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NUEVATRIBUNA.ES - 21.04.2010

La situación empresarial del líder de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, genera un “ruido” que “evidentemente” afecta a la negociación entre empresarios, Gobierno y sindicatos, dijo hoy Ignacio Fernández Toxo, secretario general de Comisiones Obreras. Los problemas de liquidez de Viajes Marsans y otras empresas de Díaz Ferrán no crean, en opinión de Toxo, “el mejor escenario posible”. Algo que, en cambio, no impide que prosigan “de forma muy intensa” las negociaciones en la mesa del Diálogo Social.

En su opinión, la mesa del Diálogo Social debería orientarse hacia una división en dos fases del proceso de negociación. Según este esquema, la discusión sobre las modalidades de contratación –la parte más polémica- quedaría relegada a una segunda ronda, donde podría abordarse este asunto "con más sosiego", explicó Toxo.

Sin embargo, la apuesta por abordar la negociación en dos fases choca con la resistencia a dilatar aún más el proceso mostrada ayer martes en el Congreso de los Diputados. La Cámara rechazó la petición del PP de acelerar la reforma. Pero la coalición catalana CiU se permitió dar un ultimátum al Gobierno y fijar un plazo de 10 ó 15 días para que la mesa de los agentes sociales apruebe las “reformas imprescindibles”. En caso contrario, el Gobierno debería aprobarlo por decreto ley, defendió la coalición.

La irrupción de los nacionalistas el proceso de reforma laboral sitúa al Gobierno entre la espada y la pared. Si los catalanes logran el apoyo de PNV y deciden "interferir" en la discusión, la fuerza favorable a una reforma sin consenso sumaría un total de 168 votos, con los votos del Grupo Popular, lo que supone un empate de votos frente al Grupo Socialista. .

'Populares’ y nacionalistas vascos y catalanes podrían provocar la llegada de un nuevo 'decretazo' en este sentido. Para lograr que la Cámara Baja aprobara estas medidas al margen de empresarios, sindicatos y Gobierno, la coalición necesitaría reunir más votos entre el Grupo Mixto. En este sentido, estaría por ver el sentido del voto de Coalición Canaria -aliada del Gobierno en esta legislatura- y de UPN y Rosa Díez. En cuanto a ERC, los republicanos vienen marcando distancias los últimos meses en este asunto respecto a la línea general que mantiene la izquierda.

Por su parte, Ignacio Fernández Toxo se manifestó hoy en contra de una aprobación apresurada que malbarate los resultados de las medidas. Una tesis apoyada hoy por Cándido Méndez, líder de UGT, quien dijo, por ejemplo, que una medida del calado del método austriaco, que reforma las indemnizaciones por despido, no se puede aprobar "de la noche a la mañana."

Toxo reiteró su apuesta por la reforma del mercado de trabajo, si bien la reforma no creará empleo, según recordó. En cambio, el líder de CCOO admitió que ayudaría a mejorar el "clima" económico.

En este sentido, Méndez avanzó hoy la idea de un “acuerdo pasarela” que aborde lo prioritario en primer lugar, y deje para más adelante la reforma estructural de la contratación. Esta idea permitiría, no sin polémica, ganar algo de tiempo con un primer paquete de medidas urgentes -plan de empleo juvenil, reforma de las bonificaciones y 'método alemán'-. Y aliviaría la enorme presión que existe sobre los actores implicados en la reforma del mercado laboral español.

Respecto a las medidas prioritarias, los sindicatos abogan por implantar un plan de empleo para los jóvenes y los parados de larga duración. Además pretenden reorientar los incentivos públicos a la contratación -las famosas ‘bonificaciones’- y que el Estado sufrague la reducción de jornada en las empresas con problemas.

Mientras tanto, los empresarios desean, además de reducir los costes del empleo, un plan de lucha contra el absentismo en las empresas, además de potenciar la potestad del patrón para gestionar los tiempos de trabajo y las funciones que allí desempeñan los trabajadores, así como mejorar la contratación indefinida -sin que eso perjudique a la temporal-.

Toxo alertó hoy contra quienes, según él, abordan la reforma con el criterio de “cuanto me llevo” y se mostró contrario a abaratar las indemnizaciones que perciben los trabajadores despedidos, así como a rebajar de las cuotas que pagan las empresas a la Seguridad Social, el sostén del sistema de pensiones.

UGT se abona a la reforma laboral en 'dos fases' tras las presiones del Congreso