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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 10.12.2009

Los banqueros de la City de Londres están "furiosos" con el Gobierno de Gordon Brown. El término "furia" lo emplea este jueves el Financial Times para desccribir la reacción ante el anuncio del Ejecutivo laborista de aplicar un impuesto extraordinario del 50 por ciento a las primas no fijadas en contrato que perciben, es decir, los famosos bonus.

El diario recoge las quejas de varios banqueros y sus amenazas de emigrar a otros países como Suiza y Estados Unidos donde reciban un trato fiscal más favorable. Un banquero de inversiones citado por el Financial Times dice que se ha "roto el contrato entre el Gobierno y el mundo de los negocios" y advierte de que el 40 por ciento de las actividades de la City son "móviles", es decir que pueden trasladarse fácilmente a otros lugares más acogedores. Otro banquero de Wall Street asegura que ha recibido numerosas llamadas desde Londres en las que se pedía el traslado a EEUU. Y añade: "La pregunta que se les plantea ahora a todos los bancos es quién diablos quiere seguir en el Reino Unido".

La consejera delegada de la Asociación de Banca de Reino Unido (BBA), Angela Knight, ha defendido que la nueva tasa debe fijarse en el contexto de los compromisos ya alcanzados, ya que los bancos británicos ya aceptaron restricciones en el pago de incentivos más amplios que en el resto de países del G-20. La patronal de la banca británica ha subrayado que "sólo los acuerdos pactados a nivel internacional tendrán éxito a la hora de reformar las remuneraciones del sector financiero".

Paralelamente, en un artículo firmado conjuntamente en The Wall Street Journal el primer ministro británico, Gordon Brown, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, califican de "prioritaria" la aplicación de un impuesto extraordinario. Según los dos líderes, sencillamente "no es aceptable" que los contribuyentes paguen la factura de las crisis bancarias y luego los únicos que se beneficien sean banqueros y accionistas. Brown y Sarkozy aseguran en el artículo que con una colaboración internacional más estrecha entre todas las partes se evitaría que la volatilidad de los tipos de interés pudiera suponer una amenaza para la recuperación económica. Además, dicen que todos y cada uno de los países tendrán que prestar ayuda para reducir las desigualdades globales. "Tenemos que reforzar la coordinación a nivel global para que la volatilidad de los tipos de interés no amenace a la recuperación", señalan.

El ministro de Economía, Alistair Darling, que anunció el miércoles ese impuesto extraordinario a las primas de más de 25.000 libras (27.000 euros), quiere evitar que los bancos rescatados con dinero público se beneficien de manera escandalosa en vísperas de unas elecciones generales. Darling justificó ese impuesto señalando que los beneficios logrados en los últimos meses por la banca se debían sobre todo a la inyección de dinero público.

En Londres ha sorprendido, sin embargo, tanto el hecho de que el impuesto no vaya a aplicarse a las primas ancladas en contrato, sino a las de tipo discrecional, cuanto el que no se limite tampoco a las que paguen los bancos rescatados por el Estado sino incluso las filiales de bancos extranjeros que operan en el Reino Unido. El impuesto tendrá una duración hasta abril de 2010 y según Darling tendrá un carácter "extraordinario".

DESINCENTIVAR LAS ALTAS RETRIBUCIONES

Según los cálculos que maneja Londres, con esta carga fiscal la Hacienda británica prevé recaudar unos 500 millones de libras, en un impuesto que afectará a unos 20.000 banqueros, según informa Bloomberg. Con esta carga fiscal, la administración británica pretende lograr que los bancos den prioridad al fortalecimiento de su capitalización en lugar de insistir en el pago de altas retribuciones a sus ejecutivos, tal y como ha explicado Darling, quien apuntó que los ingresos procedentes de esta medida serán destinados a financiar programas de empleo entre los jóvenes.

Por otro lado, el responsable de Finanzas de Reino Unido ha revisado drásticamente a la baja las expectativas de pérdidas potenciales para el Tesoro británico como consecuencia del rescate del sector financiero, hasta 10.000 millones de libras, cinco veces menos que lo previsto inicialmente.

Asimismo, Darling ha indicado que las necesidades de financiación de Reino Unido este año alcanzarán los 178.000 millones de libras por la "gravedad de la recesión" y el endeudamiento neto del Estado alcanzará el 56% del PIB, mientras que llegará al 65% en 2010 y al 78% en 2011.



La City, "furiosa" con Gordon Brown