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NUEVATRIBUNA.ES - 10.06.2010

Más de 10.000 empleados no han servido para evitar que el Banco Mundial deslizara un error de bulto sobre la economía española. Para el organismo internacional, España es uno de los cinco países más endeudados de la Unión Europea, una afirmación que dista mucho de la verdadera situación que atraviesa España, que ocupa el puesto número 14 en la UE en cuanto a su nivel de deuda pública.

La metedura de pata del Banco Mundial viene a cuestionar la labor de uno de los múltiples organismos que, a diario, lanzan opiniones, supuestamente fundadas, sobre el estado de la economía. El error, en este caso, se explica por una de las campañas emprendidas por la prensa –en especial, la anglosajona-, en contra las economías sureñas de la Unión Europea. En concreto, contra los denominados PIGS, el acrónimo PIGS que esconde a países como España, Portugal, Grecia y, ahora, Irlanda, y que sufren a diario los embates de esta prensa, a cuenta de su deuda soberana

La campaña de descrédito no se limita a preocupar a la opinión pública y a los inversores. Su influencia repercute de forma directa en ‘los mercados’. Y tiene consecuencias muy claras sobre estos países, que se han visto, en ocasiones, por simples rumores, obligados a pagar más dinero por la financiación que reciben en los mercados de deuda pública.

La novedad es que una institución como el Banco Mundial se haya contagiado por el delirio de estas jaurías mediáticas, indistinguibles a veces de las famosas “manadas de lobos”, que, desde el mundo financiero, atacan en los últimos tiempos las emisiones de deuda de los Estados soberanos.

El Banco Mundial, advertido de su error, apenas ha acertado a dar algo más que unas confusas explicaciones. La institución que preside Robert B. Zoellick se ha visto obligado a corregir sobre la marcha su Informe de Perspectivas Económicas. Pero ha sido incapaz de explicar el criterio que utilizó para colocar a España en un grupo denominado UE-5, que reproducía miméticamente la nómina de los PIGS.

Reconocido el fallo, el Banco Mundial rectificó su categoría inicial, referida sólo a la deuda pública, y la amplió incluyendo el déficit. Sin embargo, con este nuevo criterio, países como el Reino Unido, que supera de largo a España por estos conceptos, quedó fuera del listado de los ‘malditos’.

Los programas de ajuste del Banco Mundial, en colaboración con el Fondo Monetario Internacional, ya recibieron un alud de críticas, en especial tras las crisis financieras en Asia a finales de los años 90. Entonces, economistas de todo pelaje criticaron la dureza de los recortes impulsados por el BM y el FMI, porque abandonaban a su suerte a la parte más vulnerable de la población. Además, las recetas de estas dos instituciones ni siquiera sirvieron para reinstaurar la confianza en estas economías, añadían sus críticos.

Todo ello sin tener en cuenta los proyectos financiados por estas dos instituciones, con efectos desastrosos para el Medio Ambiente, según otros, y que han provocado que centenares de miles de personas se hayan visto obligadas a abandonar sus hogares para dejar paso a proyectos como la presa de Sardar Sarovar, en La India, la deforestación asociada al proyecto de Polonoroeste, en Brasil, y la presa de Pak Mun, en Tailandia.

A todo ello, se suma ahora el descuido en un Informe que no ayudará precisamente a calmar a los mercados, como prueba la amplia repercusión de la noticia. Sin ir más lejos, el sistema de noticias Google News devolvía hoy 450 resultados, reproduciendo las conclusiones del Informe.

El Banco Mundial patina con España