jueves. 28.03.2024

Por fin llega el rescate, ese rescate negado por Rajoy y su cuadrilla, primero en cuanto a su existencia; ahora, una vez formalizado, en cuanto al nombre. Y las mentiras no han parado. En el comunicado del Eurogrupo del 9 de junio se dice que responde a los requerimientos y deseos de las autoridades españoles (The Eurogroup has been informed that the Spanish authorities will present a formal request shortly and is willing to respond favourably to such a request) y ante tal petición, el Eurogrupo “responde favorablemente”. Rajoy ha venido negando esta petición de rescate hasta ayer mismo –dicho casi en sentido literal– a la vez que llevaba el Sr. Guindos y su tropa negociando en Bruselas varias semanas dos cosas: que no fuera un rescate a la Griega y demás (Portugal, Irlanda) con nuevos condicionantes explícitos –aunque sí implícitos–; que fuera dirigido al sector financiero directamente, y que pudiera Rajoy presentarlo como ayuda o similar, pero nunca rescate (rescue) que tanto había negado el de Pontevedra. Al final lo conseguido por la tropa de Rajoy le permite salvar de momento la imagen ante sus votantes. En primer lugar, es un rescate a la banca y no directamente al Estado español, y segundo no aparece la palabra rescate en ningún momento en el comunicado del Eurogrupo. Ahora le toca a Rajoy y los suyos completar sus mentiras. En primer lugar es un crédito al FROB, es decir, no es un crédito (línea de crédito) a la banca directamente. El problema es que el FROB es el Estado español porque es un organismo de Estado y es su garante. Es decir, el prestamista que es el Fondo de Estabilidad europeo (ESFS, luego será el ESM) le abre una línea de crédito a un organismo público con garantía del Estado, es decir, con garantía de nuestros impuestos. Pero Rajoy y su tropa podrá ahora engañar a sus votantes y decir que es un crédito directo a la banca. La línea de crédito es de 100.000 millones de euros (100 billones en el sistema monetario anglosajón). La segunda cuestión, lo del nombre, cosa aún más importante para Rajoy y su tropa, porque buena parte de su intención de voto depende si se impone otra palabra –ayuda, crédito, etc.,- o la palabra rescate. En la prensa internacional no hay duda: la palabra es recate (rescue, ver, por ejemplo NYT). Lo que sí aparece explícito en el comunicado del Eurogrupo es la condición de planes de reformas del sector financiero, incluyendo planes de reestructuración (Beyond the determined implementation of these commitments, the Eurogroup considers that the policy conditionality of the financial assistance should be focused on specific reforms targeting the financial sector, including restructuring plans in line with EU state-aid rules and horizontal structural reforms of the domestic financial sector). Ello supone fusión de bancos, cierres de oficinas en muchos casos y posibles despidos masivos de empleados bancarios. También, muy probablemente, no reparto de dividendos hasta nueva orden en los bancos que accedan voluntariamente al crédito y caída estrepitosa de sus valores en bolsa. La Comisión se apoya en el Banco Central Europeo y en la Autoridad Bancarica Europea (EBA) como asistente; además invita al propio Fondo Monetario Internacional para que le preste asistencia (We –the Commisión– invite the IMF to support the implementation and monitoring of the financial assistance with regular reporting). Nada más lejos que un simple préstamo o línea de crédito como podría hacer el Banco Central Europeo a la banca española (cosa que ha hecho en dos tandas a la banca europea por un millón de euros desde que llegó Draghi al BCE). Consecuencias posibles:

1) Una ya la hemos mencionado: cierre de oficinas, fusión más aún de bancos y cajas, trabajadores de banca a la calle.

2) Otras de las mentiras de Rajoy y su tropa es que esto no afecta al tamaño de la deuda ni al déficit. Pues sí que afecta, porque el crédito supone aumentar el saldo de la deuda pública española porque el FROB es Estado. Da igual que formalmente el dinero prestado no lo sea mediante suscripción de títulos emitidos por el Estado, porque a los efectos económicos el Estado español ha aumentado en un 10% (PIB español: 1,073 billones) su montante. También jurídicamente, porque el Estado es quien responde del dinero prestado ante el prestamista (EFSF). Rajoy confía en los medios que le apoyan y la propia TVE, que para eso ha cambiado la ley y nombrado a un sicario. También aumentará el déficit por varios motivos: a) porque ahora la base sobre la que se calcula los intereses a pagar es mayor; b) es posible que si la cosa no va como lo previsto aumente la prima de riesgo en lugar de disminuir; c) porque los títulos en poder del Estado (BFA y otros) pueden valer mucho menos o nada cuando el Gobierno –el de turno– intente vender esos títulos en el mercado. Y eso porque sin repartir dividendos no se puede sostener las cotizaciones de los títulos.

3) Seguro que dentro de las condiciones no declaradas está el aumento del tipo impositivo del IVA porque nuestro impuesto es de los más bajos de la Unión Europea, incluso de países que no tienen problemas declarados. Ello supondrá una caída del consumo y, consecuentemente, del empleo.

4) Rajoy y su tropa dice –no sé si lo cree– que con los 100.000 millones de crédito va a aumentar el crédito bancario. No estoy muy seguro de eso. Ya pasó con la barra libre del 1.000.000 de euros de BCE comentado, que España usó en mayor medida que el resto de los países de la Unión y, sin embargo, el crédito no fluyó ni fluye. La razón de ello es que los bancos –jaleados por Rajoy y su tropa– prefieren aumentar solvencia a dar crédito, además por la necesidad de cumplir con las nefastas medidas de provisión de fondos de este Gobierno. Si esto ocurriera –y yo apuesto que ocurrirá– se habrá traspasado indirectamente deuda del sector bancario, del ladrillo, al sector público, agotando este su margen de maniobra. Lo cual será lanzar un nefasto mensaje a los mercados, es decir, a los cuatro gestores-especuladores que manejan los fondos internacionales, de que el Estado español ha agotado sus recursos propios y ajenos para cambiar de política, para aumentar el gasto público en el caso de que la Merkel se convenza de que la política llamada de austeridad ha fracasado y se decida por políticas de crecimiento. Es decir, estaríamos aún peor que ahora, pero con la diferencia respecto a Grecia, Irlanda y Portugal de que España, directamente como Estado, por su tamaño, no es rescatable, ni siquiera por el FMI.

El Gobierno del PP se ha convertido en una máquina de cometer errores, pero con el tema bancario se ha doctorado. Es el tema más difícil y el test donde se miden los políticos. El error estratégico básico es esa enfermiza manía de acabar con los déficits en plena crisis a pesar de que esos déficits se deben a una disminución de los ingresos fiscales (más de 90.000 millones de euros) y no por un aumento del gasto. Es una provechosa mentira (Zapatero manirroto) porque sus votantes le dieron la victoria electoral en noviembre del 2011, pero impide a la tropa gubernamental de Rajoy cambiar de política porque ello supondría tener que reconocerlo como mentira. A partir de ahí nada tiene ya solución. Si además obligamos a la banca, en plena crisis, a que aumente sus provisiones, rematamos al enfermo porque el crédito se detiene. Además la reforma laboral no ha ayudado a aumentar el consumo sino todo lo contrario, por lo que la demanda agregada ha caído por efecto de su componente principal. ¿Y por qué tantos errores? Porque es contradictorio mantener con mentiras la intención de voto y la vez engañar a los mercados. A sus votantes les puede engañar, pero al puñado de piratas especuladores que deciden cómo, dónde y cuándo colocar los fondos no se les puede engañar. No es que sean muy listos, simplemente es que es su trabajo.

Posibles consecuencias económicas del rescate