Sindicatos y patronos vuelven al tajo. El descanso de la Semana Santa deja paso a una nueva fase en la negociación de la reforma del sistema de convenios. Los negociadores –enfrascados desde hace dos meses en la tarea- se disponen esta semana a poner por escrito los puntos sobre los que ya se ha alcanzado un acuerdo. Una fase propicia, sin embargo, para que afloren nuevas tensiones.
La reforma de la negociación colectiva llena de nuevo la agenda de las organizaciones sindicales y patronales. UGT, CCOO, CEOE y Cepyme se disponen a poner por escrito los acuerdos alcanzados tras dos meses de negociaciones. La mesa que se constituyó a raíz de la firma del Acuerdo Económico y Social pasa así “de la oralidad a la literatura”, según lo define el ‘número dos’ de UGT, Toni Ferrer, al frente de las negociaciones por parte de UGT. Una fase en la que “siempre hemos tenido problemas”, añade.
Sindicatos y empresarios mantienen sus diferencias sobre aspectos como la flexibilidad interna de las empresas, la utilización de la mediación y el arbitraje en la resolución de conflictos y la vigencia de los convenios, explica Ferrer. Aunque el acuerdo “progresa adecuadamente”, añade, persisten también otras discrepancias en torno a la llamada ultraactividad –la prórroga automática de los convenios cuando caducan- y en el refuerzo de los convenios de empresa ansiado por la patronal.
Toxo rechaza el plan del Gobierno
Por su parte, el líder de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, rechazó hoy lunes el plan para hacer aflorar la economía sumergida que el Gobierno prevé aprobar –con o sin acuerdo- el próximo viernes. Según Toxo, tanto empresarios como sindicatos censuran un plan que vendría a “precarizar” aún más la situación laboral de los jóvenes, advirtió.
"Éste (plan) lo que viene es a recuperar cuestiones que ya se trataban en otros, es insistir en la idea de que solo se puede generar empleo precarizando las condiciones de trabajo de los más jóvenes. Es un disparate", sentenció.
Respecto al absentismo, Toxo tachó de “exagerada” la cifra aportada por el líder patronal, Juan Rosell, que afirma que un millón de españoles faltan cada día al trabajo.