nuevatribuna.es
8 de septiembre de 2010, 6:04
NUEVATRIBUNA.ES - 7.9.2010
Ignacio Fernández Toxo, ha dicho en declaraciones a Punto Radio no estar extrañado por los gritos en la fiesta de Rodiezmo sugiriendo a su homólogo de UGT, Cándido Méndez, no materializar la huelga general del próximo 29 de septiembre, y ha considerado que "lo extraño" sería que la ciudadanía aplaudiese la convocatoria de un paro de estas características. No obstante, ha defendido que "a veces no queda más remedio (que ir a la huelga general)", y ha insistido en calificar la reforma laboral aprobada por decreto como "la más regresiva de la democracia".
"La reforma laboral no se puede hacer de forma atropellada y con escasa base de debate", ha sentenciado, en alusión a la tramitación de urgencia en el Parlamento durante este verano.
Por último, ha recordado que las medidas impulsadas por el Ejecutivo para atajar la crisis no harán más que "retrasar" la creación de empleo, que no volverá a los niveles previos a la crisis, según el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, "en tres o cuatro años".
Ignacio Fernández Toxo, ha dicho en declaraciones a Punto Radio no estar extrañado por los gritos en la fiesta de Rodiezmo sugiriendo a su homólogo de UGT, Cándido Méndez, no materializar la huelga general del próximo 29 de septiembre, y ha considerado que "lo extraño" sería que la ciudadanía aplaudiese la convocatoria de un paro de estas características. No obstante, ha defendido que "a veces no queda más remedio (que ir a la huelga general)", y ha insistido en calificar la reforma laboral aprobada por decreto como "la más regresiva de la democracia".
"La reforma laboral no se puede hacer de forma atropellada y con escasa base de debate", ha sentenciado, en alusión a la tramitación de urgencia en el Parlamento durante este verano.
Por último, ha recordado que las medidas impulsadas por el Ejecutivo para atajar la crisis no harán más que "retrasar" la creación de empleo, que no volverá a los niveles previos a la crisis, según el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, "en tres o cuatro años".
