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NUEVATRIBUNA.ES - 06.05.2010

La crisis ha descubierto un nuevo filón, no sólo para los especuladores financieros, sino también para todos aquellos que han amasado fortunas en el proceso de privatización de los servicios públicos. Entre ellos, destaca en España Gerardo Díaz Ferrán, líder de la patronal y dueño de concesiones diversas, hoy en venta ante los problemas que atraviesan los negocios del cuestionado empresario. Líneas de autobuses, billetes de avión para los diputados españoles y otras concesiones, logradas, por ejemplo, al amparo de la “cojunuda” Esperanza Aguirre, según calificó el propio Ferrán a la ‘lideresa’ bajo cuyo mandato la sanidad madrileña ha pasado a manos privadas a velocidad de vértigo.

En un artículo publicado este jueves en El País, Diaz Ferrán aboga por “dar un impulso a la gestión privada de los servicios públicos” para solucionar los problemas económicos que sufre la Hacienda española. En opinión del patrón de patrones, “la gestión privada ahorra costes a igualdad de servicios”, un análisis, cuanto menos interesado, y que choca frontalmente con algunos estudios publicados desde la orilla sindical.

Según uno de estos estudios, publicado en este periódico, la privatización de los servicios sanitarios madrileños, lejos de suponer un ahorro, ha duplicado el coste de las camas donde los atribulados pacientes madrileños buscan consuelo en el laberinto administrativo en que se ha convertido el sistema público de salud, “una oportunidad de negocio”, tal y como lo definió el ex consejero de Sanidad, José Ángel Güemes, dimisionario tras impulsar la comercialización masiva de la salud pública madrileña.

En esta línea, Díaz Ferrán “el peregrino”, después de encomendarse esta semana al apóstol Santiago –“permítenos, Señor, que germine nuestro grano de trigo”, vino a decir-, confía en “reordenar el sector público” en aras de “mejorar la eficiencia del gasto”, elevando la productividad de la Administración Pública.

Ante estas admoniciones habrá quien recuerde al líder patronal la abultada factura que la quiebra privada, no sólo de sus empresas -Air Comet, Seguros Mercurio y, si el apóstol no lo remedia, algunas más-, sino también del hundimiento de todo el sistema financiero internacional, ha supuesto para las arcas públicas, que se verán escarnecidas hasta el fin de los tiempos por lo que podríamos llamar una reordenación del sector privado.

“Vienen a por Caja Madrid, vienen a por Pío, vienen a por España”, advertía hace unos meses Manuel Cobo, compañero de partido de Esperanza Aguirre, sobre cuyas ansias de poder el concejal advertía en las mismas páginas que hoy lo hace Díaz Ferrán. “Vienen a por los servicios públicos”, cabría añadir hoy, tras leer ‘el filo de la navaja’ por donde camina el 'líder' patronal.

Díaz Ferrán afila la navaja