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NUEVATRIBUNA.ES / AGENCIAS - 8.2.2010

El secretario de Estado de Economía ha defendido en pleno centro financiero de Europa la estrategia del Gobierno para hacer frente a la crisis con políticas de consolidación fiscal y de reforma estructural de la economía española. En una presentación organizada por Barclays, Citi y Santander, José Manuel Campa ha intentado 'vender' la cara positiva de la economía española para frenar los movimientos especulativos y convencer a los inversores de la solvencia financiera de España.

El "numero dos" de Economía ha marcado los dos grandes desafíos que España tiene por delante: bajar la tasa de desempleo y reducir el déficit público, cuyo fuerte incremento en los últimos meses ha atribuido "a la crisis, pero también a problemas estructurales". En este sentido, ha asegurado que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero está dispuesto a impulsar una política de consolidación fiscal, con un recorte equivalente al 5,7% del producto interior bruto (PIB) del déficit estructural directo entre 2010 y 2013. La meta debe ser que, tras el fuerte incremento de los últimos meses derivado de la crisis, el déficit público vuelva a situarse en el 3% del PIB en 2013.

Campa no ha anunciado medidas distintas a las que el Gobierno ya ha puesto sobre la mesa. Las reformas para impulsar el crecimiento se construirán, ha explicado, sobre la base de la economía sostenible, la reestructuración bancaria y la reforma de las pensiones y del mercado laboral, apoyándose en "un sistema financiero sólido, un bajo nivel de deuda y la capacidad institucional para abordar las reformas".

Campa cree que la economía española "crecerá ligeramente en 2010" y pronostica que la contribución de la demanda externa al PIB se reducirá gradualmente a medida que la demanda nacional se recupere, de manera que la tasa de crecimiento podría pasar de ser negativa en 2010 a un aumento del 1,6% en 2011. La estrategia de consolidación fiscal se cimentará en una reducción sustancial del gasto y un incremento moderado de los ingresos, después de que en 2010 ya se produjera un recorte del 2,2% en el déficit estructural.

Entre las medidas de contención fiscal, habrá una restricción en los costes salariales de todas las administraciones públicas y recortes "considerables" en inversión, transferencias y subsidios, con un recorte para las Comunidades Autónomas equivalente al 0,5% del PIB.

"¿Tenemos capacidad para aplicar todo esto? El tiempo dirá", ha señalado el secretario de Estado, para quien ahora corresponde a mercados e inversores creer en la palabra de un Gobierno que "ya lo ha hecho en el pasado, lo que demuestra nuestro compromiso, la calidad de nuestras finanzas públicas y el éxito de nuestra disciplina fiscal". Es decir, el secretario de Estado ha apelado a la experiencia del periodo entre 1996 y 2007, cuando se llevó a cabo el ajuste de las finanzas públicas españolas siendo ministros de economía Rodrigo Rato y Pedro Solbes. Ahora, el compromiso del Gobierno es doble, ha indicado Campa, ya que se adoptará una política de disciplina fiscal, al tiempo que se garantizarán reducciones adicionales del déficit público.

La economía española, ha explicado, tiene una fortaleza estructural, ya que incluso después del fuerte impacto de las políticas de estabilización, la deuda española está en el 62,5% del PIB, por debajo del 82,4% de media de la eurozona. Soledad Núñez, directora general del Tesoro, que acompañaba a Campa en este encuentro, ha dicho incluso que el reciente aumento del coste de la deuda española es "una oportunidad para el Gobierno español". Según Núñez, "la subida de márgenes hace muy atractiva para los inversores la compra de deuda española".

Sobre las reformas estructurales en los mercados, el secretario de Estado ha destacado que hay una mejora del entorno institucional para las empresas y que se ha dado un impulso a la productividad y a la modernización.

En cuanto a la reforma del sistema de pensiones, ha reiterado que se abordará un progresivo incremento en la edad de retiro, hasta los 67 años, y ha argumentado que la medida no es política, sino que responde al incremento de la presión demográfica en España.

Sobre la reforma laboral, ha dicho que se llevará a cabo siguiendo las siguientes líneas básicas: estabilidad en el empleo, reduciendo la segmentación del mercado, incentivos para los jóvenes que se incorporan al mercado de trabajo y para la educación, promoción de la integración de las mujeres y mayor control de las bajas temporales.

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