nuevatribuna.es
17 de julio de 2010, 14:09
NUEVATRIBUNA.ES / A.M - 15.07.2010
El martes no se notó nada. Los trenes pasaban cada siete minutos y había un poco más de gente en los andenes. La huelga no se sintió. Pero todavía queda el viernes, y las negociaciones entre los sindicatos de Metro y la empresa están en su peor momento, por lo tanto todavía no se sabe qué se podrá esperar del paro de este viernes.
La última reunión entre trabajadores y empresa se produjo el miércoles y se alargó hasta bien entrada la noche. Ambos actores siguen en sus trece. Los sindicatos se niegan a que se toque el salario de sus trabajadores y los empresarios aseguran que la reducción de la nómina es innegociable.
Es más, la Consejería de Transportes y Metro de Madrid dio ayer un ultimátum a los trabajadores. El gerente del Consorcio Regional de Transportes, José Manuel Pradillo, optó por la mano dura, y advirtió que si antes del 20 de julio no aceptan que sus sueldos se verán reducidos en un 1,5% - tal y como propuso la Comunidad de Madrid la semana pasada- “se les descontará el 5% a todas y cada una de las retribuciones”.
El Gobierno Regional quiere ahorrar como sea 7,9 millones de euros, y ese dinero lo va a obtener de las nóminas de los trabajadores. Poco le importó a la Comunidad de Madrid el desembolso de 50 millones de euros invertidos en publicitar el servicio del metro. Pero con el salario de los trabajadores sí se puede hacer una excepción, debe haber pensado la presidenta de la comunidad, que precisamente lo que ha hecho es legalizar la excepcionalidad.
Esperanza Aguirre bajo la justificación de que el Gobierno central había ordenado rebajar hasta un 5% en los salarios de los empleados públicos, decidió extrapolar esta norma también a los trabajadores de metro, los cuales no gozan de una situación de funcionarios normal. Pero la lideresa con su la ley autonómica que aprobó el 28 de junio, incluyó una excepción para Metro: la rebaja sería del 2,15% y podría aplicarse a todo el capítulo de gastos de personal - salarios, horas extra, gratificaciones… etc-.
Desde el primer momento, los trabajadores denunciaron la ilegalidad de la medida, ya que iba en contra de su convenio, por lo que comenzaron una huelga para evitar que el recorte afectara su sueldos.
El comité de huelga ha sugerido que se toquen otras partidas para ayudar a alcanzar los 7,9 millones de euros que Transportes quieren ahorrar. Ayer llegó a ofrecer que los trabajadores dejasen de cobrar un año de antigüedad, algo que Metro no acepta al ser "jurídicamente imposible". Esta medida supondría algo más de un tercio del ahorro planteado por la Comunidad de Madrid, según estimaciones del propio gerente. Sin embargo, la Comunidad de Madrid considera imprescindible rebajar el 1,5% del sueldo a los 7.600 empleados de Metro.
LA INCERTIDUMBRE DEL VIERNES
Después de una negociación terminada con amenazas por parte de la empresa, no se sabe lo que sucederá en la huelga de mañana. En principio los trabajadores deben respetar los servicios mínimos impuesto desde el Gobierno Regional y que son del 50%.
Sin embargo, algunos de los trabajadores mostraron su enojo en la reunión del miércoles recordando que esos servicios mínimos “eran abusivos” y que de ese modo la población “ni se daba cuenta de sus reivindicaciones”. Días antes del gran colapso que generó la huelga de metro hace dos semanas, ya se estaban produciendo paros, pero la ciudadanía ni los notó y por ello los trabajadores apostaron por la huelga sin servicios mínimos. Los trabajadores de metro no descartan que vuelvan a hacer lo mismo.
El martes no se notó nada. Los trenes pasaban cada siete minutos y había un poco más de gente en los andenes. La huelga no se sintió. Pero todavía queda el viernes, y las negociaciones entre los sindicatos de Metro y la empresa están en su peor momento, por lo tanto todavía no se sabe qué se podrá esperar del paro de este viernes.
La última reunión entre trabajadores y empresa se produjo el miércoles y se alargó hasta bien entrada la noche. Ambos actores siguen en sus trece. Los sindicatos se niegan a que se toque el salario de sus trabajadores y los empresarios aseguran que la reducción de la nómina es innegociable.
Es más, la Consejería de Transportes y Metro de Madrid dio ayer un ultimátum a los trabajadores. El gerente del Consorcio Regional de Transportes, José Manuel Pradillo, optó por la mano dura, y advirtió que si antes del 20 de julio no aceptan que sus sueldos se verán reducidos en un 1,5% - tal y como propuso la Comunidad de Madrid la semana pasada- “se les descontará el 5% a todas y cada una de las retribuciones”.
El Gobierno Regional quiere ahorrar como sea 7,9 millones de euros, y ese dinero lo va a obtener de las nóminas de los trabajadores. Poco le importó a la Comunidad de Madrid el desembolso de 50 millones de euros invertidos en publicitar el servicio del metro. Pero con el salario de los trabajadores sí se puede hacer una excepción, debe haber pensado la presidenta de la comunidad, que precisamente lo que ha hecho es legalizar la excepcionalidad.
Esperanza Aguirre bajo la justificación de que el Gobierno central había ordenado rebajar hasta un 5% en los salarios de los empleados públicos, decidió extrapolar esta norma también a los trabajadores de metro, los cuales no gozan de una situación de funcionarios normal. Pero la lideresa con su la ley autonómica que aprobó el 28 de junio, incluyó una excepción para Metro: la rebaja sería del 2,15% y podría aplicarse a todo el capítulo de gastos de personal - salarios, horas extra, gratificaciones… etc-.
Desde el primer momento, los trabajadores denunciaron la ilegalidad de la medida, ya que iba en contra de su convenio, por lo que comenzaron una huelga para evitar que el recorte afectara su sueldos.
El comité de huelga ha sugerido que se toquen otras partidas para ayudar a alcanzar los 7,9 millones de euros que Transportes quieren ahorrar. Ayer llegó a ofrecer que los trabajadores dejasen de cobrar un año de antigüedad, algo que Metro no acepta al ser "jurídicamente imposible". Esta medida supondría algo más de un tercio del ahorro planteado por la Comunidad de Madrid, según estimaciones del propio gerente. Sin embargo, la Comunidad de Madrid considera imprescindible rebajar el 1,5% del sueldo a los 7.600 empleados de Metro.
LA INCERTIDUMBRE DEL VIERNES
Después de una negociación terminada con amenazas por parte de la empresa, no se sabe lo que sucederá en la huelga de mañana. En principio los trabajadores deben respetar los servicios mínimos impuesto desde el Gobierno Regional y que son del 50%.
Sin embargo, algunos de los trabajadores mostraron su enojo en la reunión del miércoles recordando que esos servicios mínimos “eran abusivos” y que de ese modo la población “ni se daba cuenta de sus reivindicaciones”. Días antes del gran colapso que generó la huelga de metro hace dos semanas, ya se estaban produciendo paros, pero la ciudadanía ni los notó y por ello los trabajadores apostaron por la huelga sin servicios mínimos. Los trabajadores de metro no descartan que vuelvan a hacer lo mismo.
