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NUEVATRIBUNA.ES / L.M. - 15.09.2009

El tiro de la subida de impuestos podría salirle al Gobierno por la culata. Si no se ataja el fraude, la próxima reforma tributaria quedará en agua de borrajas, en términos de recaudación, y el Estado con un palmo de narices, asumiendo el coste social de subir los impuestos, aunque sin el dinero que sirva enjugar el creciente déficit fiscal.

Según la Organización Profesional de los Inspectores de Hacienda del Estado, la intención del Gobierno de incrementar en 15.000 millones de euros los impuestos, entre otros los especiales y el IVA, podría suponer un incremento del fraude fiscal.

Para los Inspectores de Hacienda, un incremento de los tipos del IVA complicará las labores de la Administración Tributaria. Por ello, consideran que si no se toman medidas adicionales, y no se dota con mayores medios a la Agencia Tributaria, es poco probable que el aumento del IVA se traduzca en mayor recaudación, “sino en más fraude y en una mayor competencia desleal a las empresas honradas, por parte de los defraudadores”.

En su opinión, el Gobierno debe centrarse en una reforma que impida algunos sistemas de defraudación, además de aumentar las citadas medidas de control. En concreto, los inspectores señalan el problema de la utilización “abusiva” del régimen de módulos, o la proliferación de tramas de defraudación intracomunitarias.

Según explicó a nuevatribuna.es el portavoz de la Asociación, Francisco de la Torre, las tramas intracomunitarias son cadenas de empresas que operan en la Unión Europea, que logran defraudar actualmente cantidades cercanas al 20 por ciento de la recaudación total por IVA en el conjunto de la UE, a través de empresas pantalla que consiguen engañar al fisco.

Las tramas intracomunitarias logran obtener devoluciones de IVA que no les corresponden, y forman cadenas de empresas que operan “cada vez más rápido”, señala. “Si alguien desaparece en medio de la trama, has perdido el dinero”, explica.

Los inspectores han observado desde hace meses un “importante incremento” de la defraudación del IVA, y también del Impuesto de Sociedades, a través de facturas falsas. En muchas ocasiones, este fraude se origina por el uso abusivo del régimen de módulos. El IVA es uno de los impuestos cuya recaudación es “más sensible a la defraudación”, afirman.

Según explica De la Torre, el fraude a través del régimen de módulos tiene lugar en pequeñas empresas, como talleres de coches o un modesto albañil, que pueden “inflar sus facturas” sin tener siquiera que ocultarse. En este sistema, el contribuyente tributa una cantidad fija con independencia de lo que facture. Por ello, los Inspectores de Hacienda reclaman que sólo las empresas que facturan al consumidor final puedan acogerse al régimen de módulos.

Además critican que en el último año se ha tomado la decisión de no implantar con carácter obligatorio el envío de los libros registro de IVA por Internet. Este envío hubiera supuesto una gran herramienta en la lucha contra el fraude. En cambio, sí se ha implantado otro sistema, como es el régimen de devolución mensual, que ha cargado de trabajo a la Agencia Tributaria, a fin de impedir el pago indebido con fondos públicos.

Los Inspectores recuerdan que cualquier subida de impuestos sólo tiene justificación si consigue recaudar más para las arcas del Estado. Además, la subida debe distorsionar lo menos posible el mercado. Sin embargo, estas dos condiciones no se cumplirán, si no se toman medidas adicionales, insisten.

PUEDE QUE NO SE RECUERDE MÁS

El IVA es un impuesto que recae sobre el consumo. Sin embargo, las empresas deben vender sus productos si quieren repercutir la tasa en el consumidor final. Pero, si baja el consumo, las empresas tendrán que renunciar a una parte de sus márgenes. Y no podrán repercutir el pago del impuesto.

Además, la crisis ha obligado a un recorte de márgenes previo al aumento del impuesto. Por ejemplo, en la Alimentación. En estas condiciones, un incremento del IVA puede suponer un coste mayor para las empresas, más que un aumento del precio a pagar por el consumidor.

Por todo ello, los Inspectores señalan que las posibilidades de que el IVA no se llegue a ingresar efectivamente en la Hacienda Pública, por defraudación o quiebra de la empresa, aumentan de forma importante.

INCREMENTO DEL FRAUDE EN LA ÚLTIMA SUBIDA

Por último, los Inspectores recuerdan que en España, la última subida del IVA (del 15 por ciento al 16 por ciento) tuvo lugar en plena crisis de 1993 (entrada en vigor 1-1-1995) y ello no se tradujo en un incremento de la recaudación, sino en un "incremento exponencial" del fraude fiscal, que llevó a una menor recaudación.

"Aunque es cierto, como indican algunos expertos, que la Administración Tributaria funciona con más eficacia que en 1993, desafortunadamente también los defraudadores han sofisticado sus métodos y procedimientos desde entonces, con lo que el riesgo de fraude no ha disminuido", subrayan.

Vuelve la factura falsa