jueves. 28.03.2024

El discurso xenófobo de Josep Anglada irrumpe en la campaña electoral de Cataluña

El partido Plataforma per Catalunya pretende conseguir escaños en las autonómicas del próximo 28 de noviembre y asentar sus candidaturas para las municipales de 2011. En los últimos meses, esta formación de ultraderecha ha intensificado su campaña contra los inmigrantes aprovechando el descontento social por la crisis económica.
NUEVATRIBUNA.ES / ISABEL G. CABALLERO 07.10.2010

En agosto de 2009, Plataforma per Catalunya (partido fundado en 2003 por Josep Anglada, ex militante de Fuerza Nueva) repartió en Badalona 40.000 pasquines en los barrios con mayor población extranjera proponiendo medidas como derogar los subsidios a los inmigrantes, retirar las becas de comedor a sus hijos, o exigir que fueran los consulados de Marruecos y Pakistán los que se hicieran cargo de los gastos por los servicios públicos utilizados por sus ciudadanos de origen.

Desde entonces, este partido ha ido tomando notoriedad en los medios pero no fue hasta lo acontecido en Vic -donde Anglada es concejal desde 2003- cuando alcanzó un mayor protagonismo. El pleno del ayuntamiento decidió no empadronar a los inmigrantes ‘sin papeles’ hurtándoles así el derecho a asistencia sanitaria y educativa.

“La crisis económica y el creciente descontento social son caldo de cultivo para estos movimientos de la extrema derecha cuyo auge en España va parejo al resto de Europa y cuyo objetivo es sacar rédito electoral con un discurso xenófobo y racista”. Así lo explica Jose Peñín, portavoz de SOS Racismo en Cataluña, que alerta de que este discurso estará presente en la campaña de las elecciones autonómicas que se celebrarán el próximo 28 de noviembre. El riesgo, en su opinión, no es tanto que PxC consiga o no votos sino que el ‘efecto Anglada’ se convierta en “efecto rebote de la campaña” y que el resto de partidos termine adoptando ese mismo discurso.

En el último informe elaborado por SOS Racismo, se pone de manifiesto el recorte y la vulneración de derechos que sufren los inmigrantes en España en un contexto de crisis económica. En el caso concreto de Cataluña, las macrorredadas, con detenciones policiales de decenas de ‘sin papeles’ se han estado sucediendo en el último año “generando alarma social y contribuyendo a la criminalización del inmigrante”, denuncia esta organización. La crispación y las crecientes críticas por la inseguridad ciudadana llevaron a que en noviembre de 2009 el Ministerio del Interior hiciera pública la expulsión de 500 inmigrantes en situación irregular que habían delinquido en Cataluña. Así, el número de expulsados supuso un 14% más en relación con el mismo periodo del año anterior.

Alimentar el “peligroso binomio inmigración y delincuencia” es uno de los asuntos en los que SOS Racismo pone el acento. Partidos como el PP de Cataluña “han asumido este discurso ideológico como arma política”, señala Jose Peñín, que recuerda la estrategia seguida por Alberto Fernández Díez, presidente del Grupo Municipal en el Ayuntamiento de Barcelona, y por candidata a la presidencia de la comunidad, Alicia Sánchez Camacho, que aprovechando la polémica en Francia por la expulsión de gitanos rumanos, visitó Badalona acompañada por la eurodiputada de UMP –partido de Nicolás Sarkozy- Marie Therese Sánchez-Schmid.

Lo mismo está ocurriendo como Convergencia i Unió, destaca Peñín, que siguen dando “una de cal y otra de arena”. Por un lado promueven discursos para la integración, pero por otro, lanzan propuestas como el carné de integración (cita a Artur Mas) o arengas como “aquí no cabe todo el mundo”, palabras que fueron pronunciadas por el portavoz convergente en el Congreso de los Diputados, Josep Antoni Durán i Lleida, a raíz de los sucedido en Vic.

Las políticas de inmigración llevadas a cabo por el Gobierno de la Generalitat que preside José Montilla, también son objeto de críticas para SOS Racismo. “Con el tripartito se han llevado a cabo muchas discriminaciones como la segregación de inmigrantes en edad escolar”, dice Peñín que asimismo lamenta que no prosperase en el marco del Pacto por la Inmigración el acuerdo entre todas las fuerzas políticas para no utilizar este asunto como arma electoral.

Según el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), el 43% de la población catalana considera que la inmigración es “más bien perjudicial” , lo que supone una señal de alarma y explica cómo este tipo de discursos empieza a calar entre la opinión pública. “Y es que seguridad e inmigración son dos elementos muy presentes en el discurso de la clase política, que en tiempos de crisis adopta formas extremas de claro tinte xenófobo”, señala el informe de SOS Racismo que también recoge declaraciones del todavía ministro de Trabajo y candidato del PSC, Celestino Corbacho, cuando aseguró que España “no necesita de mano de obra extranjera”; y hace un estudio pormenorizado de este tipo de discurso en los medios de comunicación poniendo como ejemplo un editorial del periódico La Vanguardia en el que se decía que “en la medida en que los extranjeros engrosan las filas del desempleo, cambian su condición de generadores de riqueza y se convierten en una carga asistencial para las arcas del Estado”, acreditando así la imagen de que los inmigrantes son culpables de la crisis económica.

No obstante, el exponente más claro en Cataluña de este discurso racista populista es el partido que dirige Anglada, cuya cruzada contra la población musulmana centra todo su argumentario programático. A esta formación pertenece también Carles Francisoud, que en los años 80 fue líder de un grupo violento llamado Milicia Catalana y que fue detenido en 1987, lo que no impidió que Anglada le rescatara para situarle como líder de PxC en Badalona. En esta población se vivió otro episodio de tinte racista en junio de 2009 cuando el grupo de ultraderecha editó un vídeo contra la comunidad musulmana sobre la supuesta “amenaza magrebí” en el que aparecía la frase “aún estamos a tiempo de cambiar la historia” y donde se declaraba a los barrios de Artigues y Sant Roc como “zona de guerra”.

Entre las delirantes ideas de Anglada figura su pretensión de convocar un referéndum sobre inmigración donde se preguntaría a los catalanes si creen que el país necesita “tanta inmigración” y “qué tipo de inmigración quiere”.

Pero lo que está sucediendo en Cataluña no es aislado al resto de España. En el informe de SOS racismo, se pone de manifiesto que los grupos de ultraderecha proliferan en España y se sirven de las nuevas tecnologías para difundir sus ideas: “En los casos de detenciones de grupos de extrema derecha, los mismos se valían de sus páginas webs con contenidos claramente delictivos y eran la herramienta de convocatoria para sus acciones violentas. Siguen existiendo decenas de webs neonazis realizadas desde España. Unas páginas que acompañan a más de 4.000 ‘sites’ insidiosas, según denuncia Naciones Unidas, y que albergan a skinheads, organizaciones arias, KKK, grupos antisemitas y homófonos, y otras expresiones del poliedro fanático de la extrema derecha. Desde aquí se alientan los prejuicios, se insta a la xenofobia, se difunde el racismo y se anima a la violencia”.

Las agresiones a la población inmigrante son obra, en la mayoría de los casos, de grupos nazis y de extrema derecha. Según una encuesta del Instituto de la Juventud dada a conocer en enero de 2009, el número de jóvenes afines a partidos racistas se duplicó en sólo cinco años, de tal manera que si en 2003, el 7% manifestaba estar dispuesto a apoyar a uno de estos partidos, ahora lo haría el 14%.

En España, resulta difícil contabilizar este tipo de agresiones ya que no hay datos oficiales sobre delitos racistas. Según el Informe Raxen, en nuestro país se producen 4.000 agresiones racistas al año, hay más de 200 webs xenófobas, más de 10.000 ultras y neonazis y más de 80 personas muertas desde 1992, víctimas del odio.

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