viernes. 29.03.2024

Recientemente la Comisión Europea avisaba de que encontrar trabajo en España no es una garantía suficiente para salir de la pobreza debido a la elevada proporción de contratos temporales o a tiempo parcial.

España se sitúa a la cabeza de los países con mayor proporción de población en riesgo de exclusión social, habiendo aumentado esta del 23,3% en 2007 al 28,2% en 2012, debido sobre todo al aumento del paro, según el Informe anual sobre la evolución del empleo y la situación social en Europa, publicado este martes pasado por el Ejecutivo comunitario.

La apuesta que está haciendo el ejecutivo del Partido Popular por precarizar y desregularizar el mercado de trabajo está pasando una grave factura a la ciudadanía española: sólo el 35% de los españoles entre 18 y 59 años que se encuentran en riesgo de pobreza logra salir de la pobreza cuando encuentra un trabajo (el 65% continúan siendo pobres); un porcentaje similar al que se registra en Grecia. Únicamente Rumanía y Bulgaria ofrecen cifras inferiores. Si ya es difícil tener trabajo en nuestro país -con un 26% de tasa de paro-, sabemos ahora que esto no es garantía para abandonar la pobreza, sino que hoy por hoy en España es posible acceder a un empleo que te estanque en un estatus al que debería llamarse “miseria laboral”, del que desafortunadamente va a ser prácticamente imposible salir en tanto no cambie de forma radical el mercado de trabajo y se incrementen -a partes iguales- derechos laborales y salarios, dos factores con los que ha arrasado el Gobierno del Partido Popular y sus reformas legales.

De hecho, no nos debe quedar duda de que el Ejecutivo, que comenzaba el año enfrascado en la campaña de “venta de éxitos” (léase campaña electoral), apuesta por un futuro para nuestro país donde la recuperación económica -cuando llegue (y si llega)- pille a todas y a todos los trabajadores del país en un estado de precariedad y falta de derechos, de desequilibrio ante el poder empresarial, que haga que en la práctica la tan cacareada “recuperación” pueda pasar de largo por las clases trabajadoras. En efecto, el pasado 20 de diciembre (con premeditación, falta de diálogo y festividad) el Gobierno aprobaba el Real Decreto-Ley 16/2013 de “Medidas para favorecer la contratación estable y mejorar la empleabilidad de los trabajadores”, en el que se da una nueva vuelta de tuerca a la ya de por si nefasta Reforma Laboral. Ahora el Ejecutivo flexibiliza (desregula) por completo el contrato a tiempo parcial, permite que las ETT formalicen contratos de prácticas, prorroga la posibilidad de que los contratos formativos no estén ligados a ninguna formación reglada, y fortalece la posición de las empresas en la gestión de las bajas por incapacidad temporal.

El nuevo contrato a tiempo parcial pasa a ser la estrella y el “estímulo” con el que el Gobierno pretende hacer que las empresas creen empleo. Sin embargo, las condiciones de este contrato dibujan un panorama del empleo que en muy poco se aproxima a la recuperación de la que alardea estos días Rajoy y sí se asemeja más a la precariedad, el subempleo y la miseria. Las empresas podrán disponer de los trabajadores con plena libertad. No se podrán hacer horas extraordinarias, pero estas se sustituyen por las llamadas horas complementarias, que podrán ser "voluntarias" y sin preaviso mínimo, lo que quiere decir que un empresario puede requerir a un trabajador el mismo día para que se quede en su puesto de trabajo durante más horas, pudiendo llegar a una jornada de hasta el 90% de una jornada laboral ordinaria a tiempo completo (pese a estar contratado oficialmente para un número de horas parciales). Esto último “legaliza” un tipo de fraude en la contratación que ya existía en nuestro país: contratos a tiempo parcial donde se realizan jornadas completas. Por si había duda sobre el “estímulo” al fraude que incluye el RDL desde el Ministerio señalan que “se reforzará la inspección de trabajo para evitar el fraude con este tipo de contratos”, excusatio non petita...

Todo se vuelve parcial al mismo ritmo que las garantías laborales o la calidad de vida de los trabajadores y trabajadoras. El contrato de emprendedores (estrella de la reforma laboral), con un año de prueba, despido libre y fuertemente bonificado, podrá registrarse ahora también a tiempo parcial y con disponibilidad absoluta del trabajador para la empresa.

En el mismo RDL el Ejecutivo ha respondido además a otra gran ambición de la patronal, que es la de controlar el absentismo, es decir, las bajas por incapacidad temporal, a través de la introducción de cambios que fortalecen a las mutuas (organizaciones que forman parte de la patronal). Como hasta ahora, las mutuas podrán proponer el alta del trabajador al sistema público de salud. Pero con el modelo actual el médico tenía quince días para responder (ahora pasan a cinco) y, si no lo hacía, se entendía que la propuesta de alta se rechazaba. Ahora el silencio pasa a ser positivo (es decir, sin respuesta del médico se da el alta). El breve plazo concedido al médico da idea del nulo tratamiento y garantías médicas que tendrán a partir de ahora las bajas laborales y, por ende, las trabajadoras y trabajadores enfermos. Quedan a expensas del poder y la autoridad de la Mutua.

Bruselas avisa de los riesgos que la política de Rajoy tiene para el país y para sus trabajadores y trabajadoras. Y muchos dirán ¿pero estos no son los que “fuerzan” a Rajoy a recortar? No, las políticas dentro de cada país las marca cada gobierno soberano. Recordemos que las recomendaciones de la Troika (voces del BCE) surgen a raíz de la crisis financiera y de deuda dirigiéndose a países rescatados o, como España, con rescate bancario. El que no lo distinga bien que piense un momento: ¿Qué es Europa? Una unión monetaria en torno al Euro. Nada más. Y a eso se dedica el BCE, a proteger el Euro. El resto son historias que cuentan los gobernantes de cada país para justificar, como Rajoy, opciones políticas profundamente neoliberales e incluso, como el RDL 16/2013, contrarias a la ciudadanía y, sobre todo, a las clases trabajadoras de nuestro país. Porque eso es lo que tiene el Gobierno de España: ideología en contra de las clases trabajadoras de nuestro país. Que no nos engañen.

Declaraciones del Comisario de Empleo László Andor sobre la pobreza en España:

"Desafortunadamente, no podemos decir que tener un trabajo equivale necesariamente a un estándar de vida decente" -ha dicho el Comisario de Empleo, László Andor, en rueda de prensa-. “De hecho, el 12% de los trabajadores españoles viven en situación de pobreza, un porcentaje que sólo superan Grecia y Rumanía. Incluso si el paro se reduce gradualmente, como se prevé, esto podría no ser suficiente para revertir el crecimiento de la pobreza, especialmente si la polarización salarial continúa sobre todo por el aumento del empleo a tiempo parcial" -ha subrayado Andor-. "Debemos crear empleo, pero de calidad, para lograr una recuperación sostenible que no tenga sólo como efecto combatir el paro sino igualmente reducir la pobreza" -ha insistido el Comisario de Empleo-.

Según el Informe anual sobre la evolución del empleo y la situación social en Europa, el 35% de los hogares españoles en riesgo de pobreza no reciben una cobertura adecuada de prestaciones sociales, un porcentaje que supera la media comunitaria (30%). Además, el 15% de los hogares españoles en riesgo de pobreza dependen para sobrevivir de la pensión de los abuelos, una de las tasas más altas de la UE junto con Chipre, Grecia, Bulgaria, Letonia y Polonia.


Por Carmen Barrera Chamorro | Secretaria de Acción Sindical Federación de Servicios Públicos de UGT

Salir de la crisis sin clase media, solo pobres