jueves. 28.03.2024
NUEVATRIBUNA.ES - 25.2.2009

"...en los que, a decir de los expertos, Don Carnal había hecho de su capa un sayo, comprando, vendiendo y más que nada especulando, poniendo en riesgo, en suma -o en resta-, el beneficio de los pequeños, de entre cuyas filas surge siempre la humilde sardina, que de este perro mundo se va como vino, con una aleta delante y otra detrás..."

Se trata de un párrafo del discurso que el alcade de Madrid ha pronunciado durante la recepción a los participantes de la Alegre Cofradía del Entierro de la Sardina, un discurso lleno de dobles interpretaciones en el que también ha dicho: "Mi mayor deseo es ir con la corriente de las cosas, sin andarme a buscar cotufas en el golfo, ni el mal fuera de mi casa, cuando dentro de ella tengo el bien". Son palabras de Mariano José de Larra que el alcalde de Madrid ha hecho suyas, añadiendo: "Habló Mariano... Mariano José de Larra, y yo todo lo de Mariano lo hago mío".

La sorna de Gallardón ha quedado patente hasta el final y ha rematado el discurso volviendo al tema de la sardina: "...hoy, antes de dar los últimos coletazos, se ha despedido de nosotros con las palabras transidas de Zaratustra: '¡Yo he visto morir todas las visiones y todos los consuelos de mi juventud! ¿Cómo he podido soportarlo? ¿Cómo he podido tolerar y sobreponerme a semejantes heridas?' Luego ha boqueado, y, con un destello efímero en sus ojos opacos de peje moribundo, ha exclamado, antes de expirar: '¡Sólo donde hay sepulcros hay resurrecciones!'
Descanse en paz".

Adivina adivinanza: ¿En quién pensaba Gallardón cuando dijo esto?