jueves. 28.03.2024
NUEVATRIBUNA.ES/L.M- 20.08.2010

Entre quienes tienen empleo, la afiliación sindical creció durante la crisis. Según cifras facilitadas por UGT, el número de ocupados que están afiliados a algún sindicato subió un 1 por ciento entre 2007 y 2009. Y todo ello a pesar de la “dramática caída” del empleo, que afectó a un millón y medio de trabajadores. UGT terció así en la polémica sobre la representatividad sindical. Apoyándose en los datos de la Encuesta de Calidad de Vida en el Trabajo, elaborada por el Ministerio de Trabajo, UGT justifica el incremento en la afiliación sindical. Al término de 2007, los afiliados a los sindicatos sobrepasaban los 3.215.000, mientras que, dos años después, esta cifra se ha elevado hasta rondar los 3.250.000; en concreto, 32.488 afiliados más.

La balanza arroja resultados contrarios si se comparan los años 2008 y 2009. Según esta encuesta, en 2008 se observa un descenso de la afiliación sindical de más de 276.000 ocupados. Aquel año los trabajadores con algún tipo de afiliación sindical superaron los 3,5 millones. Para UGT, el retroceso se debe a la fuerte caída que experimentó la cifra total de población ocupada. El sindicato insiste en que durante los años de la crisis no se han perdido afiliados.

La organización dirigida por Cándido Méndez añade que estas cifras sólo tienen en cuenta la afiliación entre los trabajadores ocupados y no la que se registra entre los trabajadores en paro. Según UGT, el hecho de que se mantenga un saldo positivo de afiliación respecto a 2007 demuestra "claramente" que ha aumentado la conciencia sindical de los trabajadores españoles durante la crisis

Los sindicatos españoles soportan duras críticas por su actuación durante la crisis económica. Algunos sectores niegan la representatividad de los sindicatos. Otros reprochan a las centrales su negativa a convocar una huelga general a pesar de la intensa destrucción de empleo. Sin embargo, la desafección de los trabajadores no es un hecho exclusivo de España . Según un estudio de Ignacio Sotelo, catedrático de Sociología, el descenso de la afiliación a los sindicatos es un fenómeno extendido por toda Europa. En un artículo publicado en El País, Sotelo explica que, en Alemania, los miembros del DGB, la mayor central sindical, pasaron de 12 millones en 1990 a 7,7 en el 2000. Desde entonces hasta ahora, las pérdidas han continuado al mismo ritmo, señala el autor de El Estado social.

En la Unión Europea de los 15, entre 1995 y el 2006 la afiliación disminuyó en un 31 por ciento, añade. Mientras tanto, en la Europa del Este el bajón fue “todavía mayor”: en Hungría de un 63 por ciento; en Eslovaquia, de un 57 por ciento; en la República Checa de un 46 por ciento.

OPORTUNIDAD EN EEUU

Sin embargo, otros ven en la crisis una oportunidad para que los sindicatos recuperen terreno. Entre ellos, Barack Obama, el presidente de los Estados Unidos, que ha tendido puentes hacia los líderes de la AFL-CIO, la mayor organización sindical del país en una reunión mantenida a comienzos del mes de agosto. "Vamos a seguir luchando por una economía que funcione para todos, no sólo para unos privilegiados", proclamó Obama, que intenta así sumar apoyos y reparar la deteriorada relación entre la Administración norteamericana y los sindicatos, después de años de gobierno conservador.

Para los sindicatos norteamericanos, los ataques a su gestión se explican precisamente por su utilidad. Según sus datos, los trabajadores de las empresas donde hay representación sindical cobran más que los que no la tienen. Así, un obrero de la construcción gana 18.000 dólares más que otro, si en su compañía hay un comité de empresa. Lo mismo ocurre en la educación o en el sector de la limpieza. Además, añaden, los sindicatos negocian mejores seguros médicos y planes de pensiones.

La afiliación sindical crece durante la crisis