nuevatribuna.es
8 de febrero de 2011, 6:05
nuevatribuna.es | 04.02.2011
Europa sigue entretejiendo los mimbres con los que espera completar su nuevo sistema de gobernanza económica. Un sistema basado en la competitividad, tal y como prometía hace diez años la fallida Estrategia de Lisboa y como ahora desean Angela Merkel y Sarkozy, convertidos en profetas de la nueva fe. Bajo el señuelo de una ampliación del fondo de rescate, la Unión Europea (UE) camina tras la canciller alemana y el presidente francés, que hoy fijaron de plazo hasta marzo para que los Gobierno concreten medidas que permitan a Europa competir.
Merkel y Sarkozy explicaron a los líderes europeos reunidos en Bruselas sus planes para que la UE gane competitividad. Las medidas deberían estar en marcha dentro de un año. Pero antes, en marzo, los gobiernos nacionales tendrán que presentar “medidas concretas” para avanzar en la lucha por ganar a la competencia en un mundo globalizado. “Todos los países de la eurozona deberán acercar sus políticas económicas a las del Estado que lo haga mejor”, explicó Merkel, sin citar a Alemania
"El objetivo es que durante un año podamos demostrar con medidas muy concretas que somos extremadamente serios sobre este Pacto”, destacó la canciller en una declaración conjunta con el presidente francés. “Francia y Alemania van a demostrar que defendemos el euro. No sólo como moneda, eso se da por supuesto, sino que el euro es también un proyecto político", añadió. “Queremos converger y ello supone una cooperación económica más estrecha", zanjó la líder germana.
En la práctica, el plan Merkel defiende un avance hacia la competitividad basado en distintos recortes. Así se pretende generalizar el retraso en la edad de jubilación, introducir recortes en la cuantía de las pensiones, y limitar el crecimiento automático de los salarios. También se quiere establecer nuevos límites al déficit y armonizar impuestos como el de Sociedades, aunque no en cuanto al tipo, sino en su base impositiva.
Hasta marzo no se conocerá el alcance de la ampliación del fondo de rescate constituido en mayo. Se desconoce si el fondo, que ahora se quiere permanente, servirá para comprar bonos. O si servirá para tender líneas de crédito a los rechazados en los mercados de deuda soberana.
La UE también se halla empeñada en dar más poder al Banco Central Europeo (BCE) y a la Comisión para que vigilen más de cerca a los gobiernos nacionales. Se pretende controlar que los países miembros cumplen sus compromisos sobre déficit y su grado de cumplimiento de los planes de reformas estructurales.
Los líderes europeos tenían previsto aplazar también hasta marzo el sistema de sanciones previsto para los países que no corrijan sus desequilibrios y rebasen los límites de déficit. Hoy mismo, sin embargo, se esperaba conocer nuevos detalles sobre la nueva ronda de pruebas de resistencia o stress test que miden la fortaleza de la banca.
