miércoles. 24.04.2024
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Elisabeth Morin-Chartier, eurodiputada francesa del grupo del Partido Popular Europeo, aseguró recientemente que "cuando la crisis comenzó, los primeros afectados fueron los hombres, pero ahora son las mujeres las que sufren una crisis silenciosa que empeora sus condiciones".

Cáritas ha detectado cómo en los últimos dos años aumentan los casos de mujeres y jóvenes que se ven abocadas a vivir en la calle, llegándose a duplicar y triplicar su presencia en los albergues. Según confirman las asociaciones que trabajan día a día con familias que están al borde de perder sus casas, son las mujeres las que, en los procesos de desahucios, suelen dar la cara. Y son, además, debido a la discriminación sufrida en general por ser mujeres, las que llegan a situaciones más dramáticas.

“De hecho, históricamente, en momentos de escasez hay muchas evidencias de hombres abandonando el núcleo familiar, pero no las mujeres, que son el propio núcleo, opina la catedrática Lina Gálvez, directora del Máster Universitario en Género e Igualdad de la Universidad Pablo de Olavide

Se calcula que más de medio millón de mujeres se encuentran al borde de la exclusión social en España.

Las pensiones de las mujeres son un 40% inferiores a la de los hombres, según un estudio de IESE y Vida Caixa, ya que tienen el promedio de años cotizados más bajos de Europa. Frente a la media masculina de 43,4 años, las españolas sólo han trabajado de manera remunerada un promedio de 12,8 años.

Todo esto hace que frente a los 1.067 euros de pensión media masculina, la femenina sea de 659 euros.

Por si esto no fuese suficiente el informe añade que las mujeres corren un mayor riesgo de acabar como dependientes e, incluso, caer en la pobreza, ya que frente al 65% de hombres, entre 65 y 74 años, que sufre alguna enfermedad o problema de salud crónico, hay un 71% de mujeres.

Un presente y un futuro muy poco prometedor

Ser pobre en España es lo equivalente a vivir con 700 euros, según Eurostat, la oficina de estadística de la Comisión Europea. Pero el Ministerio de Empleo y Seguridad Social afirma que la cuantía media de la pensión de viudedad se sitúa en 578 euros mensuales.

Como pueden ver las estadísticas no coindicen pero si sacamos la media podemos decir que una viuda cobra de media unos 600 euros y en España hay 2´3 millones de mujeres en esa situación.

Aún más angustiosa es la situación de 377.000 viudas mayores que no reciben ningún tipo de retribución porque sus maridos no cotizaron a la Seguridad Social el mínimo  que exige la ley. Con esas edades, les cuesta hacerse un hueco en el mercado laboral y acaban viviendo de la ayuda familiar o de caridad.

Y es que la edad hoy en día no perdona. No hay que olvidar que el número de parados mayores de 50 años se ha cuadruplicado  desde el comienzo de la crisis tanto para hombres como para mujeres.

En 2013 se alcanzó la cantidad de 1.166.000 parados mayores de 50 años. Pero el drama llega cuando se acaban las prestaciones y las ofertas de trabajo son nulas.

La situación es desesperante porque ni siquiera  pueden plantearse ir a trabajar a otro país y no sienten fuerzas para ser “emprendedores”, absurdo termino que se ha puesto de moda y que no es nada más ni nada más que trabajar por su cuenta.

“La Plataforma de Mujeres Desahuciadas” de San Sebastián de los Reyes (Madrid) ha dado visibilidad a la situación en la que viven mujeres que están solas con sus hijos ya que han sufrido una separación tras haber sido maltratadas y que además no han podido pagar su hipoteca al no tener a penas ingresos.

En plena cascada de recortes, el Gobierno de Rajoy aplazó el pasado septiembre la mejora de las pensiones de viudedad, cuya implantación progresiva debía producirse en un plazo de ocho años a contar desde principios de 2012.

Pero hay algo peor que ser mujer, parada y sin casa. Ser además inmigrante y sino recordemos a la congoleña  Samba Martine.

La muerte de esta mujer, internada en el Centro de Internamiento para Extranjeros de Madrid, se podría haber evitado. Así lo estableció la Audiencia Provincial de Madrid. Samba Martine tenía una criptococosis derivada del sida que padecía, pero no se lo diagnosticaron en ninguna de las diez consultas que se le realizaron por petición de ella en el CIE, donde pasó 38 días hasta su muerte. De hecho, tan solo en una consulta hubo traductor.  

Dando un paso más, un documento de la patronal de empresarios CEOE, solicitaba el pasado agosto que se limiten las pensiones de viudedad a personas sin recursos: “Los cambios sociales y económicos de los últimos tiempos, hacen necesario reflexionar y adecuar algunas prestaciones”.

¡Todo un gesto de solidaridad el de los empresarios! Quizás no hayan caído éstos señores en pensar que el 80% de los trabajos no remunerados (cuidado de enfermos, de los niños, de los ancianos, voluntariado etc.) lo hacen las mujeres.

Claro que a ellos cuando son viejecitos les cuidan los inmigrantes sudamericanos...

Mujeres inexistentes