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NUEVATRIBUNA.ES/ L.M. - 20.01.2010

"Aprobar un papel y tenerlo tres semanas sin abordarlo nos puede poner a todos en una mala situación". Así resumía Toni Ferrer, de UGT, la complicada disyuntiva que se abre ante Zapatero después de que empresarios y sindicatos le pidieran hoy que retrase la aprobación de medidas laborales prometida para este viernes. En caso contrario, la negociación se solaparía con el acuerdo de los convenios, algo que empresarios y sindicatos quieren evitar.

Aparte de un posible retraso en la negociación, el Gobierno y los agentes sociales fijaron hoy una nueva agenda para las conversaciones del diálogo social y acordaron simplificar la estructura de esta negociación, en una reunión a la que asistieron el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, el nuevo director del Gabinete de Diálogo Social, Alfonso Morón, el secretario general de CEOE, José María Lacasa, y los secretarios de Acción Sindical de Comisiones Obreras y UGT, Ramón Górriz y Toni Ferrer, respectivamente.

Patronal y sindicatos pidieron hoy al Gobierno que retrase las medidas previstas para este viernes. En caso contrario, Górriz advirtió que "se rompería" el compromiso firmado por Zapatero en 2008. Por su parte, CEOE restó importancia a un posible retraso en el inicio del Diálogo Social.

El Gobierno quiso alejar toda tentación de juzgar la reunión como improductiva. "Hoy no ha empezado la negociación formal de una nueva ronda de diálogo social", advirtió Morón, que atribuyó a un error de interpretación las esperanzas puestas sobre esta reunión.

El representante del Ministerio de Trabajo reconoció que el Ejecutivo tiene "algunas urgencias" que le obligan a aprobar medidas "cuanto antes". En este sentido, Zapatero anunció el pasado 30 de diciembre la aprobación de medidas laborales y de la Seguridad Social los próximos 22 y 29 de enero, respectivamente.

Por la patronal, Lacasa insistió en que CEOE leerá "con ambición" las propuestas del Gobierno. "Hemos planteado una reforma laboral en España", significó, tras restar importancia a un posible retraso en la aprobación de medidas por parte del Consejo de Gobierno. "Llevamos años esperando; tampoco nos va a psar nada por esperar quince días", añadió.

Según Lacasa, la patronal aspira a lograr cambios en la negociación colectiva, ganar "flexibilidad" en el mercado de trabajo, combatir el absentismo y aprobar un plan de empleo juvenil.

Por su parte, el secretario de Acción Sindical de CCOO, Ramón Górriz, advirtió de que "el gobierno haría bien en esperar a hacer públicas sus propuestas en política laboral". En caso contrario, "se romperá" el compromiso firmado por Zapatero en 2008 en la firma del Diálogo Social Reforzado.

En este sentido, su homólogo en UGT, Toni Ferrer, puso el acento en cuestiones más allá de lo estrictamente laboral, ligadas al cambio de modelo productivo, que se contempla en la Declaración de 2008; entre ellas, la energía, la industria, la sanidad y la innovación, recordó.

Ferrer detallo el conjunto de peticiones sindicales para la nueva mesa de negociación; como son reorientar las bonificaciones al empleo -que suponen un gasto de 3.000 millones de euros-; un plan de empleo para jóvenes y parados de larga duración; y modernizar los servicios públicos de empleo.

Por otro lado, los representantes sindicales exigieron la reforma de la Ley Concursal que está provocando desde su aprobación una agresión en los derechos de los trabajadores.

Ferrer terminó su intervención advirtiendo al PP que evite "injerencias" como la del portavoz económico 'popular', Cristóbal Montoro, quien, recordó el sindicalista, ha afirmado que el diálogo social sólo tendrá éxito si se rebajan las cotizaciones a la Seguridad Social. "No está defendiendo los intereses generales", remató.

Sindicatos y empresarios piden al Gobierno que retrase la anunciada reforma laboral