viernes. 19.04.2024

Si los datos de este mes de junio no han causado sorpresa por estar en los parámetros esperados, lo que sí nos resulta sorprendente es la reacción de Rajoy y del Gobierno. El análisis del empleo hay necesariamente que hacerlo no solo sobre la evolución del paro, como lo han hecho, sino sobre la relación del paro con la afiliación.

Decir exclusivamente, como se ha dicho, que el paro ha realizado la mayor bajada de la serie histórica, sin añadir a continuación que se han creado 4.480 empleos menos en junio de 2013 que en el mismo mes del año pasado, es manipular. Si ha disminuido el paro registrado en 127.248, pero solamente ha aumentado la afiliación en 26.853, ¿dónde han ido a parar los 100.395 parados de diferencia?

Esta pregunta admite varias respuestas. La primera vendría de la cocina de los Servicios Públicos de Empleo, pero estos no reconocerán nunca que manipulan las estadísticas. Yo personalmente lo he comprobado y denunciado. He visto cómo a parados menores de 30 años se les ponía durante meses un código indicando que estaban en un proceso de orientación (en realidad era una única cita) y se engañaba al SEPE diciendo que estaban asistiendo a cursos de formación con lo que muchos de ellos no computaban al paro registrado.

El número total de demandantes inscritos ha disminuido en 28.060 personas, cinco veces menos que el paro registrado. El número de demandantes ocupados ha aumentado en 66.183 personas, 2,5 veces más que lo que ha aumentado la afiliación. Los “otros demandantes no ocupados” aumentan en 34.535 personas. Qué raro es esto que el aumento de demandantes ocupados casi triplique al de afiliados; que crezca el número de otros demandantes no ocupados y solamente baje el de parados registrados. Suena a baile de códigos.

Existe una tendencia a analizar el empleo solamente en función de la variación del paro y no mirar la afiliación. Todos los meses vemos grandes titulares con las cifras del paro registrado y casi nunca con la valoración de la afiliación. Por regla general, las personas que trabajan están afiliadas. Sin embargo sabemos que hay casi un millón doscientos mil parados que no están inscritos. La EPA es quien define los parados y ocupados que existen de acuerdo con metodologías y definiciones avaladas internacionalmente tanto por la Unión Europea como por la OIT.

En el primer trimestre había 16.170.487 afiliados frente a 16.634.700 ocupados que daba la EPA, una diferencia del 3% muy localizada pues no se computan en la afiliación los funcionarios de MUFACE. Sin embargo la variación del paro registrado con el paro EPA era del 19%. La razón es obvia: la afiliación es obligatoria, de momento, mientras que la inscripción en los Servicios Públicos de Empleo lo es para solamente para los que perciben prestaciones y estos suponen solamente uno de cada tres parados.

Los datos suenan a cocina y a manipulación estadística. Por lo menos que no se vanaglorien de ello. Cuando se oculta un mal dato, y el dato de afiliación de junio no es bueno, que por lo menos no se diga que el contrario, la bajada del paro, es el mejor de la serie histórica. Se les ha ido la mano en las especias, quizá para eliminar el olor a podrido.

Por cada afiliado más hay cinco parados menos y el Gobierno se felicita por ello