jueves. 25.04.2024
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El 4 de mayo finalizó el periodo establecido por la Comisión Gestora (CG) para la presentación de avales por los candidatos a la Secretaría General (SG) del PSOE.

Todavía no se disponen de datos oficiales y desagregados de todo el complejo proceso. Se ha dado el caso singular de que el censo oficial se ha cerrado con fecha posterior a la inicial para la recogida de avales. Dicho de otra manera el número mínimo de avales a recoger no era conocido con precisión en el momento de comenzar a recogerlos.

El censo oficial tampoco se ha difundido suficientemente. Persona interesadas o afiliados involucrados en el proceso cuando se les hace la pregunta ¿Cuál es el censo? Dicen desconocerlo con exactitud. En todo caso las cifras son próximas a 190.000 algo más de 10.000 afiliados menos que en el último censo.

El número de avales que han recogido los tres candidatos a través de las distintas plataformas que se han constituido en su apoyo superan muy ampliamente los mínimos exigidos –más de 9.000- en los tres casos. El número total de avales en esta ocasión ha sido muy elevado, superando los 130.000, el 68% del censo, lo que aproxima esta cifra a la que para muchos era la correspondiente a las votaciones finales en urna. Se trata de un trámite y además en el que el afiliado se identifica claramente por lo que este número de avales indica una muy alta movilización del conjunto del partido y un claro compromiso de participación en el mismo por un gran porcentaje de sus integrantes. Cabe esperar una votación final en la que la participación se acerque o supere el 80%, más de 150.000 militantes.

Como se ha indicado, el aval es una declaración individual y expresa de apoyo a un candidato. El afiliado lo ratifica con su nombre, DNI y firma. Esto le da la legitimidad a los candidatos para justificar el cumplimento de los mínimos exigidos. Encierra también la posibilidad indirecta de expresar, no solo simpatía a los candidatos, sino a aquellos que los promuevan de una forma explícita y pública. Esos promotores, en ocasiones, ocupan posiciones orgánicas del partido o institucionales en representación del mismo lo que puede, en alguna medida, orientar la adhesión a los candidatos propuestos por esos compañeros en el proceso de avales. Estas situaciones se simplifican en términos muy genéricos con los denominados “aparatos”.

De ahí, que el resultado de los avales obtenidos, pueda considerarse como orientadora de la fuerza relativa de los distintos candidatos. El aval es una condición necesaria a cumplir, pero por supuesto no es suficiente para poder de ella sacar conclusiones definitivas sobre el resultado final del proceso de elección del SG, lo que solo se constata con el voto individual y secreto que tendrá lugar posteriormente; en esta ocasión el próximo día 21 de mayo.

Entre el 4 de mayo y ese día de votación es cuando oficialmente se está en periodo electoral. Es cuando los candidatos pueden decididamente pedir el voto a los afiliados porque ya están proclamados al cumplir el trámite necesario del número mínimo de avales establecido en el 5% del censo oficial.

Dada la peculiar gestión que ha hecho la CG de todo este complicado y a veces confuso proceso, el partido y sus candidatos reconocidos oficialmente ya llevan en periodo electoral 7 meses. Demasiado tiempo para que una organización saliente del grave y disparatado suceso protagonizado por sus máximos responsables el día 1 de octubre de 2016 pueda superarlo sin costes añadidos.

No es el momento de recordar ahora todo lo acontecido en estos meses y mucho menos valorarlo con detalle. Será muy necesario hacerlo y de manera lo mas precisa y detallada posible en un futuro próximo y debe Influir esa reflexión de manera muy importante en el devenir de los próximos tiempos en la vida interna y en la posición política del partido de cara al conjunto de la sociedad española.

Pero si se considera preciso comentar algún momento y, sobre todo, el contexto en el que nos estamos moviendo.

El debate en el conjunto de la organización no ha podido circunscribirse únicamente a lo que estamos abordando: la elección en primarias del SG. El hecho está afectado por el origen de la convocatoria del Congreso que precisa esa elección previa y su desarrollo posterior, a su vez inmerso en el día a día de la vía política del conjunto el país, en esta nueva y tan singular legislatura.

El origen formal es la dimisión del anterior SG. El origen de su dimisión; la dimisión a su vez, de más de la mitad de su CEF en un alarde de puesta en común de una radical y síncrona oposición al SG y, todo ello, acompañado de la pérdida de la votación por el SG de su propuesta para la celebración de un Congreso en fechas muy precipitadas, en un tenso, desquiciado y lamentable CF.

A partir de ahí, la CG de dudosa legalidad y clara ilegitimidad, abrumada presumiblemente por el despropósito de su origen se planteó no hacer lo único que podía justificar su existencia; convocar con urgencia un congreso. Seguramente no quería darle la razón a Pedro Sánchez (PS) que es lo que pedía y por lo que fue votado en contra y obligado a dimitir.

Otra posible razón, dando por hecho el apartamiento definitivo de PS de la escena política, pudo ser el dejar pasar un tiempo prudencial, lo más largo posible, con un doble objetivo. Que se calmaran las aguas, más que turbulentas, en el interior del partido por el espectáculo ofrecido y que se viera en el día a día parlamentario que la acción política del PSOE conseguía el gobierno real desde el parlamento. Que una decidida y potente oposición revertía mucho de lo que había hecho el PP en sus cinco años de aplastante política absolutista.

Si esos fueron los planteamientos para no convocar el congreso para enero o febrero de 2017, es evidente que los resultados han sido radicalmente distintos de sus previsiones.

El PP no ha movido una coma de su quehacer y, mucho menos, de lo que había hecho en asuntos tan relevantes como la reforma laboral y libertades, por no entrar en descripciones pormenorizadas de estos tremendos años. Cuando se ha visto superado en votaciones en el Parlamento no se ha alterado y ha utilizado el veto que contempla la Constitución de forma indiscriminada y sin justificación política mínimamente motivada.

Las Comisiones que se han aprobado para a juzgar su corrupción siguen enmarañadas en el enmarañado reglamento del Congreso, por supuesto inalterado.

Los medios de comunicación públicos, intocables e intocados en su sectarismo informativo.

La manipulación de la fiscalía, no solo no se ha frenado, sino que se han producido cambios en la cúpula para hacerla más obediente, sectaria y de parte. Están crecidos no humillados.

Provocan, cada día, más que lo hacían desde la mayoría absoluta en asuntos relacionados con la calidad democrática.

Su desparpajo parece indicar que han tomado la abstención del PSOE como un voto en blanco afirmativo a su gobernación y, sobre todo, a la ansiada estabilidad de su gobierno.

Han negociado con el PNV los presupuestos a un precio insólito, Sólo en el cupo se acerca el montante a 5.000 M€, Lo han hecho con “nacionalistas”. Esos con los que PS no podía ni tomar café porque su única intención era romper España. El PP con ellos no la rompe pero puede vender una parte. Y por ello no se han bajado los pantalones como clamaba Rajoy frente a ZP en una ocasión similar, pero mucho menos onerosa. No han tenido dudas ni miedo alguno a que su socio C’s pudiera verse molesto por esta consolidación a la baja del cupo, porque si no respetan al PSOE, el ninguneo a C’s es aún más descarado. Rivera lo sustancia con la insólita afirmación de que eso del cupo no está en los presupuestos. Los ingresos parece que no forman parte del presupuesto para este político pendular.

Lo del Secretario de Estado de interior y el hermano de Ignacio González no solo se ha saldado con su necesaria dimisión, sino con su comparecencia insultante y provocadora en el Parlamento.

La actuación de parte del ministro de Justicia; con el apoyo explícito y personal de Rajoy.

Y así suma y sigue. Hasta lograr lo verdemente significativo, salvar la devolución del presupuesto. ¿Si eso lo ha logrado con dinero porque no lo hizo ya para la investidura, añadiendo un poco de política? Esto es un asunto al que debe darse la mayor importancia. No habría necesitado la abstención del PSOE, como planteaba PS. Pero lo que quería entonces el PP y Rajoy era desestabilizar al PSOE y liquidar a PS. Ya dieron muestras de su capacidad de negociación para llegar a acuerdos con los nacionalistas a la hora de elegir la Mesa del Congreso. No se necesitaba la abstención. Solo la querían para hacer daño al PSOE. Y el PSOE o no lo quiso ver, o su dirección interina se equivocó tan radicalmente como los hechos posteriores han confirmado y puesto de manifiesto.

El otro objetivo: la pacificación del partido ante el disparate del 1 de octubre. Lo que se ha logrado ha sido todo lo contrario. PS no fue liquidado como se preveía. El acoso sin contemplaciones de los barones, o institucionales, o en la reserva dorada, no fue suficiente para su exterminio psicológico, ni político. Después de algún tropiezo mediático PS reaccionó con decisión para explicar sus razones y para mantener su apuesta como posible y necesaria referencia en el Partido. Y fue creciendo y creciendo a medida que el tiempo pasaba y pasaba. SD, mientras, parecía ya la portavoz oficial del PSOE ante la mayor parte de los medios con la conformidad de la obediente gestora y dejaba que su opción se fuera consolidando hasta llegar al clímax de su presentación en el Ferial de Madrid en olor de multitudes y de plebiscitaria adhesión de todas las vacas sagradas del partido. No faltaba ninguna.

Ahora cabe preguntarse simplemente ¿por qué?

Los afiliados del partido son políticamente solventes, en absoluto pueden ser tomados por tontos. Parece que la política está derivando a través de las manipulaciones, informaciones tergiversadas, mentiras, posverbales y demás artilugios mediáticos a que los ciudadanos hagan suyo lo que se les quiera vender en cada momento, incluso con contradicciones flagrantes. Pero ni todos los ciudadanos pueden ser tomados por tontos y mucho menos los afiliados de un partido político consolidado como el PSOE.

Y una gran parte de estos afiliados han visto con claridad y detectado los dos errores. Ni se hace política gubernamental desde el Parlamento, en el que el Ejecutivo por obra y gracia de un Reglamento conservador y conservado, que haría maldecirlo a Montesquieu; ni lo que se hizo con PS puede tener justificación alguna en una organización que habla de democracia interna y fraternidad.

Los resultados hasta aquí así lo indican.

El partido está más movilizado que nunca. Lamentablemente más escindido que nunca entre unos dirigentes, cuadros y profesionales directos e indirectos que de él dependen y unos afiliados de base que siguen sin condicionantes los valores que los comprometieron y comprometen para formar parte del mismo.

Ahora viene la campaña real donde las todas las cartas están sobre la mesa y la decisión de los afiliados se expresará con un grado de libertad inapelable.


Fernando Magro | Presidente del PSOE de Retiro

Después de los avales