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NUEVATRIBUNA.ES - 04.01.2010

Alfredo Sáenz, el directivo del Banco de Santander recientemente condenado a seis meses de cárcel –aún no firme-, se embolsa cada día más de 23.000 euros. Un salario de vértigo que, en caso de confirmarse la sentencia, le permitirán saldar sin problemas los apenas 30.000 euros de multa que le impuso en diciembre la Audiencia de Barcelona por el delito de acusación y denuncia falsa. Sin embargo, los mil euros a la hora que se embolsa este abogado vizcaíno distan mucho de ser un caso único en la cúpula directiva de las grandes empresas españolas.

Con sus 8,44 millones de euros anuales, Alfredo Sáenz encabezó en 2008 la lista de los hombres mejor pagados del país. En un solo día, el consejero delegado del Santander, amante de la música clásica, acumuló el equivalente al salario anual medio de un trabajador español, que apenas llega a los 20.400 euros, según el Instituto Nacional de Estadística.

La futura ley de Economía Sostenible intentará arrojar luz sobre las retribuciones de los directivos españoles. Hasta ahora, todo son sombras. Sólo así se explica que Sáenz cobre más que Emilio Botín, el presidente del Banco de Santander, que, con un salario cercano a los 3,3 millones anuales, obtiene la parte del león de los rendimientos que le otorgan los 174 millones de acciones de la entidad financiera. El anteproyecto de ley obligará a los directivos a publicar sus salarios por separado, y no en conjunto como hasta ahora.

En el segundo lugar en la lista de los mejor pagados, figura Ignacio Sánchez-Galán, el presidente y consejero delegado de Iberdrola. Así, la tradicional subida de la luz de este año servirá en parte para pagar, no sólo los 6,51 millones que el directivo se embolsa cada año -según las cuentas de la entidad de 2008- sino también el bonus que el directivo cobró por cumplir los objetivos estratégicos de la eléctrica, y que ascendió a 10,236 millones adicionales. En total, 16,7 millones de euros.

El salario de la mayor parte de los altos ejecutivos de las empresas del Ibex-35 supera el millón de euros. Con la excusa de ‘retener el talento’, los consejeros de estas empresas fijan sus propios salarios. Sin embargo, entre sus criterios, se echa en falta la ligazón de sus retribuciones con la buena marcha de la empresa a largo plazo. Esta ausencia ha provocado la reacción de las instituciones internacionales, que tratan ahora de casar los bonus de los directivos con una visión de más largo alcance.

Así, el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, en sus siglas en inglés) recomendó revisar los blindajes de los directivos, según lo acordado en las últimas cumbres del G-20. En nuestro país, el Banco de España examinará estas indemnizaciones que los directivos cobran al abandonar las empresas. Según el FSB, los blindajes, especialmente en el ámbito financiero, “no son sanos desde un punto de vista prudencial”. Según el organismo, “con estos blindajes, la actitud frente al riesgo es ‘cara o cruz’, siempre gano”.

En el BBVA, el blindaje del presidente Francisco González ya ha desaparecido. Lejos de renunciar a él, los motivos que explican esta desaparición son que González ya ha logrado consolidar su pensión, que ascendía a 75 millones de euros en 2008. El banco no ha aclarado hasta la fecha si ha incrementado esta suma con nuevas aportaciones.

En cuestión de pensiones, el ex consejero delegado de BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, acaparó titulares hace unos meses cuando se supo el importe de su pensión al abandonar el banco a la edad de 55 años, y que asciende a más de 3 millones de euros anuales.

En el caso de Alfredo Sáenz, el Banco de Santander ha reservado 80 millones de euros y otros 11 contabilizados en la memoria en el apartado de Otros.

Según un estudio publicado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, en 27 de las 35 empresas que cotizan en el Ibex se mantienen los llamados ‘paracaídas de oro’, los blindajes que aseguran una salida por la puerta grande a los directivos españoles.

A mil euros por hora