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22 de noviembre de 2010, 11:59
NUEVATRIBUNA.ES - 22.11.2010
España invoca a la fortaleza de su sistema financiero en un su intento por desligarse de Irlanda, el nuevo apestado entre quienes dan las órdenes de venta. La deuda soberana del país ha sufrido tal presión, que el antiguo tigre celta se visto forzado a capitular. Ahora, el gobierno irlandés trata de salvar la imagen del país, tras un rescate que se ha vivido como una humillación. Mientras, en Europa, crecen las dudas sobre la conveniencia de enviar semejantes mensajes a los mercados.
Irlanda capituló. El Gobierno del primer ministró irlandés, Brian Cowen, anunció que el país aceptará finalmente el rescate de 80.000 millones de euros, que Europa y el FMI ofrecerán en forma de préstamo, con un interés del 5 por ciento. Con esta decisión, Irlanda trata de sortear la espiral de ventas sufrida por su deuda soberana. Abaratará su financiación, según confían, y hará posible sanear un sistema financiero, muy afectado por la crisis. A cambio, Irlanda tendrá que aplicarse un severísimo plan de ajuste, que incluye subidas de impuestos, despidos de empleados públicos y recortes, por ejemplo, en su elevado salario mínimo, que asciende actualmente a 1.500 euros.
Algunos expertos recelan de la bondad del paquete de rescate concedido a Irlanda. Hay quien piensa que actuará como un incentivo perverso, que animará a los especuladores a seguir tanteando los flancos más débiles del Euro. En este mapa, España y Portugal –y también Italia- figuran destacados en rojo. Mientras que las autoridades lusas han reconocido que existe un riesgo elevado de que Portugal deba recurrir a la ayuda europea, el Gobierno español trata de resaltar las fortalezas del país. Aunque la deuda privada es elevada, la deuda pública permanece 20 puntos por debajo de la media europea. Además, el sistema financiero español está saneado, insisten las autoridades españolas.
Sin embargo, algunos piensan que España es el verdadero objetivo de la actividad especulativa desatada en la penúltima mutación de la crisis financiera internacional iniciada en 2007. Así, estos expertos recomiendan que Europa adopte una verdadera unión económica y fiscal, y no sólo monetaria, como hasta ahora. Sólo así, aseguran, podrá conjurarse el riesgo de que la crisis termine arrastrando a España o Italia, esos países, dice, “demasiado grandes para caer” y, por lo tanto, demasiado grandes para ser rescatados.
España invoca a la fortaleza de su sistema financiero en un su intento por desligarse de Irlanda, el nuevo apestado entre quienes dan las órdenes de venta. La deuda soberana del país ha sufrido tal presión, que el antiguo tigre celta se visto forzado a capitular. Ahora, el gobierno irlandés trata de salvar la imagen del país, tras un rescate que se ha vivido como una humillación. Mientras, en Europa, crecen las dudas sobre la conveniencia de enviar semejantes mensajes a los mercados.
Irlanda capituló. El Gobierno del primer ministró irlandés, Brian Cowen, anunció que el país aceptará finalmente el rescate de 80.000 millones de euros, que Europa y el FMI ofrecerán en forma de préstamo, con un interés del 5 por ciento. Con esta decisión, Irlanda trata de sortear la espiral de ventas sufrida por su deuda soberana. Abaratará su financiación, según confían, y hará posible sanear un sistema financiero, muy afectado por la crisis. A cambio, Irlanda tendrá que aplicarse un severísimo plan de ajuste, que incluye subidas de impuestos, despidos de empleados públicos y recortes, por ejemplo, en su elevado salario mínimo, que asciende actualmente a 1.500 euros.
Algunos expertos recelan de la bondad del paquete de rescate concedido a Irlanda. Hay quien piensa que actuará como un incentivo perverso, que animará a los especuladores a seguir tanteando los flancos más débiles del Euro. En este mapa, España y Portugal –y también Italia- figuran destacados en rojo. Mientras que las autoridades lusas han reconocido que existe un riesgo elevado de que Portugal deba recurrir a la ayuda europea, el Gobierno español trata de resaltar las fortalezas del país. Aunque la deuda privada es elevada, la deuda pública permanece 20 puntos por debajo de la media europea. Además, el sistema financiero español está saneado, insisten las autoridades españolas.
Sin embargo, algunos piensan que España es el verdadero objetivo de la actividad especulativa desatada en la penúltima mutación de la crisis financiera internacional iniciada en 2007. Así, estos expertos recomiendan que Europa adopte una verdadera unión económica y fiscal, y no sólo monetaria, como hasta ahora. Sólo así, aseguran, podrá conjurarse el riesgo de que la crisis termine arrastrando a España o Italia, esos países, dice, “demasiado grandes para caer” y, por lo tanto, demasiado grandes para ser rescatados.