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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 10.5.2010

Baltasar Garzón ha llegado en coche, solo y con semblante serio, mientras un par de docenas de simpatizantes le gritaban: "Adelante, no te rindas" y otras personas llevaban carteles en los que podía leerse "más jueces como Garzón" y "diga lo que diga el Supremo, yo, Rajoy, apoyo a Camps", debajo de lo cual el manifestante había apuntado "yo apoyo a Garzón".

La nota 'de color' la han puesto cuatro mariachis ataviados con amplios sombreros y con el traje típico mexicano que, contratados por un programa de televisión, han ofrecido una pequeña actuación a las puertas del tribunal. Yo sé que me quieren fuera, pero el día que yo me muera, España me va a extrañar, extrañar, extrañar, arrancaba la canción. Con sentencia o sin sentencia, y aunque cuestionen maneras, mi palabra es la ley, la derecha no me quiere, algunos jueces no me entienden, pero sigo siendo el juez, rezaba la ranchera.

Las tres causas que el juez tiene abiertas en el alto tribunal han provocado protestas y manifestaciones en diversas ciudades españolas y enfrentamientos entre el Gobierno y el Partido Popular. El titular del juzgado número 5 de la Audiencia Nacional está imputado por los presuntos delitos de prevaricación y contra las garantías de la intimidad por ordenar espiar en febrero de 2009 a los abogados del caso Gürtel cuando se entrevistaban con los principales acusados de la red.

El Supremo decidió a mediados de abril proceder contra el juez en contra de la opinión de la Fiscalía, que estimó que la orden de Garzón permitió comprobar que existía una trama de corrupción que presuntamente pagaba a cargos públicos a cambio de favores empresariales. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que investiga el caso Gürtel tras la inhibición de Garzón, anuló por "ilícitas" las conversaciones grabadas en la cárcel entre los abogados y sus defendidos.

Anteriormente, Garzón ha declarado en el Supremo por las desapariciones del franquismo y por el dinero percibido en la Universidad de Nueva York en la que ejerció de docente durante un año.

LA DECLARACIÓN

Fuentes presentes en la declaración han señalado que Garzón ha evitado responder a las acusaciones particulares, representadas por el ex fiscal de la Audiencia Nacional Ignacio Peláez (abogado del empresario imputado en "Gürtel" José Luis Ulibarri), y los letrados José Antonio Choclán, en nombre del "cerebro" de la trama Francisco Correa, y Gonzalo Rodríguez-Moullo, en representación del también investigado Pablo Crespo.

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 se ha limitado a contestar al magistrado Barreiro, al fiscal (que no le acusa en este procedimiento) y a su abogado en este asunto, el letrado sevillano Francisco Baena Bocanegra. La acusación considera que Garzón ha estado poco convincente al no haber explicado por qué no desglosó de las conversaciones intervenidas aquellos datos que afectaban al derecho a la defensa de los imputados en la trama de corrupción. No lo hizo hasta poco antes de inhibirse del asunto a favor del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. La defensa no ha hecho ningún comentario al respecto.

El ex fiscal de la Audiencia Nacional y actual abogado de Ulibarri, Ignacio Peláez, es quien se ha detenido a hacer declaraciones a los medios, en las que no ha descartado ampliar la querella y dirigirla también contra el instructor del “caso Gürtel” en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, el magistrado Antonio Pedreira, si se demuestra que ordenó al prórroga de las escuchas acordadas por Garzón. En concreto, ha dicho que cuando tenga conocimiento del auto con el que Pedreira supuestamente prorrogó las escuchas, decidirá si amplía la querella presentada ante el Alto Tribunal.

"Pero sigo siendo el jueeez..." Garzón, recibido a golpe de ranchera