viernes. 29.03.2024

El PP se mofa del pacto y lo rechaza

ISABEL G. CABALLERO La primera toma de contacto entre el Gobierno y el resto de fuerzas con representación parlamentaria se ha cerrado con evidentes diferencias entre ellos y la ya insalvable brecha PSOE-PP en materia de política económica. El primer partido de la oposición califica de "simplón" el documento inicial y advierte de que no está ahí "para echar el rato y hacerse fotos". > Aguirre calienta el pacto anti-crisis

NUEVATRIBUNA.ES 25.02.2010 La ‘cumbre’ celebrada este jueves en el Palacio de Zurbano en Madrid se cerró con importantes desavenencias entre el Gobierno y el principal partido de la oposición así como con cierta perplejidad por parte del resto de fuerzas políticas por el formato escogido. Las primeras críticas llegaban incluso antes de entrar a la reunión, que dio comienzo a las nueve de la mañana, y que estuvo presidida por el ‘triunvirato’ formado por los ministros de Economía, Elena Salgado; de Fomento, José Blanco; y de Industria, Miguel Sebastián. “Se acabaron las palabras” como dijo el convergente Josep Antoni Durán i Lleida, o los reproches generalizados por el documento base enviado a última hora del miércoles empañaron un encuentro que se prolongó durante tres horas pero del que no salió nada en claro. Mientras la valoración de la vicepresidenta económica del Gobierno fue tremendamente positiva, la realizada por el portavoz del PP, Cristóbal Montoro, puso incluso en duda que ambos hubieran asistido al mismo encuentro. Flanqueada por Blanco y Sebastián, Salgado esgrimió ante los medios de comunicación mucha voluntad de consenso llegando a decir que, pese a las críticas planteadas por los representantes populares a la convocatoria, éstos “están dispuestos a debatir las propuestas” y a acudir a todas las reuniones que de forma bilateral comenzarán a celebrarse la próxima semana. La ministra calificó de “pequeña disquisición” la crítica generalizada al Gobierno por presentar un documento sin propuestas, un “guión”, un “índice de temas” –dijo- que se concretará el lunes 1 de marzo en un texto detallado con todas las medidas que el Ejecutivo se muestra dispuesto a dialogar. Quedan excluidas de la comisión negociadora o ‘comisión zurbano’ lo relativo a pensiones (Pacto de Toledo), reforma laboral (Diálogo social) y Pacto por la Educación. UN DOCUMENTO "SIMPLÓN", CRITICA EL PP Sorpresa causó el anuncio de Salgado sobre “una importante reducción de las empresas públicas”, anuncio que hizo ante la prensa pero que no mencionó en la reunión con los portavoces parlamentarios. Eso fue motivo de mofa del popular Montoro quien se explayó a gusto sobre los errores del Ejecutivo con un tono muy despreciativo. Acompañado por el diputado Álvaro Nadal, el ex ministro de Hacienda cargó las tintas contra la política económica del Ejecutivo socialista sin dejar entrever ni un solo atisbo de un posible acercamiento. “Perplejidad y desconcierto” fueron sus dos primeros adjetivos de valoración del encuentro acompañados de una contundente advertencia: “La única propuesta es la rectificación de la política económica que nos ha conducido a la peor crisis sufrida en España”. A su juicio, el único objetivo de un Gobierno “desconcertado” es buscar “coartadas y complicidades”, es –afirmó- “echar el rato y buscar fotos”. Montoro tachó de “frustración” el hecho de que se les haya dado un documento carente de contenidos y “simplón”. Asimismo bromeó con un comentario que supuestamente había hecho Blanco en la reunión apuntando la posibilidad de coincidir con algunas propuestas del PP: “genéricamente se pueden ver sus propuestas”, aseguró según Montoro el ministro de Fomento, del que por cierto, otro de los asistentes a la cumbre, criticó sus formas “autoritarias”. El PP esperará las propuestas que el lunes detallará la ministra Salgado pero ya ha dejado claro cuáles son sus líneas rojas, más bien líneas insalvables: rectificación de la política económica, reconocimiento del error en el diagnóstico y un no rotundo a la subida de impuestos, en particular del IVA, subida que tampoco gusta a Izquierda Unida cuyo coordinador general, Cayo Lara (quien se estrenó en su primera cumbre política), calificó de “injusta”. CiU PIDE AL PP QUE SE IMPLIQUE La mañana fue larga. Uno a uno fueron pasando en la sala habilitada para las ruedas de prensa cada uno de los representantes políticos a excepción de Durán Lleida que tuvo que ausentarse a los quince minutos del encuentro por tener que asistir a un acto en el Congreso junto con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Si algo quedó constatado por la valoración hecha por los portavoces es la dificultad de alcanzar un acuerdo global. Y esto es precisamente lo que el PP dice no entender ya que el Gobierno ha alcanzado distintos acuerdos parlamentarios en los dos años que llevamos de legislatura con los diferentes Grupos, incluido el partido de Mariano Rajoy en temas, por ejemplo, como la ayuda a los bancos, recordó Montoro. ¿Qué busca entonces el Gobierno? Para Cayo Lara está claro: “Una foto global y colectiva que pueda dar una imagen de confianza” pero que puede provocar también “frustración” si no culmina en acuerdo. Sin ninguna duda la imposibilidad de un acuerdo viene marcada por la cerrazón del PP. Así lo dejó entrever el portavoz de CiU en el Congreso al asegurar que “ningún partido puede desentenderse de esta posibilidad que se nos brinda”. Durán i Lleida manifestó su “esperanza” y aunque consideró que el acuerdo político se ha quedado en un “sucedáneo” de pacto de Estado, valoró positivamente el documento del Gobierno que tildó de “catálogo de buenas voluntades”. Mucho más duro fue el vasco Josu Erkoreka para quien “las perspectivas de acuerdos globales es prácticamente una hipótesis imposible”. El portavoz del PNV consideró que esta primera reunión al más alto nivel sirvió para “sincerarnos” aunque “aún queda todo por hacer”, precisó. Quizá la política fiscal sea el principal obstáculo para el entendimiento en tanto el PP mantiene su propuesta de rebaja de impuestos y los grupos de la izquierda piden una reforma fiscal progresiva en la que paguen más los que más tienen, “antagonismo” en las posiciones que para el peneuvista pone en evidencia las “dificultades objetivas” para alcanzar un pacto global. LAS LÍNEAS ROJAS DE LOS GRUPOS DE IZQUIERDA Sin embargo, el Gobierno no sólo se enfrenta al enrocamiento del PP (los populares creen que hubiera sido más oportuno un encuentro Zapatero-Rajoy, encuentro que no descartó Salgado aunque si le dio largas) sino a las exigencias de la izquierda y eso a pesar de que la ministra afirmó que “no existen líneas rojas” y que el Gobierno escuchará “todas las propuestas”. “Esta reunión no es un aval, ni un cheque en blanco”, advirtió el portavoz de Ezquerra Joan Ridao. El republicano reprochó al Gobierno que pretenda “hacer en dos meses lo que no ha hecho en dos años” y aunque se mostró positivo en la consecución de un acuerdo puso sobre las mesa sus propias propuestas: austeridad pero sin comprometer el gasto social ni las infraestructuras; más contundencia con el sector financiero y más medidas para impedir el fraude fiscal. Ridao criticó que se haya quedado fuera de esta comisión negociadora la reforma del mercado laboral y del sistema de pensiones y rechazó la ampliación de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años, una propuesta que fue confirmada por la propia Salgado en el encuentro. En la misma línea se pronunció Cayo Lara, quien también llevó un documento de propuestas con 100 medidas (que este viernes presentarán ante los medios) para luchar contra el paro y devolver a España a la senda del crecimiento económico. El dirigente de IU tendió la mano al Ejecutivo si bien recordó que éste “tiene en su mano decidir con quien quiere bailar, si con la derecha que es más de lo mismo y es la que ha originado la crisis, o con la izquierda donde –a su juicio- puede haber una salida socialmente justa”. La siguiente ronda de contactos comenzará el miércoles 3 de marzo, dos días después de que los Grupos puedan estudiar con detenimiento las propuestas concretas que haga el Gobierno. El PP sólo está dispuesto a pactar ciertas medidas anticrisis y la izquierda exige una mayor intervención del Estado en la economía. De por medio, los nacionalistas, sondearán también sus particulares negociados. En cualquier caso, el Ejecutivo “seguirá gobernando”, aclaró la ministra Salgado consciente de los frentes que tiene abiertos y los distintos foros donde se cocinarán las reformas. El tema va para largo pero la crisis y el drama del paro amenazan una paz social que para algunos parecía garantizada.

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