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NUEVATRIBUNA.ES / L.M. - 28.12.2009

Dos personas faltaron este lunes a trabajar. Como fichas de dominó, los primeros letreros de ‘retrasado’ aparecen en los paneles del aeropuerto de Tenerife Sur, uno de los principales destinos de Europa. Horas después, los retrasos afectan ya a centenares de viajeros hasta completar el pasaje de los 18 aviones que, a primera hora de la tarde, se veían afectados por la “huelga encubierta” que según el Gobierno mantienen los controladores españoles. La duración de los retrasos, hasta el momento, no va más allá de los tres cuartos de hora por pasaje.

El conflicto laboral de los controladores aéreos ha puesto en jaque al Gobierno español, que hoy cargó contra un colectivo “privilegiado” cuyos salarios anuales rondan los 370.000 euros, según el ministro de Fomento, José Blanco. Fuentes de AENA –el organismo regulador del tráfico aéreo español- rebajan esta cifra a 240.000 euros anuales. Mientras, otras fuentes rebajan a 174.000 euros el sueldo anual de un controlador.

“Si los controladores aéreos españoles ganamos más, es porque trabajamos más”, afirmó el sindicato USCA, que agrupa a los 2.300 encargados de controlar el tráfico aéreo español. Con estas palabras, el sindicato rechazaba las acusaciones de AENA sobre su supuesta falta de productividad.

Según los controladores, AENA pretende rebajar los salarios de los controladores para cubrir los resultados de su mala gestión, que le ha llevado a acumular una deuda de 12.000 millones de euros. En concreto, los controladores cargan contra el modelo español y los “caprichos” de los políticos, que mantienen abiertos 25 aeropuertos deficitarios, lo que supone más de la mitad del total de aeródromos españoles.

Respecto a la baja productividad, los controladores acusan a AENA de calcular la media aritmética precisamente con estos aeropuertos donde apenas llegan vuelos.

Por su parte, AENA pretende reducir los costes laborales de este colectivo. Según los datos del ente público, España dedica el 70 por ciento de los costes de navegación a pagar los salarios de los controladores. Estos costes ascendieron a 800 millones el año pasado. El Gobierno pretende recortar esta cantidad en un 25 por ciento el año próximo.

Según el Ejecutivo, el salario de los controladores impide "incrementar la productividad" de los aeropuertos españoles y aduce que, para pagar estos sueldos, es necesario elevar las tasas a las aerolíneas que operan en España.

Por el contrario, el sindicato de controladores USCA afirma que el motivo que tiene "bloqueada" la negociación con el ente público no son los salarios, sino que AENA quiera cambiar el convenio colectivo "sí o sí", lo que afectaría a otros derechos adquiridos.

Entre las cuestiones que más roces provocan se encuentran la gestión de la organización del trabajo y de las tareas propias de los controladores, que se quiere controlar desde AENA. "Estamos dispuestos a negociar, pero no a dejar que la empresa sea la que decida cuándo debemos trabajar y de qué manera, ya que esos aspectos se regulan en el convenio", añaden en fuentes sindicales.

Por su parte, el ministro de Fomento recordó que los salarios del controlador español duplican la media de la UE, y reconoció que el sector tiene la gestión del trabajo según el convenio, lo que, a su entender, dificulta que AENA "pueda gestionar con más eficacia el trabajo en relación con los controladores".

Estas circunstancias constituyen "un inconveniente" para hacer del sistema aeroportuario español un sector "competitivo y eficiente", añadió Blanco, y repercute directamente sobre las tasas de navegación aérea de España, que tal y como reclaman las asociaciones de aerolíneas son las mas elevadas de Europa.

Los controladores acusaron a Fomento de tensar la situación de forma torticera. Según USCA, la maniobra de Fomento tendría una apariencia “políticamente correcta, pues ataca a un colectivo que, por sus altas retribuciones, desata la envidia de la opinión pública”.

El 'chollo' de ser controlador