jueves. 25.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES 25.01.2010

El aluvión de preguntas sobre la última bronca en el equipo de Mariano Rajoy no varió ni un ápice el guión que este lunes siguió al pie de la letra la secretaria general, María Dolores de Cospedal, en su habitual comparecencia de cada semana ante la prensa.

En su doble función de número dos del PP y presidenta del partido en Castilla-La Mancha -además de potencial candidata a la presidencia de esta comunidad en las elecciones autonómicas de 2011-, Cospedal ha escogido la salida más cómoda para librarse de la quema. Si tan solo hace una semana se mostró radicalmente en contra de que el cementerio nuclear se ubicara en la localidad de Yebra, Guadalajara (hasta el día de hoy es la única candidatura en firme), ahora prefiere no pronunciarse, pasando la pelota al Gobierno central y la decisión final al Ministerio de Industria, que es el competente en esta materia, explicó.

Tras la aprobación en el pleno municipal de Yebra como aspirante a recibir la basura radioactiva originada por las centrales nucleares, Cospedal advirtió al alcalde popular Juan José Sánchez, que le abriría un expediente disciplinario. Horas después, el vicesecretario de Política Local, Javier Arenas, se descolgó de este aviso negando que el partido fuera a tomar medidas contra él lo que le valió la tajante respuesta de la secretaria general que en declaraciones al diario El Mundo afirmó que nadie iba a impedir que se abriera un expediente al primer edil.

EL EXPEDIENTE AL ALCALDE SIGUE SU CURSO

El tema estuvo encima de la mesa durante la reunión del comité de dirección del PP y aunque Cospedal negó que hubiera habido contradicciones entre sus declaraciones y las de Arenas, lo que sí se constató fue el “malestar” por el rifirrafe de las últimas horas.

“No he amenazado a nadie. Nunca he hablado de expulsar a ningún alcalde”, afirmó Cospedal. La dirigente popular explicó que el PP de Guadalajara había abierto un expediente “informativo” a Sánchez por haber actuado “completamente al margen de las recomendaciones” formuladas por su partido, que pasaban por conseguir el suficiente consenso, social y político, antes de tomar la decisión unilateral de presentar el municipio de Yebra como candidato.

“Se le pidió que informara si iba a presentarse. Se le pidió que consiguiera el consenso de los vecinos y de las fuerzas políticas en un asunto tan sensible como este. Se le pidió que hiciera partícipe de esta comunicación al resto de los alcaldes de la comarca…”, explicó Cospedal que en ningún momento ocultó su malestar con Sánchez y su voluntad de expedientar al alcalde.

Pero sus explicaciones no pasaron de ahí. Evitó desvelar sus conversaciones con Arenas y se lavó la manos sobre el asunto de Yebra, negándose en todo momento a contestar de manera clara si apoya o no la ubicación de un cementerio nuclear: “Creo que ya he sido lo suficientemente explícita”, aseveró una y otra vez.

Cospedal defendió sus competencias como secretaria general y negó que su cargo como presidenta del PP de Castilla-La Mancha afecte a la neutralidad que tiene que tener como número dos del partido a nivel nacional. Su estrategia para salvar los muebles no fue otra que pasar la pelota al Ministerio de Industria. No obstante, también quiso dejar claro que el PP apoya la energía nuclear así como la necesidad de instalar un almacén para residuos radioactivos en línea con la postura defendida en el Congreso de los Diputados.

Cospedal se desentiende de Yebra presionada por la dirección de su partido