martes. 23.04.2024

“El PSE no contempla hacer un gobierno de coalición con el PNV”

ISABEL G.CABALLERO
El secretario general del Grupo Socialista en el Congreso habla para Nueva Tribuna de las elecciones vascas, de ETA, de las tramas de corrupción que salpican al PP, de la crisis económica, de la reforma laboral, y de otros asuntos como el ‘fenómeno Rosa Díez’ o el cuestionado liderazgo de Rajoy.
NUEVATRIBUNA.ES - 24.02.2009

Ramón Jáuregui no quiere especular con el día después de las elecciones en Euskadi pero cree que ha llegado la hora de pasar página a la etapa Ibarretxe que ha fracturado –dice- a la sociedad vasca. El que fuera vicelehendakari en el Gobierno de Ardanza cree que las circunstancias de ahora son totalmente distintas a las de hace veinte años y que, con respecto a ETA, es necesario mantener la “represión” política hasta el día que en el que alguien “apague la luz y cierre la puerta”.

Nueva Tribuna. Entramos en la recta final de la campaña de las elecciones vascas. Los sondeos dan una importante subida al PSE en número de escaños. ¿Cómo ve el escenario el día después?

Ramón Jáuregui. Lo primero que tiene que ocurrir es que Ibarretxe no tenga mayoría absoluta con los nacionalistas. Si eso ocurre se acabó la fiesta. Ibarretxe repetirá con un gobierno nacionalista excluyendo a los socialistas y se volverá a inventar otro ‘raca raca’. Eso seguro. Si no se da, que es bastante probable por los sondeos, entonces habrá que ver quién ha ganado, que es el que tendrá la responsabilidad de formar gobierno.

NT. ¿Cree que en estos momentos se dan las condiciones necesarias para reeditar un gobierno de coalición entre nacionalistas y socialistas como lo hubo en 1987?

RJ. Los tiempos han cambiado mucho. Patxi López ha dicho por activa y por pasiva que no va a apoyar la investidura de Ibarretxe. Va a buscar su propia investidura. Han cambiado mucho las circunstancias.

”EL PSE NO QUIERE SER EL BASTÓN DEL PNV”

NT. ¿Pero han cambiado para bien o para mal en relación a esa convivencia con el PNV?

RJ. Es que las razones que motivaron la coalición probablemente no existen hoy. En los primeros años ochenta la desunión contra el terrorismo y la soledad del Estado era tal que la urgencia máxima de la política vasca era construir un marco de unidad democrática frente ETA y superar la malévola distinción entre nacionalistas y no nacionalistas frente a la violencia. Esto ahora no es necesario y el PSE no quiere ser el bastón en el que se apoye el PNV para seguir gobernando. El PSE presenta la alternativa, el liderazgo del cambio. Y no está contemplando para nada la posibilidad de hacer una coalición con el PNV.

NT. ¿Y que valor otorga el hipotético apoyo del PP a la investidura de Patxi López?

RJ. Puede haber muchos apoyos. En todo caso, López ha dicho que no va a negociar con el PP un gobierno.

”HAY QUE TRABAJAR PARA EL DESESTIMIENTO DE ETA”

NT. Estas van a ser las primeras elecciones en el País Vasco en las que no concurrirá ningún partido ligado a ETA. ¿Cree que llegará el momento en el que pueda derogarse la ley de partidos políticos? ¿Qué ya no haga falta?

RJ. No, la ley va a ser necesaria porque ese espacio que representa el entorno de Batasuna no va a desaparecer. No seamos ingenuos. Lo que se ha puesto de manifiesto es que es ETA la que dirige todo el entramado y no desagua hacia la política la violencia sino que la utiliza la política para fortalecerse.

NT. ¿Va camino ETA de su grapización?

RJ. A mi no me asusta la grapización de ETA. Es el destino que han elegido ellos. Pero eso tiene que ir acompañado de un proceso de deslegitimación social, de desprestigio político importante en el seno de la sociedad para que no haya retroalimentación y que sean poco a poco un grupo marginal. El final de la violencia solo lo obtendremos cuando en su propio seno surjan quienes acaben convencidos de que es mejor terminar. Tampoco hay que descartar el trabajo que favorezca la aparición de un liderazgo para el desistimiento de la propia banda. No estoy hablando ni de dialogar ni de negociar nada, sino de trabajar en la perspectiva de que ese mundo llegue a la convicción del desistimiento. Que algún día haya uno que apague la luz y cierre la puerta.

LA ”LITURGIA TABERNARIA” DE ESPERANZA AGUIRRE

NT. La campaña electoral está quedando en un segundo plano por las tramas de corrupción y espionaje que salpican al PP, sobre todo en Madrid. ¿Cómo está viendo usted estos escándalos?

RJ. Lo que me preocupa de todo esto el descrédito de la política. Esperanza Aguirre ha acabado generando conflictos con todo el mundo y está saliendo seriamente castigada de los acontecimientos de estos días. En política no se puede estar pisando los callos a todos el mundo y todos los días. Tantos enfrentamientos con tanta gente: con la Caja (Madrid), con la oposición, en una liturgia casi tabernaria. Lo que más temo es que el PP, en su afán de elaborar una cortina de humo no esté mirando a su interior y no está limpiando.

NT. Quizá estén esperando a que pasen las elecciones del 1M.

RJ. No. Creo que en la actitud del PP se observa una gran impostura, la búsqueda de convertirse en víctimas y lo han utilizado hasta la exageración, con la desmesura de esta alianza mediática que acompaña todas sus denuncias, haciendo acusaciones gravísimas a las instancias judiciales.

NT. ¿Está Rajoy está políticamente agotado?

RJ. Dependerá de cómo vayan las elecciones. La repetición del triunfo del PSOE y del Bloque en Galicia y una bajada electoral importante en el País Vasco puede traerle aguas revueltas a su comisión ejecutiva y a su propio liderazgo. Yo pienso que el PP desde el partido de Valencia es un partido en transición, un partido sin definición clara de liderazgo y de dirección.

NT. ¿Qué le parece el ‘fenómeno Rosa Díez?

RJ. Al PP le ha salido un rival en su espacio y cada vez veo más claro que está configurando un proyecto con pretensiones de ser un partido bisagra de la gobernación española. Lo que pasa es que muy probablemente la nutrición de sus votos es PP y UPyD puede acabar poniendo en serio peligro la posibilidad de que el PP tenga mayorías electorales.

”LA CRISIS ECONÓMICA OBLIGA A UN GESTO DE UNIDAD POLÍTICA”

NT. Cambiemos de tema. ¿Obligará la situación de crisis económica a un gran acuerdo entre todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria?

RJ. Zapatero propuso en el debate el pasado 10 de febrero una política de ‘acuerdos de cooperación nacional’. Los llamó así. A lo largo del debate se puso de manifiesto que el PP no quiere saber nada porque la respuesta brutal a la propuesta y el discurso despreciativo, despectivo y descalificador de Rajoy no permite vislumbrar un escenario de pactos. Y si Zapatero formalizara esa propuesta al PP seguro que se quedaría con la mano tendida en el vacío. El PP tiene muy articulada una oposición durísima, catastrofista a la política económica del Gobierno.

NT. ¿Y la receptividad del resto de Grupos Parlamentarios?

RJ. Zapatero también anunció que estaba dispuesto a discutir con los Grupos las reformas estructurales que la economía necesita y creo que ese debate se producirá. Quizá el que expresó de una manera más comprometida su actitud hacia el pacto fue Duran i Lleida (CiU). El debate está abierto. La situación económica española necesita un gesto de unidad, como símbolo de fortaleza y de confianza.

”LA CRISIS ECONÓMICA OBLIGA A UN GESTO DE UNIDAD POLÍTICA”

NT. ¿Ve necesaria una reforma laboral?

RJ. No necesariamente la que se refiere a la entrada o a la salida del mercado de trabajo. Me interesa más discutir la necesidad de agilizar los servicios de intermediación y de inserción laboral. Creo que con 3 millones largos de parados tenemos un problema muy importante de tratamiento de ese colectivo y eso por ejemplo en mi opinión debiera abrir el espacio a algunas discusiones interesantes de entidades concertadas con el servicio publico de empleo para la recolocación de colectivos más desfavorables, con una política de inserción más activa. Lo de la reforma laboral sobre el coste de los despidos es casi un tópico. No digo que no se pueda hablar pero no con las fórmulas mágicas que algunos plantean de abaratamiento del despido.

NT. En eso ha sido tajante Zapatero.

RJ. Sí. A mi la flexiseguridad me gusta como concepto y yo avanzaría en ese terreno la idea de los franceses, en la creación de planes de empleo de las empresas para desarrollar el currículo de los trabajadores y comprometerse con la inserción, con la colocación, cuando el mercado demanda hacer un ERE. Esas cosas sí que creo que deberían trabajarse un poco mejor. El mercado laboral no es intocable, es un continuo, un marco flexible.

NT. Pero son medidas que urgen…

RJ. Y son medidas que se están haciendo. No es verdad que el Gobierno esté parado. Yo quiero recordar que en el año 2005 se elaboró un plan de reformas estructurales. Se están haciendo las cosas, lo cual no quita que algunos elementos de las reformas debieran ser objeto de pactos más amplios incluidas las Comunidades Autónomas. Pongamos por caso que discutimos la conveniencia de facilitar un poco los mercados jurídicos en un mapa autonómico complejo.

NT. El PP lo llama unidad de mercado.

RJ. Simplemente habría que armonizar un poco y abordar algunas de las problemáticas que tienen muchos sectores. Desde los que hacen autobuses y tienen que ajustar la normativa de los asientos a 15 normas autonómicas hasta los que venden antenas de telefonía en los tejados. Pues igual hay que hacer con las licencias de caza, dicho sea entre paréntesis.

La reforma universitaria o el fracaso escolar, hay que abordarlo con las comunidades autónomas. La justicia, que requiere reformular consensos para ir modernizando un servicio que está necesitado de grandes impulsos. Esas cosas si son las que el país debiera visualizar. En esas materias es donde se esconde la asignatura de la competitividad. Ahí es donde tenemos que incidir para ser más productivos. Cuando salgamos de la crisis, o somos un país competitivo por nuestra productividad o lo pasaremos mal.

“El PSE no contempla hacer un gobierno de coalición con el PNV”