martes. 16.04.2024
26/02/2014
Madrid, España
El Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy durante su intervención en el Debate sobre el Estado de la Nación celebrado en el congreso de los Diputados.
Fotografía: Diego Crespo / Moncloa
Presidencia del Gobierno
Foto: La Moncloa

El Gobierno no tiene en cuenta los problemas de las personas, sino que ejerce la misma política antisocial de estos dos años

Las medidas presentadas por el presidente del Gobierno en el debate sobre el estado de la Nación, relativas a trabajadores y empresas, alguna de las cuales se aprobarán en Consejo de Ministros de este viernes, son fuegos de artificio en medio de la crisis. Medidas de cálculo efectistas con poco contenido real, de escasa eficacia para los trabajadores y con gran probabilidad de incendiar de frustración a la poca ciudadanía de nuestro país que aún cree en sus políticas.

El Gobierno no tiene en cuenta los problemas de las personas, sino que ejerce la misma política antisocial de estos dos años. Con estas medidas trata de lavar su imagen ante las próximas elecciones, tan astillada por promesas incumplidas y políticas regresivas.

Y es que su incongruencia no deja de sorprendernos. En lugar de retirar su medida estrella, una reforma laboral que fomenta la precariedad y la temporalidad en el empleo, el Ejecutivo presenta ahora una “tarifa plana” de cotización de 100 euros para todos los contratos indefinidos, cuando sabe sobradamente por experiencia (porque así está pasando con el contrato de emprendedores) que las desgravaciones y reducciones en materia de contratación suponen un elevadísimo coste en relación al escaso incentivo a dicha contratación que traen consigo. Y, sobre todo, porque las empresas contratan si tienen necesidades productivas que lo justifiquen, pero si no hay producción, porque la economía está estancada, por muy atractiva que se haga la contratación, las empresas no van a hacerlo. Además, es una medida con un elevado coste sobre las arcas de la Seguridad Social.

El Gobierno presenta también la exención del IRPF para todos los que ganen menos de 12.000 euros, una medida tremendamente demagógica, ya que muchos de los contribuyentes supuestamente beneficiados ya no tienen que pagar este impuesto; y que no soluciona ninguno de los problemas de nuestro sistema fiscal, ya que lo verdaderamente necesario es una reforma integral del sistema con el fin de recaudar más reduciendo el fraude y haciendo que paguen más los que más renta tienen.

Medidas que no nos sacarán de la crisis actual, sino que nos hundirán más en el pozo del estancamiento económico bajo el lema del “no hay alternativa”. Pero sí hay alternativa, como la que le hemos hecho llegar en el documento “Hacia un nuevo modelo económico y social en España”, con propuestas en torno a seis ejes para hacer a nuestra economía más competitiva, con la mejora de la productividad y el valor añadido, empleo de calidad, un mejor Estado de Bienestar y el aumento de la transparencia y participación en nuestro sistema democrático. Una alternativa que pone el acento en el empleo y las personas, en lugar de en la banca y los mercados, y que apuntala, con bases sólidas y sostenibles, la salida de la crisis.

Fuegos de artificio que no responden a los problemas de las personas