nuevatribuna.es
17 de febrero de 2011, 6:07
nuevatribuna.es | 15.02.2011
El Banco de Santander participará en la compra de cajas de ahorros, según ha publicado el diario Cinco Días. El periódico afirma que el presidente de la entidad, Emilio Botín, ha comunicado a los directivos del Banco su intención de no dejar pasar la ocasión y, si surge una buena oportunidad, participar en la compra de una caja de ahorros. Estas entidades están inmersas en un proceso de reestructuración que las obligará, previsiblemente, a buscar financiación masivamente en próximas fechas.
Santander hizo el anuncio en una reunión de directivos el pasado 4 de febrero, según publica el diario económico, que cita fuentes del banco. Así, el presidente del Santander, ante las preguntas de sus ejecutivos, confirmó que el banco aprovechará la ocasión abierta tras la reestructuración impulsada por el Gobierno. Esta reestructuración endurece los requisitos de capital, especialmente en el caso de las cajas, y previsiblemente obligará a estas entidades a pelear por captar fondos para asegurar su supervivencia en el mercado.
Por su parte, la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, avanzó este martes que el Ejecutivo aprobará en el Consejo de Ministros del próximo viernes el decreto de recapitalización de las entidades financieras. El decreto fijará una exigencia de capital básico del 8% para las entidades cotizadas y del 10% para aquellas que no lo están y que cuentan con una dependencia de la financiación mayorista superior al 20% y que no tengan presencia significativa de inversores privados.
Tal y como señalan los expertos, de las cajas lo más deseado es el ahorro de sus clientes. Así lo comunicó, según el diario, el propio Botín en una reunión donde se instruyó además a los directivos del Santander en los métodos para pelear por el pasivo hasta ahora propiedad de las cajas de ahorros.
El pasivo de las cajas está hoy mucho más cerca de los bancos gracias al plan de reestructuración del Gobierno. Pero antes las entidades se habían visto debilitadas por la llamada guerra del pasivo, que las obligó a competir por el ahorro de sus clientes. Fue el Banco de Santander el que lanzó esta guerra en plena crisis financiera, cuando comenzó a remunerar depósitos al 4 por ciento. El resto de entidades, incluyendo las cajas, se vieron obligadas a participar en esta guerra, que ha erosionado los balances bancarios, según alertaron distintos expertos. Al iniciarse la batalla, en fuentes del mercado se interpretó la guerra del pasivo como una estrategia de Botín para cobrarse precisamente una pieza: las cajas de ahorros, unas entidades que han visto abocadas a salir en breve plazo en busca de capital, después de sufrir muy severamente las consecuencias desatadas por la crisis financiera internacional.
Gracias a la guerra del pasivo, el Banco de Santander ha captado en España unos 32.000 millones de euros. Ahora, según cuentan en Cinco Días, toca repercutir los cuantiosos costes en los clientes, principalmente en el crédito.
OTROS NOVIOS
Aunque no abiertamente, otros bancos han mostrado interés por hacerse con el negocio de las cajas, entre ellos BBVA, Popular, Pastor y Sabadell, afirma Cinco Días.
Las ofertas llegarán cuando el Gobierno dé a conocer los detalles del real decreto ley que marcará el inicio del reforzamiento del capital de estas entidades. La publicación del decreto, que endurece las condiciones que precisan para operar las entidades, supondrá el pistoletazo de salida en una carrera por captar financiación privada y garantizarse la supervivencia. Fuentes consultadas por este periódico dudan que todas las cajas puedan conseguir financiación en un momento como el actual, donde se prevé una fuerte batalla por captar fondos.
Paralelamente, se van conociendo algunos costes que las arcas públicas tendrán que soportar en un proceso que algunos han calificado de “privatización” de las cajas. Según ha publicado el diario El Confidencial, el Estado se verá obligado a pagar hasta 15.000 millones de euros por los 15.000 despidos –la mayor parte prejubilaciones- que acarreará el plan de saneamiento de las cajas. Esta información asegura que cada despido costará unos 100.000 euros al Estado.
El diario recoge además cifras oficiales de la CECA (Confederación Española de Cajas de Ahorros) que indican que el sector tuvo beneficios durante los primeros nueve meses del año 2010 –los últimos datos disponibles- de 3.694 millones de euros, lo que representa una disminución del 28,1%.
Las cajas de ahorros tienen actualmente una plantilla global de 132.340 empleados, un 20% más que los bancos pese a que se reparten prácticamente al 50% el sistema financiero.