sábado. 20.04.2024
Gestha
Gestha

Los impuestos sobre estos dos productos suponen cerca de la mitad (44,5%) de la recaudación en Impuestos Especiales, sólo superada por lo que aporta el gravamen sobre los hidrocarburos, que contribuye con un 47,2%. Por tanto, el alcohol y el tabaco tienen mucho peso en esta partida, aunque en el último año los ingresos del Estado por esta vía siguieron dibujando una tendencia a la baja.

Dada la importante cuantía que dejan a las arcas públicas, se puede interpretar que el Gobierno recurre a la subida de estos productos de consumo masivo para cuadrar las cuentas. Los ciudadanos que los consumen habitualmente y los propios sectores económicos afectados por las subidas pueden interpretarlas como una medida de afán recaudatorio, si bien hay que tener en cuenta algunos datos.

En 2012, último ejercicio fiscal con datos completos, se recaudaron 8.109 millones de euros por los impuestos al alcohol, cerveza y tabaco, el 0,8% del PIB español. Es una cantidad que puede parecer grande en términos absolutos, pero que pierde peso si la comparamos con el tamaño de la economía. Además, España ocupa una alejada 19ª posición en el ranking de la Unión Europea de los Veintisiete (el ranking se elaboró antes de la entrada hace unos días de Croacia) en cuanto a la recaudación por impuestos a tabaco y alcohol.

Pero esta no es la razón de más peso a la hora de sopesar si el gravamen a estos productos tiene una finalidad recaudatoria. Como todos sabemos, su consumo es perjudicial para la salud, tanto de los que fuman y beben como de los que no. Según el Plan Nacional sobre Drogas, el coste directo e indirecto del consumo de alcohol para el Sistema Nacional de Salud es de 3.833 millones de euros anuales, una cifra que casi multiplica por cuatro la recaudación aportada por el alcohol y la cerveza (1.028 millones).

Tabaco y alcohol tienen un coste económico-social de casi 20.000 millones de euros anuales, el 2% del PIB

Y lo mismo para el tabaco. Se estima en 15.336 millones de euros anuales el costo de las enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco, según el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo, en los que no se incluyen otros 530 millones de gasto que se estima provoca el tabaquismo pasivo. Una cifra que también supera con creces los 7.064 millones recaudados por Hacienda por este concepto.

En total, tabaco y alcohol tienen un coste económico-social de casi 20.000 millones de euros anuales, el 2% del PIB. Por tanto, nuestra conclusión como Técnicos de Hacienda es clara: no debe existir una finalidad recaudatoria en estos impuestos, sino que su función principal debe ser desalentar el consumo de unos productos cuyo impacto económico y social es mucho mayor de lo que aportan a la hacienda pública. 


Contesta Carlos Cruzado

Presidente de los Técnicos del Ministerio de Hacienda (GESTHA)

¿Tienen los impuestos sobre el alcohol y el tabaco una finalidad recaudatoria?