jueves. 28.03.2024

valeoTras más de cuatro meses de intensas movilizaciones, que Nuevatribuna ha informado con puntualidad, el 15 de octubre se firmó el “Preacuerdo sobre el futuro industrial de la planta de Valeo Martorelles” entre la empresa y los sindicatos, refrendado por la inmensa mayoría de la plantilla, y la larga lucha de estos trabajadores ha merecido la atención y la admiración del mundo sindical. Los contenidos del Acuerdo no deberían pasar desapercibidos, pues expresan que a la hora de afrontar la reconversión de un sector o una empresa, las iniciativas empresariales y sindicales pueden ir mucho más allá de los más o menos días de indemnización y del plan de recolocación  para los despedidos, que la mayoría veces no es más que un trámite y un simulacro de lo que debería ser un verdadero plan de acompañamiento, formación, reciclaje y búsqueda de empleo.

El Acuerdo de Valeo, suscrito por CC.OO y UGT, responde a una concepción de sindicalismo confederal que aspira a responder, tanto a los intereses de las personas de la empresa  afectada, como a las repercusiones sociales, económicas e industriales que causan la decisión de la empresa sobre la que se quiere intervenir, en este caso el traslado o cierre de la producción. Esta es una de las diferencias con el sindicalismo corporativo, que a veces aparenta incluso ser más radical, pero que siempre es más fácil y cómodo para las empresas por el tipo de reivindicaciones e intereses. También hay que resaltar que el Acuerdo responde a una multinacional que en su política demuestra que posee la concepción y la experiencia de los Planes Sociales en Francia, donde el término Plan Social abarca algo más que las exigencias de nuestra Reforma Laboral, que lamentablemente no contempla la más mínima validación por la Administración de su contenido. 

La Reforma Laboral ha restado estímulos para la negociación y para la promoción de otras formas que no sean el despido “puro y duro”

El Acuerdo, junto a los plazos graduales de traslado y cierre de instalaciones, fija las condiciones de las bajas incentivadas, las jubilaciones anticipadas y tiene un potente Plan de recolocación que contempla el traslado a Zaragoza o la recolocación en otras plantas de Valeo o en otras empresas. En su contenido es de resaltar el compromiso de la multinacional de invertir recursos  para promover y gestionar la reindustrialización de la planta que se cierra, atraer nuevas inversiones y puestos de trabajo para paliar los efectos económicos,  sociales y de empleo que provoca su decisión.      

El Acuerdo de Valeo no es único, pero si en nuestras relaciones laborales e industriales es minoritario, lo que invita a preguntarse por las razones que explican que sean tan escasas las experiencias de innovación cuando se habla de gestión de las personas en las empresas en nuestro país. Preguntarse los porqués de que la gestión de la flexibilidad y la adaptación de los recursos casi siempre sean tan lineales, rígidas y duras, que en la mayoría de los casos no van más allá de una interpretación estrecha de la ley, que hace que el despido “puro y duro” sea  la norma más común.

La Reforma Laboral ha restado estímulos para la negociación y para la promoción de otras formas que no sean el despido “puro y duro”. Ha desmotivado el estudio de nuevas opciones que incorporen herramientas de diálogo para anticipar acontecimientos de cambios en las empresas y que permitan actuar sobre la vida profesional y las opciones de futuro de los trabajadores en sus actuales  puestos de trabajo porque la forma de adaptarnos a estos cambios en la mayoría de las ocasiones son el despido y la contratación eventual, ósea, la flexibilidad externa.

Ya que gestionar las relaciones laborales es también anticiparse a los tiempos y al cambio de forma suave, constructiva, proactiva, con respeto a las personas, invirtiendo tiempo y recursos para construir otras alternativas y no abusar del desequilibrio que hoy facilita la crisis y la  Reforma Laboral con un despido rápido, rápido y barato.

Por esto es bueno relacionar, junto a la ejemplar movilización sindical en Valeo, subrayar también su resultado que es el Acuerdo. Porque es un buen ejemplo, de sindicalismo confederal y también de gestión empresarial que va más allá del error de entender que aplicando los días de indemnización por despido que marca la ley, la empresa ya ha cumplido con sus trabajadores y con la sociedad. Por esto, a pesar de la dureza de este conflicto, es un buen ejemplo de unas relaciones industriales maduras y propias de un país europeo. Como equiparables a esos países es el alto nivel de afiliación sindical de los trabajadores y trabajadoras de esta empresa.

Valeo Martorelles, un ejemplo sindical también en el acuerdo