viernes. 29.03.2024
RAJOY_MORENO

El PP de Andalucía, instalado permanentemente en la oposición, no encuentra el camino para armar un discurso que cale en la población, lleva décadas con la descalificación y la crítica como única estrategia. Javier Arenas llevó esto hasta el extremo de llamar “régimen” al gobierno de los socialistas sin que le diera resultado. Si en las últimas elecciones estuvo muy cerca de conseguir gobernar fue más por demérito del PSOE, en sus horas más bajas, que por la eficacia de su estrategia.

En el escenario actual, Mariano Rajoy ha decidido que sea Juan Manuel Moreno el nuevo líder que guie en el futuro el destino del PP andaluz, después de fracasar con Juan Ignacio Zoido, candidato a la fuerza, que produjo un desgobierno en el partido y continuó con  la “táctica Arenas”, aunque con mucho menos mordiente.

En el reciente congreso que han celebrado en Sevilla para entronizar al candidato designado por Rajoy, ha quedado patente el dominio que Arenas tiene en el PP andaluz y el fracaso de los que intentan cambiar esa situación, por muy poderosos que sean.

El nuevo líder de la derecha andaluza, en sus primeras manifestaciones ha continuado lo mismo, aunque con un tono más alto. Las manifestaciones del Presidente de la Xunta de Galicia, Núñez Feijoo, afirmando que la transición democrática no terminará hasta que el PP gobierne en Andalucía, indican la continuidad de un discurso que lleva 30 años fracasando. Ni una propuesta, ni una sola idea de cómo pretende gobernar Andalucía, ni una palabra de esperanza a los sectores sociales que sufren las dentelladas del paro y la indigencia, ni una palabra para despertar alguna ilusión en los sectores productivos que atraviesan momentos muy duros. Nada, solo descalificar a Susana Diaz.

Es lógico que en el interminable proceso de sucesión de Zoido, cuando se le señaló como posible elegido, él lo negara con toda la firmeza que pudo. Nada menos que intentar llevar al PP al poder donde han fracasado sus antecesores, especialmente Arenas y encima con su Presidente Rajoy machacando a la gente. Es humano entender que intentara escaquearse del regalito que intentaban endosarle, pero no le ha valido, tendrá que afrontar este reto que puede acabar con su carrera política. Otro candidato a palos.

Para mayor abundancia en su desgracia se encuentra con que tiene que competir con una figura emergente en el PSOE, que sí tiene un discurso que ilusiona, un proyecto para Andalucía que lidera con fuerza,  que día a día muestra sus ganas de luchar y, lo que más duele, ignora a su oponente, sea quien sea. Va a lo suyo.

Lo más importante en política es conseguir hegemonizar tus argumentos, porque impide que el adversario pueda introducir los suyos y le obliga a discutir tus propuestas y el PP no es capaz de introducir sus ideas sobre cómo gobernar Andalucía, con lo que se llega a conclusión de que, o bien carece de ellas o de una estrategia para convencer, lo que hace que se difumine en la táctica de la descalificación sin ofrecer una alternativa.  

Por lo visto hasta ahora no parece que vaya a cambiar y el padrinazgo de Arenas no hace aventurar que lo pueda hacer en el futuro, por lo tanto continuará su peregrinar por el desierto de la oposición, siempre y cuando el PSOE no se equivoque demasiado. 

La desnortada derecha andaluza