viernes. 29.03.2024
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En Galicia el PP está “a punto de perder el poder real” y la única solución que tienen para evitarlo son estas reformas “pucherazo”, denunció en un acalorado debate Yolanda Díaz

@juanmgmm | Se inicia el curso político en el Parlamento de Galicia con altísimos niveles de tensión. Si en el pasado fueron las políticas de recorte público las que generaron el rechazo unánime de la oposición parlamentaria, ahora son las reformas electorales que tanto el PP de Galicia como el PP estatal quieren aprobar a toda costa. En Galicia, la reforma  del Parlamento gallego conlleva una reducción de diputados de 75 a 61, reforzando el peso de los votos en las provincias de Lugo y Ourense, de mayoría popular, sobre las provincias de A Coruña y Pontevedra, más pobladas y con más ciudades. Pero también la reforma electoral local tendría mucha incidencia, pues si estuviera en vigor ya, el PP gobernaría en todas las ciudades gallegas.

Ante un panorama convulso en lo que a futuros resultados electorales se refiere, con fuertes pérdidas de apoyo electoral (según todas las encuestas), y con unas elecciones municipales que cada vez están más cerca, el presidente de la Xunta y del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijoo se aferra a estas reformas para mantener el máximo poder local posible, y contrarrestar la merma de apoyo motivada por las medidas de austeridad (aún hoy insisten en más recortes a la dependencia), por la corrupción y por la irrupción de nuevas fuerzas y procesos políticos que están sumando más apoyos cada día.

Así pasó en la primera sesión de control al gobierno de la Xunta de este curso , en el Parlamento de Galicia. En sus intervenciones, Núñez Feijoo justificó su defensa de las reformas electorales alegando que ya figuraban en el programa electoral que presentaron para las elecciones de 2012, e incluso en varios programas electorales del PSOE. En opinión del presidente de la Xunta, la reducción de 75 a 61 diputados en el parlamento gallego no cambia “las reglas de juego” ya que se mantiene el “peso” electoral de cada provincia, y no como querían socialistas y nacionalistas en el debate de la reforma del Estatuto de Autonomía (en la actualidad las provincias menos pobladas -Ourense y Lugo- tienen más peso electoral que las más pobladas -A Coruña y Pontevedra-, en las que el PP no tiene tanto apoyo) ponderando el peso electoral de las provincias más pobladas. Además del recurrente argumento del ahorro presupuestario que supone la reducción de diputados. En definitiva, ninguna alegación ni argumento no conocido, y por lo tanto, ya rechazado por la oposición.

Tando desde el PSdeG-PSOE como desde el BNG recordaron a Feijóo su exigencia de consenso durante el debate de reforma del Estatuto de Galicia, en la etapa del gobierno bipartito. Concretamente el entonces portavoz del PP en la oposición consideraba obligatorio contar con mayoría de 2/3 del Parlamento de Galicia para modificar la ley electoral gallega, y al no conseguir ese consenso, no se pudo reformar el Estatuto.

Ante los cambios de posición de Feijoo, en función de estar en la oposición o en el gobierno, el portavoz parlamentario del PSdeG-PSOE, José Luis Méndez Romeu denunció que ahora al PP gallego le estorba el consenso, y al querer imponer sus reformas electorales parecieran “nostálgicos de la etapa del partido único”, en alusión al Movimiento Nacional, único partido legal durante el franquismo.

Las intervenciones fueron “calentando” el solemne ambiente del Pazo do Horreo, nombre de la sede del Parlamento de Galicia, al tiempo que las alegaciones a favor y en contra de las reformas electorales se “salpimentaban” de alusiones recíprocas sobre los casos respectivos de corrupción, del PP de Galicia y del PSdeG-PSOE, lo que hizo presagiar una escalada en el tono del debate.

“Galicia tiene de presidente a un gilipollas”

Feijoo también dedicó sus intervenciones a defender con igual ímpetu la reforma que Rajoy presenta para asegurar que la candidatura más votada sea la que gobierne en los ayuntamientos, aunque no se cuente con la mayoría absoluta ni de los votos ni del pleno municipal. En opinión del presidente de la Xunta, cuando no gobierna el más votado por acuerdos de gobiernos de coalición postelectorales, si se está “cambiando el resultado” de las elecciones. Y con este argumento, y buscando romper el debate, cargó contra el BNG calificándolo de “tonto útil del PSOE”, refiriéndose veladamente al apoyo del BNG a los alcaldes del PSdeG-PSOE de Vigo, Lugo y Ourense, cuando el PP era el partido más votado.

La larga ovación de la bancada popular ante el exabrupto de Feijoo anticipaba la reacción del BNG. Y así fue que Francisco Jorquera, portavoz parlamentario del BNG, que visiblemente nervioso, y dirigiéndose a Feijoo como el “tonto útil del gobierno de Rajoy”, solicitó la retirada de la alusión al BNG como “tonto útil” para evitar tener que decir que “Galicia tiene de presidente a un gilipollas”.

Con las bancadas revueltas por el incidente anterior, que se resolvió con la retirada de todas las alusiones ofensivas, prosiguió la sesión. Era el turno de la viceportavoz de Alternativa Galega de Esquerda (AGE), Yolanda Díaz, que calificó de “pucherazo electoral” las reformas electorales a debate, y que ambas se van a encontrar “ con la ciudadanía en frente”.

Por el gobierno de la Xunta le respondió el vicepresidente, Alfonso Rueda, señalando que “el partido aún no empezó” y que después de la reforma referidas a los alcaldes “a lo mejor hay que ganar las elecciones para poder gobernar” en clara alusión a los ayuntamientos con gobiernos de coalición que impidieron gobernar al PP siendo éste el partido más votado. Rueda también reprochó a la oposición su negativa a escuchar ni debatir nada sobre las reformas, negando toda posibilidad de consenso.

Por último, le replicó Yolanda Díaz que los resultados de las elecciones europeas “han cambiado las cosas” y que el PP en el Estado y en Galicia están “a punto de perder el poder real” y la única solución que tienen para evitarlo son estas reformas “pucherazo”.

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