sábado. 20.04.2024
ENTREVISTA A ENRIQUE FOSSOUL

"Si Salgado adelgaza el sector público, avala la huelga general"

PILAR GASSENT
Al secretario general de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO (FSC-CCOO), que agrupa a las federaciones de Administraciones Públicas y de Comunicación y Transporte, le preocupan las declaraciones de la vicepresidenta segunda que apuntan hacia la congelación del empleo público y de los salarios. Cree además que la comisión para el pacto anti crisis no puede estar formada sólo por tecnócratas y que Zapatero debería cambiar de asesores económicos.
NUEVATRIBUNA.ES - 24.2.2010

NUEVATRIBUNA.ES: Hoy nos encontramos en el quiosco con titulares sobre las manifestaciones contra el 'pensionazo' que se resumen en "deslucido, pinchazo sindical, guante blanco de los sindicatos...¿Se puede considerar que ha fracasado la convocatoria?

ENRIQUE FOSSOUL: Yo creo que no. El titular más ajustado es el de El País, el de "guante blanco de los sindicatos", porque realmente fue un aviso. También es verdad que hubo un guiño del presidente cuando ayer rebajó las tensiones. El problema fundamental es no tener planificada una política general hacia la situación económica e ir poniendo parches, que es lo que les está llevando a la confrontación no sólo con nosotros o con la oposición sino con la sociedad porque no hay claridad sobre por dónde se va a ir...En cuanto al resultado de la manifestación, tampoco se puso tanto la carne en el asador. Si se hubiera hecho una concentración única a nivel del Estado, como hicimos a finales del año pasado...pero el hecho de hacerla descentralizada lógicamente desluce las cosas. Yo creo que el resultado es el esperado en cuanto a participación. También en Madrid fue un poquito peor por la climatología, que hizo que mucha gente se echara para atrás.

NT: Tanto CCOO como UGT han dicho que de momento no toca convocar una huelga general. No obstante, en estas primeras manifestaciones hubo gente que la pidió. A la vista de la participación, ¿queda definitivamente aparcada?

E.F.: Yo creo que sí. Además, no tiene sentido. CCOO ha convocado huelgas generales cuando había unas medidas que teníamos que paralizar, en momentos muy concretos de iniciativas legislativas como aquél decreto sobre el tema de juventud o el primer recorte de la Seguridad Social, que fuimos solos nosotros. Pero yo creo que en un proceso en el que todavía hay puertas abiertas y sobre todo cuando el Gobierno lo que ha planteado son propuestas para llevar a la Comisión del Pacto de Toledo o para llevar a la mesa del diálogo social, no está justificada la huelga general. Otra cosa sería si se concretaran algunas medidas que está anunciando el Gobierno de forma unilateral. Si se concretan ese tipo de medidas, como por ejemplo la congelación que anuncia Elena Salgado del número de empleados públicos, lo que entraría de lleno en el adelgazamiento del sector público, estaríamos ante un primer elemento porque creemos que en momentos de crisis hay que mantener la protección. Un segundo elemento sería la congelación salarial cuando todos, incluido el Gobierno y los principales analistas económicos, saben que esta crisis no viene derivada del tema de los salarios sino de un problema de acumulación derivado de las hipotecas a bajo coste o de tener una economía, la española, basada fundamentalmente en la construcción. Por otro lado, hay medidas muy rechazables como la reforma de las pensiones, pero que se pueden solucionar en una mesa de negociación. Si esa negociación no se da o se rompe por parte del Gobierno, sí habría que analizar otro tipo de respuesta.

NT: ¿Piensa CCOO que los funcionarios y la congelación salarial son ahora los objetivos? ¿Qué indicios tienen?

E.F.: La propias manifestaciones de la vicepresidenta segunda, que ha dicho que sería una buena solución, y las peticiones concretas del PP, que ya lo hizo en su día con los empleados públicos cuando ganaron las elecciones y congelaron los salarios incumpliendo el acuerdo que estaba firmado con el último gobierno de Felipe González. Las peticiones de siempre de que hay que adelgazar el sector público. Yo creo que en eso no van a descansar ni la derecha ni los sectores empresariales que se aprovechan de situaciones como ésta, en las cuales la campaña contra los empleados públicos a propósito de su situación de fijeza laboral y de los horarios, que además es falso, les lleva a plantear que es una de las fórmulas para adelgazar la deuda. Realmente, el déficit público no lo provocan los salarios de los empleados sino de los recursos que ha tenido que poner el Gobierno para la salida de préstamos de los bancos. Sería una absoluta barbaridad que algo no han generado ni los salarios de los empleados públicos ni el salario del resto de los trabajadores al final tenga que costearlo la gente poniéndolo de su salario para pagar los préstamos a los bancos, que encima no han llegado ni a las familias ni a las pymes.

NT: ¿Es Salgado quien está dando el "volantazo a la derecha" del Gobierno?

A mi me gustaría pensar que no, pero no lo tengo claro. Yo creo que está muy apretada por la situación de déficit económico y condicionada por la continua improvisación. Yo me hago una pregunta que se ha hecho mucha gente. Ignacio, por ejemplo, se la hacía en el último consejo: si al final no logramos rebajar el déficit, que es difícil (estamos en este momento con la previsión del 14,7% para final de 2010 con lo que llegar en tres años al 3%, que es lo que nos ha planteado la UE, es imposible) ¿Qué puede pasar? ¿Que nos echen de la Unión Europea? Yo creo que la reflexión sería que en lugar de apretar tanto en el interior, también intente renegociar las condiciones de unificación económica con la UE para un ajuste un poquito más al alza del déficit. El déficit se ha generado por las ayudas al sector bancario y a las empresas y por lo tanto hay que dar un periodo más amplio de recomposición del déficit.

NT: A propósito de guiños del presidente, es verdad que Zapatero ha dicho que no va a gobernar a base de decretazos y que quiere diálogo y negociación, pero después de haber acotado el terreno de juego. Lo vimos el lunes en la Comisión del Pacto de Toledo cuando Corbacho planteó el debate sobre el periodo de cómputo de las pensiones. ¿Qué margen de maniobrabilidad tienen los sindicatos?

E.F.: Pues más bien escaso. La cuestión es que el Pacto de Toledo es una comisión del Parlamento cuya función es poner encima propuestas y después ya veremos si salen. El problema es que con una oposición, el PP, en la misma clave que la de algunas variables que está planteando el Gobierno, la cosa está difícil. Pero ahí es donde quizá hay que hacer una mayor presión si se quieren cambiar cuestiones como esa. Yo creo que situar las pensiones como única vía para que se puedan producir más ingresos es un error. Hay otras vías como la de la fiscalidad, que en España es la más baja de Europa. Nosotros estamos diciendo que hay que emprender esa vía de mayor presión fiscal para recuperar ingresos para el Estado.

NT: Es decir que no se trata de negociar sobre la propuesta que ha hecho el Gobierno. Sencillamente, no toca en absoluto reformar las pensiones...

E.F.: Hombre, nosotros podemos sentarnos a discutir algunas cuestiones que sean razonables. Por ejemplo, no hay causa en el retraso de la jubilación. Ni en alterar el periodo de cómputo. Pero podríamos discutir sobre bases reales otro tipo de fórmulas. El sistema de la Seguridad Social está saneado y no puede ser que se tambalee cada vez que hay una crisis, cuando está de sobra demostrado que es sostenible. No toca la reforma, pero no vamos a ir con posiciones cerradas. Lo que en un momento como este no es de recibo es que haya posiciones maximalistas por parte de nadie. Estamos elaborando nuestras propuestas alternativas, pero como punto de partida entendemos que no toca la reforma de las pensiones.

NT: Y esas propuestas irán en la línea de la separación de fuentes, de un retraso de la jubilación voluntario e incentivado...

E.F.: Exactamente. Propuestas que se han hecho en otros países y que se han demostrado viables. E incluso pensamos que se pueden explorar otras alternativas como jubilaciones anticipadas en colectivos que lo están demandando por condiciones especiales de penosidad, peligrosidad o agotamiento. Un conductor de camiones no puede estar a los 65 años conduciendo un camión o subiéndose a un andamio si trabaja en la construcción. En eso estamos. Lo que no se puede hacer es retrasar o anticipar la edad de jubilación de una forma coercitiva.

NT: ¿Siguen defendiendo las prejubilaciones ahora que estamos, por ejemplo, en plena reestructuración del sector bancario con las fusiones de cajas que van a reducir considerablemente su número?

E.F.: Creemos que si se hace de forma adecuada es un instrumento de mejora y de acceso al empleo de gente nueva. Pero siempre que se haga con contratos de relevo. Si es sólo una fórmula de reestructuración interna de las empresas para quitarse efectivos, evidentemente no estamos de acuerdo. Otra cosa es que nos encontremos en procesos que haya que discutir y firmar. Pero siempre que haya una intervención sindical con contratos que permitan la entrada de personal. Una jubilación anticipada es mejor que un ERE o un despido. Las fórmulas no traumáticas de reducir plantillas son siempre más factibles.

NT: El Gobierno se ha llenado la boca asegurando que no va a recortar derechos de los trabajadores. Pero el caso es que nos ha presentado la reforma de las pensiones y una reforma laboral que, con el pretexto de reducir la temporalidad. puede acabar en un único contrato que disminuya la brecha entre las indemnizaciones mínima y máxima, es decir, que sí podría haber abaratamiento del despido...

E.F.: Así es. Pero se pueden explorar otras vías como las que nosotros hemos planteado de reducción de la jornada laboral como en Alemania. En principio, lo que planteó el presidente a los dos secretarios confederales hace unas semanas se puede explorar sin que suponga mucha quiebra de derechos. A menos que al final esté en la agenda oculta del Gobierno tirar de ese tema. Yo no creo que esté la situación política ni parlamentaria, de cara a la campaña para las próximas elecciones, como para que el Gobierno se enfrente a la sociedad con un tema como este. Sería un suicidio por su parte que tiraran por esa vía.

NT: De momento, ya es preocupante la línea que se ha emprendido en las dos últimas semanas a raiz de las valoraciones negativas que nos han llegado de organismos internacionales, de medios extranjeros, de los gurús...Da la impresión de que están atemorizados.

E.F.: Yo creo que no es tanto una campaña contra España, como dice el presidente. Pero sí hay reflexiones que plantea Zapatero que son absolutamente justas. Que la misma gente que ha estado defendiendo la libertad de mercado diga, cuando llega la crisis, que se suspende la liberalización, como hizo el presidente de la patronal, y pida ayuda al Estado para reflotar la economía, y que cuando está empezando a reflotar se plantee nuevamente que el Gobierno desaparezca, que no regule...Lo que tenemos que ir es a una regulación del sistema financiero profunda y eso es lo que parece que se ha olvidado desde que hay señales de que se está saliendo de la recesión. Pero, o volvemos a insistir en el tema de los controles que fallaron para prevenir lo que ocurrió con las hipotecas basura, o en breve volveremos a tener el mismo problema.

NT: El martes dijo Zapatero que había que acometer la reforma de las pensiones porque si no nos íbamos a encontrar con un problema como el de la burbuja inmobiliaria...

E.F.: Me parece desproporcionada la comparación. El problema es quién está asesorando al Gobierno para hacer determinadas afirmaciones y propuestas. A mi me da la sensación de que están dando bandazos y lanzando globos sonda, que es lo que no se puede hacer en política económica porque están escuchando los interlocutores, los inversores, la sociedad y se está produciendo una situación de alarma. Yo comparto sus críticas al PP por generar inestabilidad, pero tampoco ayuda él con determinadas cuestiones.

NT: ¿Qué tiene que cambiar Zapatero, a sus asesores o al Gobierno?

E.F.: No lo sé. Esa es una pregunta que me supera un poco. Yo lo que creo es que tiene que ser un poco más firme en política económica y saber por dónde va.

NT: Y Corbacho, ¿está suficientemente fuerte dentro del Ejecutivo para acometer lo que tiene por delante?

E.F.: Pues el problema es que cuando tú pones a dirigir la comisión que ha de pilotar la salida de la crisis a "los tecnócratas", salvo Pepe Blanco que tiene un perfil más político, es un poco preocupante. De una situación de crisis no se sale sólo con datos o con apuestas económicas sino con un análisis más global. Hay que combinar protección social, derechos de los trabajadores, situación económica, incentivos, reformas del sistema financiero, cambio de perspectivas del mercado laboral en algunos puntos...Es un todo. No vale solamente con que se sienten la vicepresidenta económica y el ministro de Industria y a partir de ahí se haga todo lo demás. Es igual que lo de la la Ley de Economía Sostenible. Podemos salir de la crisis con algunas de sus medidas pero las leyes no cambian la realidad productiva. Se cambia con decisiones políticas del Gobierno.

NT: ¿Que tal sentó que Zapatero presentara la propuesta de reforma laboral antes de que se reanudara el diálogo social?

E.F.: Le habíamos pedido que no lo hiciera. El miedo que teníamos era que si se anunciaba y la patronal vislumbraba alguna de las reivindicaciones que ha venido defendiendo, se rompiera la posibilidad de acuerdo en la negociación colectiva. Un escenario de bronca con la patronal por la negociación colectiva y el PP echando leña al fuego sería catastrófico para afrontar la salida de la crisis. O se articulan las medidas en torno al diálogo social, o no hay alternativa para salir de la crisis.

NT: Si no muerto, digamos que el diálogo social está con mala salud...

E.F.: Yo creo que está enfermo. No creo que sea un enfermo crónico sino que se está recuperando. Los datos que tenemos, la firma del acuerdo con la patronal y que se vayan a llevar a la mesa de negociación determinadas medidas -porque no es una reforma laboral sino que son ajustes de algunos aspectos del mercado de trabajo- son esperanzadores para el diálogo social. En CCOO confiamos plenamente en ello.

"Si Salgado adelgaza el sector público, avala la huelga general"