martes. 16.04.2024

Diez tesis sobre la mundialización

José María Vidal Villa, ilustre economista español fallecido en el año 2002, escribió en 1993 este texto como resumen del capítulo titulado “Mundialización de la Economía vs. Estado centralista” del libro “La Economía mundial después de la guerra fría”.

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José María Vidal Villa en Menorca 1979.

José María Vidal Villa, ilustre economista español fallecido en el año 2002, escribió en 1993 este texto como resumen del capítulo titulado “Mundialización de la Economía vs. Estado centralista” del libro “La Economía mundial después de la guerra fría”.

Transcurridos 23 años de su presentación en el III Encuentro Internacional Mundo Laboral, sindicalismo y educación en los umbrales del nuevo siglo” celebrado en Mexico en Noviembre de 1993, merece la pena detenerse en sus consideraciones y valorar, con la serenidad que da la distancia, la vigencia de unos postulados y la evolución de lo que posteriormente pasó a definirse como globalización.

Un primer aspecto que marca la diferencia de aquel momento con el presente es el nacimiento y generalización del Mundo Internet y de las grandes empresas que han nacido a partir de ese ámbito y que siguen aplicando los mismos criterios, pero de forma más acusada, que J.M. Vidal Villa expone sobre las multinacionales.


mundializacionIntroducción

El final de la guerra fría y el desmoronamiento del proceso de transición socialista en la Unión Soviética y otros países europeos ha provocado un cambio trascendente en el mundo: por primera vez en la Historia, el capitalismo aparece como único modo de producción dominante a escala planetaria, sin rivales ni alternativas a corto plazo”.

La pervivencia de sociedades “socialistas” como la china, la coreana del norte o la vietnamita en Asia y la cubana en América Latina, representan únicamente el deseo voluntarista de resistir al desmoronamiento generalizado y, si nos atenemos al transcurso de los acontecimientos, tarde o temprano acabarán siendo absorbidas por el capitalismo mundial.

Esta situación no implica que el capitalismo “haya triunfado” ni que sea el mejor sistema económico, político y social posible. Muy por el contrario, el capitalismo demuestra hasta la saciedad, con los hechos que fracasa estrepitosamente cuando se trata de asegurar el bienestar e, incluso, la simple supervivencia del conjunto de la humanidad. Más de mil millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza, según datos de organismos internacionales como el PNUD o el Banco Mundial. Y más de tres mil quinientos o cuatro mil millones viven en situación de pobreza y subdesarrollo.

Se argumenta, por otra parte que es imposible la generalización del patrón de desarrollo de los países más ricos al conjunto del mundo, por cuanto tal desarrollo no sería sostenible materialmente, dados sus efectos sobre los recursos no renovables y su carácter destructivo del medio ambiente. Tal situación, por consiguiente, en términos humanos globales, significa la realidad de un fracaso del capitalismo a nivel general.

Ahora bien, la ideología, e incluso la teoría económica desarrolladas en la última década, ponen de manifiesto únicamente una parte de esta realidad: el éxito del capitalismo para desarrollar a algunos países, básicamente los denominados “países industrializados”, eufemismo que designa a aquellos países en los cuales el capitalismo se desarrolló autónomamente y que fueron en su momento potencias colonialistas e imperialistas. En otra terminología, los países del Centro del Sistema.

En su afán de autoelogio, en su absoluta seguridad ante el fin del modelo alternativo soviético, los teóricos del capitalismo han elegido el enfoque parcial, basado solo en la experiencia de los países más desarrollados y han abandonado el enfoque global, holístico, estructural. Junto a la campaña de desprestigio contra el marxismo como método de análisis de la realidad, han caído también otros enfoques no marxistas tales como la teoría de la dependencia y el estructuralismo, cuyo desarrollo en América Latina en las décadas de los 60 y principios de los 70 significó un intento de analizar los problemas de la economía mundial desde un punto de vista global y no parcial, como pretendía la teoría económica convencional.

Enfoques como los de Prebisch, Cardoso, Faletto, Sunkel, Dos Santos, Marini, Gonder Frank, Laclau y otros en América Latina o Samir Amin, Arrighi, o Emmanuel Wallerstein en Africa y Europa han sido abandonados, desprestigiados y abolidos del interés de la “ciencia económica convencional”; no tan sólo los métodos, los análisis y sus conclusiones, sino incluso la temática.

Este fenómeno no ha afectado únicamente a los pensadores estructuralistas, sean marxistas o no. También en el campo de la ciencia económica convencional ha desaparecido prácticamente un enfoque globalizador, lo cual se manifiesta en la escasa, por no decir nula, presencia de autores que sigan la senda de los creadores de la Teoría del Desarrollo, tales como Myrdal, Nurkse, Lewis, Hirschman, Streeten, Singer, Seers o Chenery. 

Este abandono es un efecto más de la prepotencia neoclásica, que continúa entendiendo que los modelos válidos para los países desarrollados, son modelos universalmente válidos, olvidando por tanto la especificidad de las condiciones  económicas de los países subdesarrollados y dependientes, es decir, olvidando un enfoque global que permita explicar la evolución y la situación general de la economía mundial.

Estas carencias dan lugar a una incapacidad para explicar los fenómenos reales de la economía de nuestros días. Autores como Thurow o Krugman entre los anglosajones y algunos continuadores de los regulacionistas franceses intentan abordar esta problemática desde un punto de vista global, pero sin un cuerpo teórico que dé coherencia interna a su discurso. Lo que hoy predomina son modelos de corte neocásico que, en el terreno internacional tratan de explicar el comercio entre países, la movilidad de capitales, la integración económica y sus beneficios o perjuicios, el funcionamiento financiero y monetario, etc. Falta, sin embargo, un esfuerzo por recuperar el enfoque holístico, globalizador, que utilizó el pensamiento estructuralista.

Y ello ocurre precisamente cuando la globalización, la interdependencia, en suma la mundialización, son los fenómenos que caracterizan con mayor vigor a nuestra época. Por este motivo me parece mas acuciante que nunca la necesidad de abandonar el terreno del análisis parcial y enlazar de nuevo con los análisis globales de hace dos décadas, recogiendo su herencia, superándola y utilizando su enfoque para el análisis de la realidad actual.

Quisiera en este texto enumerar brevemente algunas de las distintas problemáticas que se presentan ante los investigadores de finales del siglo XX, que resumo en las diez tesis que se exponen a continuación. (Resumen de lo se publicará en  siguientes artículos).

1. La mundialización es la culminación del proceso histórico de expansión del capitalismo y el efecto de sus propias leyes económicas.
2. Existe la base técnico-material para la mundialización.
3. El modelo de industrialización sobre el que se asienta la mundialización económica tiene efectos perversos: la destrucción del medio ambiente y el agotamiento de los recursos no renovables.
4. Las empresas multinacionales son el agente activo del proceso de mundialización económica.
5. El mercado mundial aún no existe plenamente: en la actualidad se asiste a un proceso de transición desde el comercio internacional a la formación de un auténtico mercado mundial.
6. La mundialización requiere la libre movilidad del capital a escala mundial. Este es uno de los aspectos en los cuales el proceso está más avanzado.
7. La mundialización requiere la libre movilidad de la fuerza de trabajo a escala mundial. Este es uno de los aspectos en los cuales el proceso está más atrasado.
8. El proceso de mundialización aumenta la polarización entre ricos y pobres y profundiza
el desarrollo desigual.
9. El principal obstáculo que se opone a la mundialización económica de nuestros días es la pervivencia de los Estados nacionales.
10. En la actualidad el mundo atraviesa un complejo proceso de transición desde el predominio de las economías de base nacional hacia la plena hegemonía de la mundialización económica y social.

Diez tesis sobre la mundialización