jueves. 28.03.2024

El optimismo de Bernanke

El presidente de la Reserva Federal considera que la recesión actual terminará "probablemente" este año, para empezar la recuperación el que viene. No obstante, como es típico en todas la crisis, el empleo será lo último en levantar cabeza y admite como seguro que el paro siga subiendo en los próximos meses.
NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 16.3.2009

Ben Bernanke ha dicho que Estados Unidos ha evitado caer en una depresión económica como la que se desencadenó tras el crack de 1929. El hombre más poderoso después del Presidente -controla los tipos de interés y ha inyectado billones de dólares para rescatar el sistema financiero- ha lanzado más mensajes optimistas.

La entrevista es inusual y sobre todo si se concede a una televisión. La última vez que un presidente de la Reserva Federal concede una de este tipo fue en 1987, cuando Alan Greenspan compareció ante las cámaras como flamante director de la política monetaria. Esta vez, y durante una hora, Ben Bernanke se ha mostrado confiado sobre las expectativas de la economía estadounidense a corto plazo, ha defendido los rescates financieros y ha arremetido contra los responsables de la crisis.

UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA

Como es habitual en todos los banqueros centrales, Bernanke ha incorporado a sus reflexiones todo tipo de matices y cautelas. Ha insistido en que la clave de la recuperación está en el sistema financiero: "la lección histórica es que no es posible una recuperación económica sostenida en tanto el sistema financiero esté en crisis". En este sentido, un rayo de luz: "hemos visto progresos en los mercados financieros, sin duda ninguna, pero hasta que no vuelvan a funcionar normalmente, no veremos la recuperación". En cuanto al empleo, Bernanke aclara que "las caídas en el empleo se moderarán, no volveremos inmediatamente al pleno empleo, pero confío en que se acaben los desplomes de los dos últimos trimestres".

El presidente de la Fed también ha dado garantías de que no va a dejar caer ningún gran banco. "Creo que son solventes, estamos haciendo ahora las pruebas de si podrían superar una coyuntura peor que la actual y averiguar cuánto capital necesitarían. En suma, que no sólo sean solventes sino que estén bien capitalizados en las circunstancias más adversas".

Para que no quepan dudas, se compromete: "ninguno va a caer". Y reconducirán a los que tengan más problemas en el balance estabilizándolos primero y dividiéndolos después. Ejemplo: AIG.

DEFENSA DE SU ACTUACIÓN

El presidente de la Fed ha reconocido que no era aconsejable dejar caer a Lehman Brothers. A pesar de las voces que se pronunciaban a favor de dejar actuar al mercado. Bernanke es uno de los mayores expertos mundiales en el crack del 29 y sabía perfectamente que era insensato abandonar a un gigante en medio de una crisis. Sin embargo, tenía las manos atadas: "no fue un error de la Fed porque no teníamos opción, carecíamos de las herramientas adecuadas".

Dicho esto, Bernanke recuerda sus humildes orígenes en Dillon, Carolina del Sur, para arremeter contra los excesos de Wall Street. En particular, contra las primas millonarias que han cobrado los responsables del desaguisado: "esa época se ha acabado, deben ser responsables y usar el dinero constructivamente". Y luego, la puntilla: "yo nunca he trabajado en Wall Street. Y sólo me preocupa una cosa. Una cosa exclusivamente. Y es que lo que pasa en Wall Street afecta al resto".

Y Bernanke ha revelado una de esas cosas que los banqueros centrales jamás admiten en público. Y menos en lenguaje llano. El presidente de la Reserva Federal ha reconocido que han estado dándole a la máquina de imprimir dinero. "Era necesario para rescatar el sistema".

El optimismo de Bernanke