jueves. 18.04.2024
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Los paraísos fiscales son un instrumento para producir graves impactos ambientales globales. Datos de Interpol y la FAO muestran que el 70% de los barcos implicados en la pesca ilegal provienen de paraísos fiscales

Según la más recia tradición cristiana, el paraíso era designado como el vergel de naturaleza salvaje idílica donde Dios (el gran hacedor) coloca al ser humano, empezando por Adán por supuesto, para que viva sin mayor esfuerzo. El paraíso/Jardín del Edén era la naturaleza en armonía con ese recientemente creado ser humano. Luego todo se rompió por una manzana como bien es sabido. Lo curioso es que los "paraísos" fiscalmente no reconocen nada de esto; no respetan este supuesto idílico origen sino todo lo contrario, pues una de sus consecuencias es destrozar la naturaleza como a continuación veremos, yendo más allá de considerar que la merma de ingresos fiscales impide aplicar políticas ambientales de salvaguarda de bienes comunes como los recursos naturales.

Sin entrar a cuestionar la propia acepción "paraíso fiscal" (paraíso para unos pocos si acaso ...), esos "edenes" fiscales son normalmente analizados desde su propia naturaleza económica causante de desigualdades sociales, siendo una herramienta más de la pervivencia y supervivencia del modelo capitalista y no una disfunción del mismo como en ocasiones se confunde. 

Sin embargo, de lo que apenas se habla es de la evidente relación entre estos paraísos fiscales" con el deterioro ambiental que provocan y que ya avanza hasta lo que empieza a denominarse Colapso Ecológico. Bien se conoce que la lógica del capitalismo neoliberal es la permanente utilización de los recursos naturales con independencia del carácter finito de los mismos en un torbellino de crecimiento económico que gira mucho más veloz (así lo requiere el modelo) que la tasa de renovación de los recursos naturales a los que termina agotando. Se revela así la falacia en que está asentado el modelo neoliberal en términos ecológicos. Y los actores empresariales y políticos catalizadores de este modelo lo saben perfectamente, como bien recuerda ahora ATTAC tras los diez años de la quiebra de Leman Brothers, no es una crisis contingente, sino una estafa en toda regla pues su origen y resultados estaban perfectamente calibrados.

Obviamente los "paraísos fiscales" están en el engranaje de este modelo depredador de recursos naturales. Se constatan algunos hechos absolutamente relevantes  aún dentro de la opacidad característica de estos "paraísos" pues empieza a ser muy bien conocido que el dinero oculto en ellos financia, entre otras, actividades muy dañinas con el medio ambiente y la biodiversidad, en concreto la pesca ilegal o la deforestación.

Un reciente estudio del "Global Economic Dynamics and the Biosphere" de la Real Academia Sueca de Ciencias, publicado recientemente en la Revista "Nature Ecology y Evolution" demuestra, quizás por primera vez de manera explícita, cómo los paraísos fiscales son un instrumento para producir graves impactos ambientales globales. En el análisis se integran inter-relacionan datos de Interpol y la FAO barcomostrando que el 70% de los barcos implicados en la pesca ilegal provienen de paraísos fiscales, muy especialmente de Belice y Panamá; dato especialmente llamativo si se tiene en cuenta que los registros de la FAO solo el 4% de la flota tienen naves con bandera de uno de estos países.

Otrosí, el estudio citado cuantifica el origen del capital que ha financiado la ganadería y el cultivo de soja, actividades que han contribuido en más del 80% a la deforestación de la Amazonia, incidiendo de manera muy negativa en la biodiversidad y en los usos sostenibles de la misma. Así, según datos tan solo en Brasil se demuestra que de 2000 a 2011, el 70% de las transferencias desde el extranjero llegaron desde paraísos fiscales (casi 20.000 M$), especialmente de las Islas Caimán.

Otros ejemplos de cómo la opacidad financiera incide sobre los recursos naturales es la destrucción del bosque indonesio, la producción del aceite de palma (desde el "paraíso" de Islas Vírgenes) y la minería extractiva de diamantes en África Sur y Occidental; todas ellas actividades financiadas desde esos "edenes" fiscales que contribuyen al deterioro de un Planeta que es de todos y no de unos pocos que se lucran desde estos impunes "paraísos".

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Nada debería extrañarnos esta situación. Lo realmente interesante y revelador es constatarla con datos muy concretos, difíciles de extraer en actuaciones tan opacas pero tan esenciales para el mantenimiento del status quo. Lo que transciende de todo esto es que existe una gravísima incidencia en la salud planetaria por acciones financiadas desde esa opacidad, desde esas plataformas fiscales que blanquean dinero y conductas repercutiendo ese blanqueo directamente sobre el cambio climático (las acciones que financia contribuyen al calentamiento global) siendo como es este el mayor riesgo existente a globalmente. Mientras Naciones Unidas lanza sus Objetivos de Desarrollo Sostenible y su Agenda 2030 ... los "paraísos fiscales" potencian actividades que atentan contra la sostenibilidad.

Todo ello permite ver que la lucha contra estos "paraísos" tiene unas claras implicaciones en la necesaria búsqueda del equilibrio ecológico. Su estricta regulación no sólo es imprescindible para una mayor cohesión e igualdad social, sino para hacer de la sostenibilidad una seña de identidad real de nuestro modelo económico y de convivencia.


Alberto Fraguas Herrero | ATTAC Madrid

Paraísos fiscales y degradación ambiental