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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS 20.06.2009

"Nadie somos conscientes de que detrás de la libertad de cada uno y de las libertades colectivas, hay un trabajo policial de la Policía Nacional, de la Guardia Civil, de la Ertzaintza, de las policías locales, que a veces la menospreciamos simplemente porque son cuerpos policiales y tenemos una idea arcaica de los mismos", lamentó Josu Puelles.

El hermano de la última víctima mortal de ETA hizo estas manifestaciones en el Ayuntamiento de Arrigorriaga, donde el sábado cientos de vecinos y políticos condenaron la última acción terrorista.

En nombre de la familia, manifestó que están "muy orgullosos" de su hermano y destacó que "gracias a su labor profesional, que antepuso muchas veces a su propia familia, que a veces eso no se ve en los resultados policiales, detuvo o consiguió detener a numerosos terroristas asesinos, que nos intentan imponer con las armas su ideas y sus idearios políticos".

Tras hacer extensivo este trabajo a los compañeros de su hermano que han estado trabajando con él todos estos años, resaltó que ha sido "un gran profesional" y que la familia se siente orgullosa de su trabajo.

"Quiero que sepan que para la familia, mi hermano es un héroe y no una víctima, y como tal ha muerto, y si alguien lo quiere poner en euskera, es un "gudari, gudari nagusi". Muchas gracias", concluyó.

DISTINTAS PERSONALIDADES ACUDEN A ARRIGORRIAGA

En Arrigorriaga, localidad donde vivía y donde fue asesinado Puelles, representantes políticos y vecinos arroparon a los familiares del policía. La concentración silenciosa, en la que estuvieron presentes la madre del fallecido y sus dos hermanos, sólo fue interrumpida cuando unos agentes de la Ertzaintza retiraron de una balconada un cartel que exhibía la fotografía de un preso de ETA, momento en que los presentes irrumpieron en aplausos.

Entre las personalidades que acudieron al acto de repulsa se encontraban el presidente del Senado, Javier Rojo; el lehendakari, Patxi López; la presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga; el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares; el presidente del EBB, Iñigo Urkullu; el secretario general de EB, Mikel Arana; la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín; la portavoz del Gobierno vasco, Idoia Mendia; el alcalde de Arrigorriaga, Alberto Ruiz de Azua; y la directora de la Oficina de atención a víctimas del terrorismo, Maixabel Lasa.

LOS PRÍNCIPES PRESIDEN EL FUNERAL

El funeral empezó a la una de la tarde en una abarrotada iglesia de San José, en el centro de Bilbao, en un acto presidido por los Príncipes de Asturias.

Tras cerrar la capilla ardiente, que estaba en la subdelegación del Gobierno en Bilbao, los restos mortales del inspector fueron trasladados a la iglesia, situada a una veintena de metros de subdelegación, precedido por la viuda, los hijos, la madre y el resto de familiares del inspector.

Los restos mortales llegaron a la iglesia entre aplausos de los cientos de personas congregadas en las calles adyacentes, a hombros de ocho agentes, dos de cada cuerpo policial: Policía Nacional, Guardia Civil, Ertzaintza y Policía Municipal de Bilbao, mientras sonaba la marcha fúnebre tocada por la banda del Cuerpo Nacional de Policía. Justo antes de entrar, ha sonado el himno nacional, en medio de un gran silencio.

En el templo ya estaban los Príncipes de Asturias, que han llegado a la una menos cuarto. Don Felipe y Doña Letizia han sido recibidos con numerosos aplausos de los cientos de ciudadanos que se congregaban tras el cordón policial.

Les han recibido en las escalinatas de la iglesia la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, el presidente del Senado, Javier Rojo, y el lehendakari, Patxi López; el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; la presidenta del Parlamento vasco, Arantza Quiroga; el consejero de Interior, Rodolfo Ares; el secretario de Estado para la Seguridad, Antonio Camacho; y el alcalde en funciones de Bilbao, Ibon Areso. La homilía fue celebrada por el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez.

En el interior de la iglesia, abarrotada de gente, se encontraban representantes de todos los partidos políticos, entre ellos la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, la vicesecretaria general del PP, Ana Mato, el consejero de Industria, Ignacio Aguirre, la portavoz del Gobierno vasco, Idoia Mendia, la consejera de Educación, Isabel Celaá, el presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu y el presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti.

También asistieron el secretario general de EB, Mikel Arana; el alcalde de Arrigorriaga, Alberto Ruiz de Azua; la directora de la Oficina de atención a víctimas del terrorismo, Maixabel Lasa; el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Fernando Ruiz Piñeiro, y el juez decano de Bilbao, Alfonso González Guija, entre otros.

BLAZQUEZ PIDE "UN NO ROTUNDO A ETA"

En su discurso, Blázquez, lanzó un mensaje de desligitimación en todos los ámbitos y en todos los aspectos del terrorismo y pidió a la sociedad que diga "todos a la vez, un no rotundo a ETA", a la vez que destacó "la unidad y perseverancia" como condición "imprescindible" para la desaparición del terrorismo.

Blazquez afirmó que Eduardo Antonio Puelles fue "asesinado cruelmente" y trasladó su afecto a su esposa, Francisca, y a su hijos, Rubén y Asier, y manifestó su "cercanía y honda condolencia" a toda su familia. A todos ellos les aseguró que no están solos y que "estamos sufriendo con vosotros y participamos de vuestra tristeza".

Blázquez aseguró que "cada víctima mortal del terrorismo es un clamor que exige, con la fuerza de la sangre injustamente vertida, respeto a la vida y libertad para todos". Asimismo, manifestó que "la memoria de las víctimas es un recordatorio permanente para que la sociedad continúe rechazando enérgicamente la violencia y desenmascarando sus propósitos".

En ese sentido, dijo que "deslegitimar en todos los aspectos el terrorismo es un ejercicio de clarificación que contribuye de manera eficaz a que la luz de la verdad venza las tinieblas de los pretextos y engaños". El Obispo de Bilbao señaló que la sociedad "debe continuar con paso firme en el camino que conduzca a la desaparición de ETA, que tanto daño nos ha causado".

"Apoyamos a las autoridades en el recorrido, siempre difícil y a veces muy doloroso, hasta alcanzar plenamente una convivencia libre y segura para todos", añadió, para afirmar que "debemos decir todos un no rotundo e inequívoco al terrorismo, con la cabeza y el corazón, en la conciencia y en la calle, personalmente cada persona y unidos como ciudadanos" porque "la unidad clara y perseverante contra la organización terrorista es condición eficaz para vencerla pronto".

Blázquez expresó también a los compañeros de Eduardo y a los miembros de los Cuerpos de Seguridad del Estado "nuestro apoyo y gratitud por la protección de nuestra libertad y convivencia, corriendo ellos en ocasiones serios riesgos para su vida".

El funeral, que duró más de una hora, concluyó con la interpretación del Agur Jauna y una salva de aplausos. Hubo también gritos a favor de los Cuerpos de Policía y de la Guardia Civil y en contra de ETA. A la salida, los Príncipes de Asturias dieron el pésame a la viuda e hijos de Eduardo Antonio Puelles, a los que se abrazaron, y a sus familiares más cercanos y se despidieron de las autoridades, para partir entre fuertes aplausos nuevamente por parte de los congregados en el exterior de la iglesia.

"Mi hermano es un héroe, un gudari"