por teléfono a Cristóbal Montoro “para interesarse por el sentido de nuestro voto”, explicó la popular Soraya Sáenz de Santamaría que fue quien defendió la posición del PP en el debate de la reforma.

Sobre Antonio Gutiérrez, Gaspar Llamazares aseguró que lo que demuestra es que el Gobierno tiene encima de la mesa, además de una crisis económica, “una grave crisis ideológica” al tiempo que pidió al Ejecutivo “un cambio en la orientación de su política” en lugar de una remodelación de su Gabinete.

La izquierda parlamentaria cree que el hecho de haber sido discriminada en este primer arranque de negociaciones para la convalidación del decreto responde a la intención del Gobierno de negociar el mismo con los Grupos de la derecha (PP y CiU): “El procedimiento y los interlocutores hacen que la reforma solo vaya a peor”, destacó Herrera que junto a Llamazares advirtió de que harán “todo lo que esté en sus manos” para impedir que se haga por la “vía express” ya que el Gobierno pretende tenerla lista antes de que finalice el verano para lo que es posible que se habiliten algunas semanas de Pleno tanto en el Congreso como en el Senado.

> PDF: Intervención del ministro de Trabajo

El Gobierno da la espalda a la izquierda parlamentaria en la reforma laboral