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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 22.11.2010

El titular del Juzgado de Instrucción número 30 de Barcelona, Juli Solaz, ha accedido así a las peticiones de la Fiscalía y las acusaciones particulares, que le pidieron que citara de nuevo a los principales imputados por el desfalco.

Félix Millet, su mano derecha Jordi Montull y la hija de ésta Gemma Montull deberán responder sobre las informaciones que se han conocido sobre el saqueo del Palau de la Música desde su única declaración ante el juez, hace ya un año. Entre otras cuestiones, los imputados serán interrogados acerca de los indicios señalados por el informe de la Agencia Tributaria de que los ex responsables del Palau y CDC se repartieron comisiones del 4% de la constructora Ferrovial a cambio de la adjudicación de obras públicas en los gobiernos de Jordi Pujol.

El 'caso Palau' irrumpió en la primera parte de la campaña electoral catalana con ataques de diversos candidatos hacia Artur Mas por la financiación de CDC, pero después ha ido perdiendo fuelle.

Aunque el presidente catalán y candidato a la reelección por el PSC, José Montilla, ha emplazado varias veces al líder de CiU, Artur Mas, a dejar de "protegerse" con la 'senyera' y dar cuentas de lo que ha hecho "con la cartera", en referencia a las presunta financiación irregular del partido, otros candidatos han preferido aparcar este espinosos asunto en aras de eventuales pactos postelectorales. Es lo que ha hecho el candidato republicano, Joan Puigcercós, que volvió a calentar este fin de semana su posible relación con la federación nacionalista, con quien ya se ha mostrado dispuesto a pactar siempre y cuando apoye un referéndum para la autodeterminación. Puigcercós empezó haciendo de la corrupción uno de los ejes de su campaña, citando directamente el caso Palau y aludiendo a Filesa o Gürtel, pero últimamente ha llegado a decir que las sospechas de financiación irregular que pesan sobre CDC “no son una excusa para no hablar".

Por parte de Convergencia, hasta Jordi Pujol ha dejado oir su voz en la campaña para comparar este caso con el de Banca Catalana de los años ochenta, que en su momento marcó el máximo nivel de tensión entre la Generalitat de CiU y el gobierno socialista de Felipe González, para denunciar la estrategia de acoso de los socialistas con fines electoralistas. También Artur Mas ha acusado al PSC de utilizar "descaradamente" el caso Palau con fines "partidistas" y con ganas de "hacer daño" a CiU en plena campaña. El caso es que, a tenor de lo que avanzan las encuestas sobre los resultados del 28-N, no parece que la presunta implicación de los nacionalistas en la trama haya mermado sus expectativas.

El 'caso Palau' sigue vivo en los tribunales aunque apenas repercute en la campaña