jueves. 28.03.2024
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La adhesión a planes de pensiones se incrementa a partir del tramo de ingresos de 30.000 euros y se dispara especialmente desde los 60.000 euros

Los últimos meses del año pueden ser una ocasión idónea para hacer aportaciones a un plan de pensiones o a un plan de previsión asegurado. Eso sí, la cantidad límite que se puede aportar se redujo desde los 10.000 hasta los 8.000 euros, siempre que no supere el 30% de los rendimientos del trabajo y actividades económicas, independientemente de la edad.

En cualquier caso, a igualdad de importes invertidos en planes de pensiones, la ventaja fiscal para las mayores rentas es casi el doble que para las medias, de forma que las rentas más altas obtienen en su declaración un retorno del 45% del importe invertido en el plan de pensiones.

En esta misma línea, poco más de 2,8 millones de contribuyentes, el 14,4% de los declarantes, reducen sus bases imponibles por importe de 4.779 millones de euros, e individualmente se benefician más aquellas personas que declaran ganar a partir de 60.000 euros, quienes se acogen en un porcentaje superior al 50% a dicha reducción, especialmente los afortunados que ganan más de 150.000 euros anuales (este último colectivo representa el 0,4% de todos los declarantes y el 1,8% de los partícipes en planes de pensiones).

O lo que es lo mismo, conforme aumentan los ingresos, una proporción cada vez mayor de ciudadanos se decanta por este beneficio fiscal. Así, la adhesión a planes de pensiones se incrementa a partir del tramo de ingresos de 30.000 euros, y se dispara especialmente desde los 60.000 euros.

Sin embargo, más de 6 millones de trabajadores, el 34% del total, cobra salarios por debajo del SMI, y si se añaden los 2,3 millones de trabajadores del siguiente tramo con sueldo mileurista, España contaría con 8,4 millones de trabajadores, el 47,1% del total, que no tienen posibilidades objetivas de ahorro, y mucho menos de ahorro a largo plazo con aportaciones a un plan de pensiones, salvo que algunas compañías tengan establecido un plan de empresa.

Pues bien, para no dañar la progresividad del IRPF, dado el mayor beneficio de esta reducción para las personas con más capacidad contributiva, debería debatirse la sustitución de la reducción de la base imponible de las aportaciones a planes de pensiones y otros sistemas de previsión social por un sistema de reducción al tipo más bajo de la escala, de forma similar a como se calculan las cuotas de los mínimos personales y familiares. O, alternativamente, que el beneficio fiscal opere en la cuota del IRPF, tal y como se trasladó la rebaja a la deducción de las cuotas de afiliación y las aportaciones a partidos políticos.

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Carlos Cruzado

Presidente de los Técnicos de Hacienda (Gestha)

¿Quiénes son los principales beneficiarios de los planes de pensiones?