viernes. 29.03.2024

El cierre del periódico sensacionalista News of the World no supone, por desgracia, el final de un estilo periodístico muy extendido por el universo mundo. Se piensa en Gran Bretaña que lo que ha pretendido Ruperto Murdoch es meramente una estrategia empresarial con objeto de reemplazar un tabloide cuya reputación periodística estaba bajo mínimos. Su sensibilidad, probablemente, no dé para más.

Víctima de las escuchas telefónicas ilegales verificados por el citado rotativo fue el ex primer ministro británico Gordon Brown, que acaba de definir esa metodología de los profesionales del magnate como trabajo asqueroso. No es para menos, pues gracias a ella se difundió la enfermedad que padecía el hijo menor de Brown, además de reproducir conversaciones privadas de algunas víctimas de los atentados terroristas que tuvieron lugar en Londres hace seis años.

Todavía me estoy preguntado qué es lo que quiso decir José María Aznar en su conferencia del pasado martes en la Universidad Católica de Ávila bajo el título de Verdad y medios de comunicación. Afirmó el ex presidente del Gobierno, al término de cuyo mandato se mintió a los españoles sobre la autoría de la mayor masacre terrorista de la historia de España y de Europa, que la verdad no es producto de la libertad. ¿De qué entonces puede ser fruto aquello que según el evangelio de san Juan nos hace libres? Sin libertad no habrían tenido los españoles la posibilidad de desechar el 14-M de 2004 al partido de Aznar, que nunca debió faltar a la verdad para ganar votos, muchos menos en tan trágicas circunstancias.

Debo admitir que en realidad no entendí nada de cuanto los periódicos resumieron sobre la alocución don José María. Sobre todo eso de que España se encuentra a punto de cerrar un doloroso aprendizaje para distinguir la verdad de la mentira. Tampoco sé a qué se refiere cuando habló de un nuevo tiempo político en nuestro país, basado en un cambio de relación con la verdad. Aznar debería evitar recaídas temáticas como la del epígrafe de su conferencia en Ávila. No es el más indicado para dictar conferencias de ese tipo.

Ha querido el caprichoso azar, además, que la charla de Ávila coincidiera casi con el cierre del periódico de Murdoch, motivo más que fundado para recordar que José María Aznar percibe una retribución anual de 220.000 euros (171.000 euros) por su labor como consejero de News Corporation, la poderosa empresa mediática presidida por el magnate don Ruperto. ¿Qué es lo que aconseja Aznar? ¿Acaso que la verdad no es producto de la libertad? Es conveniente tenerlo en cuanta ahora que el ex primer ministro británico Brown se ha referido al trabajo asqueroso de los asalariados delincuentes de Murdoch en News of the World y otros de sus medios.

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Aznar, la verdad y su jefe Murdoch