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NUEVATRIBUNA.ES - 27.5.2009

Primero fue el nombramiento del número dos de Elena Salgado . El nuevo secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, uno de los firmantes del polémico Manifiesto de los 100 en el que se aboga por una reforma laboral, nunca ha ocultado que se siente cómodo con esa propuesta e incluso lo ha confesado públicamente con esas mismas palabras. Sus declaraciones han puesto en alerta a los sindicatos que, por si acaso, han advertido reiteradamente al Gobierno que no pasarán por ese aro.

Luego o, para ser más precisos, de forma paralela, el comisario europeo para Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, ha acompañado con su propia música a los cantos de sirena patrios. En varias ocasiones se ha posicionado a favor de la reforma laboral como cuando, el pasado día 10, dijo en una entrevista radiofónica que el mercado laboral español presenta "claroscuros", y añadió: "El mercado laboral tiene unos claros muy brillantes y unos oscuros muy claros". Almunia abogaba en estas declaraciones por resolver el problema de la alta temporalidad que caracteriza a la contratación en nuestro país.

Y este miércoles el secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, Carlos Ocaña, ha abierto el fuego en una entrevista en Radio Nacional, en la que ha asegurado que "convendría hacer una reforma del mercado laboral" ya que, según ha sostenido, "no podemos permitirnos una tasa de paro mucho mayor. Algo estaremos haciendo mal."

Ocaña ha asegurado que queda "poco margen para que el déficit del Estado siga creciendo" -las cifras de este miércoles indican que el déficit del Estado se sitúa en el 0,60% del PIB-, "aunque sí hay margen para nuevas medidas anticrisis del Gobierno", que busquen el ahorro en algunas partidas para destinarlos a "atender las prestaciones de desempleo".

Ocaña ha reconocido, además, que lejos de los "brotes verdes", "estamos todavía en el ojo del huracán, sufriendo una crisis muy importante" y ha augurado que "este año va a ser muy difícil". Y abundando en el tono pesimista, ha augurado que "los datos de desempleo aún no han tocado fondo, aún van a ir a peor, y ahí está el verdadero problema".

Poco después, ha sido la propia vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado , quien se ha mostrado partidaria de abordar una reforma laboral. Eso si, inmediatamente ha añadido que dicha reforma se tendría que acometer en el marco del diálogo social que mantiene el Gobierno con los interlocutores sociales y sin que incluya propuestas para abaratar el despido.

"Estamos de acuerdo en que el diálogo social pueda impulsar medidas que vayan en esta dirección", ha señalado Salgado durante una visita a la Agencia Tributaria de Madrid, donde ha asegurado que tanto los secretarios de Estado de su Departamento como ella misma han puesto de manifiesto en numerosas ocasiones la necesidad de romper la dualidad del mercado laboral español y su alta temporalidad.

Salgado ha explicado que esta última condición dificulta los procesos de formación en el mercado de trabajo y que, por tanto, tiene que reducirse si de verdad se quiere desarrollar un nuevo modelo económico en el que la formación y la capacitación de los trabajadores juegue un papel "más importante". Sin embargo, ha admitido que es "habitual por parte de algunos" comenzar hablando de la reforma del mercado de trabajo y terminar hablando de despido. Y ha dejado claro que "en esa dirección, como ha dicho el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, desde luego no vamos a estar".

"O UNA COSA O LA OTRA"

Las declaraciones de Ocaña y de Salgado han encendido las alarmas en las sedes sindicales. El secretario de Comunicación y portavoz de CCOO, Fernando Lezcano ha emplazado al Gobierno a que “aclare, de una vez por todas, si comparte o desautoriza opiniones como las citadas, porque no es la primera vez que cargos públicos o autoridades económicas de la administración socialista se descuelgan con este tipo de propuestas, poniendo en cuestión las solemnes declaraciones del propio presidente”.

El portavoz de CCOO considera que algo no funciona en la estructura de Gobierno, cuando su presidente hace un llamamiento a impulsar el diálogo social, sin la reforma laboral en el orden del día, mientras alguno de sus miembros sugiere justamente lo contrario. “O una cosa o la otra", advierte, y llama la atención sobre la vinculación que se hace entre el fuerte crecimiento del desempleo con la evolución del mercado de trabajo, lo que además de ser un despropósito, en su opinión, "está en línea con lo sugerido por la CEOE o el Partido Popular, viene a estimular el discurso ultraliberal, que está precisamente en el origen de la crisis económica y financiera internacional y que, en un ejercicio de manifiesta frivolidad, pareciera que tuviera que sacarnos de ella”.

Fernando Lezcano ha recordado que "lo hemos repetido en numerosas ocasiones: aquellos que lamentan la rigidez del actual mercado de trabajo deberían explicar a la ciudadanía y a los trabajadores qué es lo que ha permitido a los empresarios expulsar del mercado de trabajo en el último año a más de un millón de personas”. El portavoz de CCOO concluye que "el círculo de la crisis se cierra en nuestro país con un modelo de crecimiento que ha hecho aguas por los cuatro costados, y que con la misma celeridad con la que creó empleo de muy baja cualificación, lo destruye ahora masivamente”.

¿Ha entreabierto la puerta el Gobierno a la reforma laboral?