sábado. 20.04.2024

Año tras año, la Agencia Tributaria presenta unos resultados de sus planes contra el fraude aparentemente impecables: de un modo u otro siempre se cumple la recaudación esperada e incluso se superan las previsiones. ¿Significa esto que se está actuando bien? Por desgracia, no.

"Los objetivos y métodos tan poco ambiciosos son los que nos han llevado a la situación actual, con una tasa de economía sumergida superior al 23,3%"

Y es que este tipo de planes anuales de control tributario sufren un problema desde su mismo planteamiento: la excesiva prudencia. En lugar de apuntar alto se fijan unos objetivos de recaudación cuanto menos escasos, asegurándose así de alcanzarlos de manera holgada.

Por si fuera poco, su contenido se elabora siempre a partir de la experiencia de los planes previos, hasta el punto de parecer un simple 'corta y pega' del plan de año anterior.

Estos objetivos y métodos tan poco ambiciosos son los que nos han llevado a la situación actual, con una tasa de economía sumergida superior al 23,3%, que representa cerca de 245.000 millones de euros anuales. Es decir, que mientras la economía española se duplicó en el periodo comprendido entre 1980 y 2008, el fraude se cuadruplicó.

El motivo de esta falta de eficacia reside, bajo nuestro punto de vista, en un triple motivo: la inexistencia de estudios oficiales detallados de economía sumergida, la vigencia de una normativa que permite eludir legalmente el pago de impuestos y lo mal enfocada que se encuentra la lucha contra el fraude. Sólo cuando los planes de la Agencia Tributaria aborden estos asuntos podremos empezar a conseguir unos resultados verdaderamente buenos.

Contesta Carlos Cruzado, presidente de los Técnicos de Hacienda (GESTHA)

 

¿Qué funciona mal en los planes contra el fraude de la Agencia Tributaria?