miércoles. 24.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES 02.02.2010

Si una actitud triunfa en política es el cinismo y eso debe saberlo muy bien Mariano Rajoy, quien ya se hiciera famoso por sus hilillos de plastilina y que ahora retoma los diminutivos para explicar que el “hijoputa” de Esperanza Aguirre son “cosillas de la vida”. El líder del PP ha vuelto a escenificar una vez más su extrema debilidad a la hora de mantener en orden a su ‘familia’ popular que siempre termina subiéndosele a la chepa, sobre todo cuando se trata de la lideresa de armas tomar.

Esto es lo que se desprende después de ver cómo se ha tomado la última salida de tono de la presidenta de Madrid: “pequeñas cosas de la vida”, dice, para pasar después a negar la evidencia. ¿Peleas en Caja Madrid?, para nada. ¿Guerra a muerte entre Ruiz-Gallardón y Aguirre?, ¿quién se ha inventado eso? ¿O es que nadie es perfecto?: “Hay gente que nunca se equivoca, que no tiene nada de lo que arrepentirse, que no ha pecado en su vida y que es la quinta esencia de todas las virtudes. Hay muchos, yo no”, dijo Rajoy este lunes.

Horas antes, su lugarteniente María Dolores de Cospedal, alumna aventajada de este cinismo que impera en el PP (antes antinuclear y ahora pronuclear) aseguró que nada tenía que objetar a lo dicho por Aguirre. De sanción, ni hablar, como tampoco recordar la célebre frase salida de la última Junta Directiva del PP (a la que Aguirre dio plantón) y en la que Rajoy advirtió a los suyos que no les iba a pasar ni una más: no habrá próxima vez, dijo. Pues no una, sino cien se está tragando el líder de la oposición.

Ni la Gürtel, ni el espionaje político, ni el abandono inesperado del que fuera su fichaje estrella en las pasadas elecciones generales de 2008, Manuel Pizarro (con la rabieta incluida del alcalde de Madrid); ni que se haya conocido que el ex tesorero Luis Bárcenas, imputado por la trama de corrupción, le asista un letrado pagado por Génova; NI-NI, como esa generación de jóvenes que se han hecho célebres en televisión por su extrema vagancia (ni estudian ni trabajan)… Nada solivianta a Rajoy, predicador del tiempo todo lo cura.

Lo malo de Rajoy (o lo bueno, depende desde donde se mire) es que da munición a sus adversarios políticos. En ello hay también que destacar la inestimable ayuda de Aznar que no deja de ponerle palos en las ruedas y que dirigentes del PSOE como el portavoz en el Congreso, José Antonio Alonso, se han ocupado de recordarle: “Si quiere volver a la tarea política sustituya a Rajoy”, le ha espetado para resaltar la falta de liderazgo de la era marianista.

Pero si alguien ha aportado gracia a este debate ha sido el secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, al destacar que Rajoy tendrá que decidir “si está con papá o con mamá”, es decir, si con Gallardón o Aguirre, dada la posición ideológica “irreconciliable” de ambos.

Pero, ¿tomará una decisión de ese calibre? Permítannos que lo dudemos.

¿Con quién está Rajoy?, ¿con papá o mamá?