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1 de septiembre de 2010, 6:49
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 31.8.2010
Octubre queda definitivamente fuera de las quinielas ya que el plazo de la convocatoria para que pudieran tener lugar en ese mes expiró a medianoche del lunes. José Montilla, por otra parte, dejó claro que no serán el 7 de noviembre por la visita del Papa a Barcelona y, si no se quiere que la campaña electoral resulte 'salpicada' por la estanciade Benedicto XVI, tampoco se podrán celebrar ni el 14 ni el 21 de noviembre. Así las cosas, el 28-N parece la fecha más probable. Este martes, el presidente de la Generalitat ha comunicado a sus consellers, en la primera reunión del Consell Executiu tras el paréntesis estival, que anunciará la fecha la próxima semana.
De confirmarse los pronósticos, Montilla gana un mes para que el Gobierno central concrete las compensaciones que Zapatero prometió a Cataluña para paliar los recortes del Tribunal Constitucional. En ese tiempo, el PSC espera poder diferenciar su oferta de la de CiU: la defensa del texto estatutario desde una postura "exigente" hacia Madrid, en el primer caso, y la deliberada ambigüedad de los nacionalistas repecto al independentismo al que aspiran aunque sin ponerle fecha. Los socialistas catalanes esperan, además, que puedan surgir nuevas acusaciones relacionadas en el caso Palau, la trama de corrupción que implica a CiU.
A este partido no le ha gustado el retraso de la convocatoria electoral. Su portavoz en el Parlamento de Cataluña, Oriol Pujol, ha asegurado que el aplazamiento atiende al "puro partidismo de ocupar la silla" y alarga el "Gobierno sin norte que tiene Cataluña". Para el dirigente de CiU, celebrar unas elecciones en fechas tan tardías da a entender "que prevalece la sensación de mantenerse en el Gobierno, y no la necesidad de Cataluña de poder pasar página". Oriol Pujol tampoco cree que este retraso en los comicios se deba a un posible pacto por parte de Montilla con el Gobierno central para desarrollar el Estatuto. "Cualquier acuerdo que pueda cerrar el señor Montilla dentro del PSOE con el señor Zapatero va a recibir críticas de sus propios socios del Gobierno del tripartito", ha argumentado en declaraciones a Radio Nacional.
Otro 'detalle' a tener en cuenta en la decisión que finalmente adopte Montilla es el partido Barça-Madrid que se disputará el último fin de semana de noviembre en el Camp Nou, aunque está por ver de qué manera el enfrentamiento deportivo puede influir en la reacción del electorado, tanto en el sentido de su voto como en la participación.
En cuanto a los socios de gobierno del PSC, Esquerra opina que no es importante cuándo habrá elecciones, pero pide que sean ya. ICV también quita relevancia a la fecha. Su secretario general, Joan Herrera, asegura que lo que de verdad le preocupa es que se recorten derechos a parados y pensionistas. Herrera ha expresado su disposición a reeditar el tripartito siempre y cuando se hagan "políticas sociales y de izquierdas" y ha tildado de "estéril" el debate de los últimos días sobre la fecha de las elecciones autonómicas.
Octubre queda definitivamente fuera de las quinielas ya que el plazo de la convocatoria para que pudieran tener lugar en ese mes expiró a medianoche del lunes. José Montilla, por otra parte, dejó claro que no serán el 7 de noviembre por la visita del Papa a Barcelona y, si no se quiere que la campaña electoral resulte 'salpicada' por la estanciade Benedicto XVI, tampoco se podrán celebrar ni el 14 ni el 21 de noviembre. Así las cosas, el 28-N parece la fecha más probable. Este martes, el presidente de la Generalitat ha comunicado a sus consellers, en la primera reunión del Consell Executiu tras el paréntesis estival, que anunciará la fecha la próxima semana.
De confirmarse los pronósticos, Montilla gana un mes para que el Gobierno central concrete las compensaciones que Zapatero prometió a Cataluña para paliar los recortes del Tribunal Constitucional. En ese tiempo, el PSC espera poder diferenciar su oferta de la de CiU: la defensa del texto estatutario desde una postura "exigente" hacia Madrid, en el primer caso, y la deliberada ambigüedad de los nacionalistas repecto al independentismo al que aspiran aunque sin ponerle fecha. Los socialistas catalanes esperan, además, que puedan surgir nuevas acusaciones relacionadas en el caso Palau, la trama de corrupción que implica a CiU.
A este partido no le ha gustado el retraso de la convocatoria electoral. Su portavoz en el Parlamento de Cataluña, Oriol Pujol, ha asegurado que el aplazamiento atiende al "puro partidismo de ocupar la silla" y alarga el "Gobierno sin norte que tiene Cataluña". Para el dirigente de CiU, celebrar unas elecciones en fechas tan tardías da a entender "que prevalece la sensación de mantenerse en el Gobierno, y no la necesidad de Cataluña de poder pasar página". Oriol Pujol tampoco cree que este retraso en los comicios se deba a un posible pacto por parte de Montilla con el Gobierno central para desarrollar el Estatuto. "Cualquier acuerdo que pueda cerrar el señor Montilla dentro del PSOE con el señor Zapatero va a recibir críticas de sus propios socios del Gobierno del tripartito", ha argumentado en declaraciones a Radio Nacional.
Otro 'detalle' a tener en cuenta en la decisión que finalmente adopte Montilla es el partido Barça-Madrid que se disputará el último fin de semana de noviembre en el Camp Nou, aunque está por ver de qué manera el enfrentamiento deportivo puede influir en la reacción del electorado, tanto en el sentido de su voto como en la participación.
En cuanto a los socios de gobierno del PSC, Esquerra opina que no es importante cuándo habrá elecciones, pero pide que sean ya. ICV también quita relevancia a la fecha. Su secretario general, Joan Herrera, asegura que lo que de verdad le preocupa es que se recorten derechos a parados y pensionistas. Herrera ha expresado su disposición a reeditar el tripartito siempre y cuando se hagan "políticas sociales y de izquierdas" y ha tildado de "estéril" el debate de los últimos días sobre la fecha de las elecciones autonómicas.
