nuevatribuna.es
16 de junio de 2010, 12:41
NUEVATRIBUNA.ES/ L.M.- 15.06.2010
UGT y Comisiones Obreras han convocado una huelga general para el próximo 29 de septiembre, tras el “infructuoso” proceso de negociación con el Gobierno y las organizaciones empresariales para llevar a cabo una reforma laboral. Tras la ruptura, las centrales sindicales llevarán a cabo un intenso proceso de movilización, que culminará en el paro general. En su opinión, la reforma del Gobierno ralentizará la creación de empleo y anticipa nuevas sorpresas por parte del Ejecutivo.
Los sindicatos han elegido el el 29 de septiembre para convocar el paro general por diversas razones. En primer lugar, anticipan que el Gobierno tratará de sacar adelante nuevos recortes, tras el “cambio de carril” imprimido a su política, tras la reunión del último Ecofin, el consejo de ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea, tras el cual el Ejecutivo se ha visto obligado a agilizar los cambios.
Entre las reformas pendientes preocupa entre los sindicatos especialmente la reforma de las pensiones, según confirmaron los máximos líderes sindicales de UGT, Cándido Méndez, y de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, en una comparecencia conjunta para explicar los motivos de la huelga. Según afirmaron, la reforma contra la cual los sindicatos han convocado el primer paro general al que se enfrenta el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, facilitará y abaratará el despido, incrementará la temporalidad estructural y debilitará la negociación colectiva.
Ahora, los sindicatos se afanan en conseguir que los grupos políticos 'dulcifiquen' la reforma a su paso por el Congreso de los Diputados. Tras atender a la prensa, Toxo y Méndez partieron a entrevistarse con CiU, cuyo papel se juzga clave en la tramitación de la reforma. En principio, los diez diputados de la coalición nacionalista catalana bastan para que la reforma quede aprobada. Aun así, el Ejecutivo parece aceptar la petición de gran parte de los grupos de tramitar la norma como proyecto de ley, lo que retrasará su entrada en vigor hasta el próximo otoño. El miércoles recibirá la bendición del Consejo de Ministros.
Sin embargo, los sindicatos temen que la reforma se 'endurezca' tras su paso por el Congreso y resulte “aún más lesiva” para los intereses de los trabajadores. En este sentido, el Partido Popular sorprendió hoy al mostrarse “muy incómodo” con una reforma que se limita a “abaratar” el despido, con los consecuentes efectos nocivos sobre el consumo, según afirmó su portavoz económico, Cristóbal Montoro. “Evidentemente, no estamos cerca del sí”, avanzó.
Los grupos han decidido aguardar a que el Gobierno apruebe este miércoles el texto definitivo para decidir si apoyarán la reforma. “Suponemos que tenemos una versión completa y pormenorizada de la reforma”, ironizó Méndez, al justificar la convocatoria del paro sin esperar a que se apruebe el texto definitivo.
Volviendo la vista atrás, Méndez lamentó que la reforma haya convertido en “inútil” el sacrificio de millones de parados y trabajadores, “que han soportado ocho trimestres seguidos de descenso en la actividad”, precisó. Ahora, el Gobierno tira por tierra ese sacrificio y, cuando se vislumbra la recuperación, comete “un error fundamental” con esta reforma. En su opinión, el “cambio de modelo productivo es otras de las víctimas que se cobra el cambio de carril del Gobierno”.
ACUERDO 'SECRETO' SOBRE LAS CAJAS
Los sindicatos insisten que la reforma laboral no será la última baza que se guarda el Gobierno, asediado por los problemas económicos. En su opinión, tras la reforma laboral y la del sistema financiero, Zapatero se dispone a reformar también el sistema de pensiones, afirmó Toxo, quien reiteró que la huelga general se dirige contra todos estos cambios. En particular cargó contra lo que llamó un “acuerdo secreto” entre el PP y el PSOE en la reforma de las Cajas, que persigue acabar con su naturaleza social.
Por otro lado, los sindicatos insisten en que “no hay ningún empleo esperando la reforma del Estatuto de los Trabajadores”, según abundó Toxo. En su opinión, la reforma del mercado de trabao “va a primar que la contratación temporal se convierta en la puerta de entrada” a ese mercado. .
Por otro lado, Toxo lamentó que la reforma laboral supondrá “un golpe importante a la negociación colectiva”. Según precisó, abrirá una vía de “flexibilidad forzada” que aumentará “el poder discrecional” de las empresas, de tal modo que millones de trabajadores, sobre todo de las 'pymes', “pueden quedar inermes”.
DOS ESCALONES HASTA LA HUELGA
“La huelga irá adelante. Porque tenemos el convencimiento de que el Gobierno no puede dar marcha atrás”, admitió Méndez. La movilización subirá “dos grandes escalones”, informó. El día 29 de septiembre, por su parte, está programada una protesta sindical en toda Europa.
Los sindicatos convocarán manifestaciones el próximo 30 de junio en las distintas comunidades autónomas. El segundo gran escalón será un acto “masivo” que reunirá en Madrid a representantes sindicales de toda España. Se celebrará “con toda probabilidad” el próximo 9 de septiembre.
RECUERDO A BÁRCENAS
Méndez y Toxo tuvieron además un recuerdo para Jesús Bárcenas, el presidente de la patronal de pequeñas y medianas empresas, Cepyme, que este martes perdió las elecciones en la patronal ante Jesús Terciado. Para Méndez, “con el relevo de Bárcenas, se acaba una manera de entender el Diálogo Social en CEOE y Cepyme; no sé si de manera irreversible”, afirmó el líder de UGT, quien alabó el hecho de que Bárcenas “daba capacidad de interlocución a los agentes sociales”.
Toxo afirmó además que los sindicatos aún no han comunicado las razones de la huelga al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. En este sentido, Toxo afirmó: “También él tiene la posibilidad de descolgar el teléfono y llamarnos”. Todo un símbolo de la incomunicación recién inaugurada entre los sindicatos y el presidente del Gobierno, en vísperas de la que será la primera huelga general a la que se enfrente Zapatero.
UGT y Comisiones Obreras han convocado una huelga general para el próximo 29 de septiembre, tras el “infructuoso” proceso de negociación con el Gobierno y las organizaciones empresariales para llevar a cabo una reforma laboral. Tras la ruptura, las centrales sindicales llevarán a cabo un intenso proceso de movilización, que culminará en el paro general. En su opinión, la reforma del Gobierno ralentizará la creación de empleo y anticipa nuevas sorpresas por parte del Ejecutivo.
Los sindicatos han elegido el el 29 de septiembre para convocar el paro general por diversas razones. En primer lugar, anticipan que el Gobierno tratará de sacar adelante nuevos recortes, tras el “cambio de carril” imprimido a su política, tras la reunión del último Ecofin, el consejo de ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea, tras el cual el Ejecutivo se ha visto obligado a agilizar los cambios.
Entre las reformas pendientes preocupa entre los sindicatos especialmente la reforma de las pensiones, según confirmaron los máximos líderes sindicales de UGT, Cándido Méndez, y de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, en una comparecencia conjunta para explicar los motivos de la huelga. Según afirmaron, la reforma contra la cual los sindicatos han convocado el primer paro general al que se enfrenta el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, facilitará y abaratará el despido, incrementará la temporalidad estructural y debilitará la negociación colectiva.
Ahora, los sindicatos se afanan en conseguir que los grupos políticos 'dulcifiquen' la reforma a su paso por el Congreso de los Diputados. Tras atender a la prensa, Toxo y Méndez partieron a entrevistarse con CiU, cuyo papel se juzga clave en la tramitación de la reforma. En principio, los diez diputados de la coalición nacionalista catalana bastan para que la reforma quede aprobada. Aun así, el Ejecutivo parece aceptar la petición de gran parte de los grupos de tramitar la norma como proyecto de ley, lo que retrasará su entrada en vigor hasta el próximo otoño. El miércoles recibirá la bendición del Consejo de Ministros.
Sin embargo, los sindicatos temen que la reforma se 'endurezca' tras su paso por el Congreso y resulte “aún más lesiva” para los intereses de los trabajadores. En este sentido, el Partido Popular sorprendió hoy al mostrarse “muy incómodo” con una reforma que se limita a “abaratar” el despido, con los consecuentes efectos nocivos sobre el consumo, según afirmó su portavoz económico, Cristóbal Montoro. “Evidentemente, no estamos cerca del sí”, avanzó.
Los grupos han decidido aguardar a que el Gobierno apruebe este miércoles el texto definitivo para decidir si apoyarán la reforma. “Suponemos que tenemos una versión completa y pormenorizada de la reforma”, ironizó Méndez, al justificar la convocatoria del paro sin esperar a que se apruebe el texto definitivo.
Volviendo la vista atrás, Méndez lamentó que la reforma haya convertido en “inútil” el sacrificio de millones de parados y trabajadores, “que han soportado ocho trimestres seguidos de descenso en la actividad”, precisó. Ahora, el Gobierno tira por tierra ese sacrificio y, cuando se vislumbra la recuperación, comete “un error fundamental” con esta reforma. En su opinión, el “cambio de modelo productivo es otras de las víctimas que se cobra el cambio de carril del Gobierno”.
ACUERDO 'SECRETO' SOBRE LAS CAJAS
Los sindicatos insisten que la reforma laboral no será la última baza que se guarda el Gobierno, asediado por los problemas económicos. En su opinión, tras la reforma laboral y la del sistema financiero, Zapatero se dispone a reformar también el sistema de pensiones, afirmó Toxo, quien reiteró que la huelga general se dirige contra todos estos cambios. En particular cargó contra lo que llamó un “acuerdo secreto” entre el PP y el PSOE en la reforma de las Cajas, que persigue acabar con su naturaleza social.
Por otro lado, los sindicatos insisten en que “no hay ningún empleo esperando la reforma del Estatuto de los Trabajadores”, según abundó Toxo. En su opinión, la reforma del mercado de trabao “va a primar que la contratación temporal se convierta en la puerta de entrada” a ese mercado. .
Por otro lado, Toxo lamentó que la reforma laboral supondrá “un golpe importante a la negociación colectiva”. Según precisó, abrirá una vía de “flexibilidad forzada” que aumentará “el poder discrecional” de las empresas, de tal modo que millones de trabajadores, sobre todo de las 'pymes', “pueden quedar inermes”.
DOS ESCALONES HASTA LA HUELGA
“La huelga irá adelante. Porque tenemos el convencimiento de que el Gobierno no puede dar marcha atrás”, admitió Méndez. La movilización subirá “dos grandes escalones”, informó. El día 29 de septiembre, por su parte, está programada una protesta sindical en toda Europa.
Los sindicatos convocarán manifestaciones el próximo 30 de junio en las distintas comunidades autónomas. El segundo gran escalón será un acto “masivo” que reunirá en Madrid a representantes sindicales de toda España. Se celebrará “con toda probabilidad” el próximo 9 de septiembre.
RECUERDO A BÁRCENAS
Méndez y Toxo tuvieron además un recuerdo para Jesús Bárcenas, el presidente de la patronal de pequeñas y medianas empresas, Cepyme, que este martes perdió las elecciones en la patronal ante Jesús Terciado. Para Méndez, “con el relevo de Bárcenas, se acaba una manera de entender el Diálogo Social en CEOE y Cepyme; no sé si de manera irreversible”, afirmó el líder de UGT, quien alabó el hecho de que Bárcenas “daba capacidad de interlocución a los agentes sociales”.
Toxo afirmó además que los sindicatos aún no han comunicado las razones de la huelga al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. En este sentido, Toxo afirmó: “También él tiene la posibilidad de descolgar el teléfono y llamarnos”. Todo un símbolo de la incomunicación recién inaugurada entre los sindicatos y el presidente del Gobierno, en vísperas de la que será la primera huelga general a la que se enfrente Zapatero.
