martes. 23.04.2024
NUEVATRIBUNA.ES - 3.2.2010

Como "sustos" ha definido el secretario general de CCOO los últimos anuncios hechos por el Ejecutivo en material laboral, concretamente el que se refiere al retraso de la edad de jubilación obligatoria de los 65 a los 67 años. Lo malo es que para Ignacio Fernández Toxo, cabe esperar "algún susto más, alguna sorpresa desagradable". Esta declaración del líder de CCOO se ha producido a dos días de que el Gobierno anuncie su propuesta de reforma laboral, una vez obtenga el visto bueno del Consejo de Ministros del próximo viernes.

En declaraciones a Antena 3, no ha ahorrado críticas contra el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, de quien ha dicho que "lleva equivocándose mucho tiempo" con el paro, para subrayar que las políticas que se están adoptando no son "las adecuadas", ni las que corresponden con las necesidades que tiene el país.

Toxo ha hecho hincapié en la derechización del gabinete que preside José Luis Rodríguez Zapatero que, en su opinión, está empezando a "escorar" su discurso hacia las posiciones de sectores económicos, políticos e institucionales a escala internacional, que "no supieron prever lo que no se venía encima" y cuyas "recetas" amplificaron el efecto de la crisis y hoy quieren establecer la linea de actuación para la salida de la crisis. Lo que no sabe es si esto se debe a " cálculo, oportunidad o convencimiento", pero se inclina a pensar que es por lo primero. Y ha citado la última declaración de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, avisando de que va a ser necesario tomar medidas "valientes", para reprocharle que "aquí hay mucha valentía para plantear cosas que afectan a la mayoría de la gente y muy poca con el sector financiero".

Este es precisamente uno de los asuntos que han salido a relucir durante el debate que este miércoles han celebrado en la Cadena SER Santos Ruesga, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Madrid y uno de los promotores del Manifiesto de los 700, y Sergi Jiménez, del Departamento de Economía de la Pompeu Fabra y firmante del Manifiesto de los 100. "Lo primero -ha dicho Santos Ruesga- es actuar sobre el sistema financiero". Sobre las medidas que se podría adoptar para que el crédito fluya, ha apuntado que "aunque ya hay mucho dinero público en circulación, probablemente el Banco de España tiene instrumentos que aún no ha utilizado".

Por lo que se refiere a la reforma laboral, probablemente el punto más polémico que está sobre la mesa es el abaratamiento del despido que pretenden la patronal, la derecha política y un nutrido grupo de economistas, precisamente los que se agrupan en el manifiesto de los 100. La última aportación de este grupo pasa por enmascarar la rebaja a través de "reducir la brecha de las indemnizaciones entre fijos y temporales". Escudándose en que frente a los 45 días por año trabajado de los fijos, los temporales sólo tienen derecho a 8, en el mejor de los casos, o a 0, casi siempre, proponen que se indemnice a todos con 12 días, período que se iría incrementando año tras año hasta llegar a un máximo de 36 días por año trabajado tras doce años de permanencia en la empresa.

Aunque ellos insisten en que su propuesta no tiene nada que ver con la de CEOE, que defiende una indemnización de 20 días por año trabajado, lo único cierto es que también contempla la rebaja de los 45 días a los que actualmente tienen derecho los indefinidos.

Esto es, justamente, lo que rechaza el Manifiesto de los 700 impulsado por CCOO y UGT para frenar la ofensiva "brutal" -como la han calificado Toxo y Cándido Méndez en distintas ocasiones- contra el mundo del trabajo. No es ese el origen de la crisis, afirman sus firmantes, y por lo tanto las medidas para revertir la grave situación del empleo no han de arrancar de una reforma laboral que merme los derechos de los trabajadores.

Este es el panorama previo a la aprobación por el Consejo de Ministros de la propuesta de reforma laboral, de la que el titular de Trabajo, Celestino Corbacho, no ha querido adelantar nada aunque ha dado un par de claves, en declaraciones a la COPE, sobre por dónde van a ir los tiros: habrá que tocar de alguna manera: la "excesiva dualidad" del mercado laboral y se fomentará el empleo juvenil. Sobre lo primero, ha dicho que hay que corregir el uso abusivo que se hace de la contratación temporal y conseguir que el contrato fijo "no repela" a quien lo efectúa, el empresario. Preguntado sobre si el Gobierno propondrá la creación de un nuevo contrato indefinido dirigido a los jóvenes, con una indemnización por despido improcedente más barata de la habitual (entre 18 y 29 días por año trabajado), Corbacho ha advertido de que el documento del Ejecutivo no entrará en tanto detalle ni en algo tan "específico" como eso, pero sí que situará el empleo juvenil entre sus prioridades. Y, dado que es previsible que las posiciones en la mesa de reforma laboral "no sean homogéneas", el ministro ha advertido de que "en última instancia", si no es posible conciliar las posturas de unos y otros, "el Gobierno tomará decisiones en la dirección que considere oportuna".

Así pues, la reforma laboral saldrá adelante sí o sí, aunque el propio Corbacho reconoce que no se pueden depositar en ella todas las esperanzas para resolver una situación como la actual porque "no pueden resolver el problema del crédito", ni quienes la van a discutir tienen competencias sobre el Euríbor, "ni incidencia en las agencias de calificación". Y ha rematado asegurando: "Si el sistema financiero me transfiere las competencias, yo encantado del mundo de arreglar el problema del crédito".



Reforma laboral, el otro gran "susto"