jueves. 18.04.2024
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Encontramos pocos libros de investigación o ensayo relacionados con las condiciones de trabajo en los distintos sectores productivos y oficios en las estanterías de las librerías. En comparación con la generosa cantidad de trabajos y estudios que se generan en la mayoría de países europeos, en nuestro país se estudia muy poco el mundo del trabajo. Quizás podríamos encontrar la razón en el escaso valor que nuestra sociedad da al trabajo, prácticamente desaparecido de nuestra cultura, sea cine, teatro, música o literatura, donde los protagonistas suelen ser profesionales liberales, periodistas, profesores,  altos ejecutivos o empresarios, y donde muy pocas veces las historias giran en torna a la vida de la mayoría de la sociedad, reflejando la realidad de las condiciones de trabajo en un oficina, una fábrica o un hotel.

Por esto, es casi un acontecimiento la reciente publicación del libro “Las que limpian los hoteles” de la editorial Icaria sobre las condiciones de trabajo de las camareras de pisos que limpian los hoteles, escrito por el investigador Ernest Cañada con la colaboración de las federaciones del sector de servicios de CCOO y UGT, presentado en Barcelona y en Madrid  los días 5 y 6 de noviembre, y donde se describe la dura realidad del trabajo de las casi 100.000 trabajadoras encargadas de la limpieza de las habitaciones de los hoteles.

El libro ha dado la voz a decenas de trabajadores limpiadoras de piso de hoteles de todas las zonas turísticas y grandes ciudades españolas que explican sus condiciones trabajo y las enfermedades musculares y óseas con que suelen acabar. Se ha convertido en una herramienta eficaz para reforzar la campaña mundial por la dignificación y la mejora de las condiciones de trabajo y de vida de las centenares de miles de mujeres “limpiadoras de piso” que hay en el mundo.

limpiadorasDolores, Angelina, Isabel, Soledad, María, Lola, Eulalia, Antonia, Esther, Melani y así hasta treinta mujeres trabajadoras en hoteles de Baleares, Costa Brava, Valencia, Costa del Sol, Extremadura, Barcelona, Madrid, Galicia que dicen: “ Estamos hechas polvo, seguimos trabajando a fuerza de pastillas”; “Vamos sobrecargadas, llevamos un trabajo enorme y el cuerpo pasa factura”; “vamos reventadas”; “Donde se necesitan 20 camareras solo hay 14 o 15” “A mí me han robado la salud y como a mí a todas mis compañeras”, “Siento que no tengo tiempo para hacer el trabajo bien, después de tantísimos años no te sientes profesional”,  “te hacen un contrato de un año y luego te echan a la calle, porque si no te tiene que hacer fija”, “Recibimos un burofax diciendo que habíamos sido externalizadas. Desde entonces vivimos en la incertidumbre”, “El hotel fue prescindiendo de las supervisoras porque cogían a estudiantes de turismo en prácticas”, “No sabes cuándo vas a trabajar hasta el día antes, tienes que estar siempre disponible”, “La externalización ha sido un desastre” "casi ninguna de nosotras llega  trabajando a la edad de la jubilación".

Dicen que los bajos salarios, las lumbalgias, las ciáticas y los dolores de espalda, la falta de pausas, de descansos y de criterios ergonómicos en el mobiliario de las habitaciones, quedan tapados por las estrellas de los lujosos hoteles. Facilitada por la última Reforma Laboral, cuentan la infernal tendencia de que los hoteles externalicen el servicio con Empresas de Servicios Integrales, que aplican el salario de un convenio propio pues les permite pagar salarios por debajo del convenio del sector, y fraccionar un contrato en dos para mejorar la productividad, como si de una carrera de relevos se tratara, entendiendo que en un trabajo duro como éste, producen más dos empleadas de cuatro horas, que una de ocho horas. Nos han contado que muchos hoteles pagan 0,90 euros por habitación, un euro por habitación doble y 1,25 euros por suite.

Aunque iniciada hace pocos meses, esta campaña sindical global y mundial está teniendo ya efectos positivos, porque está permitiendo dar conocer a las instituciones públicas, a las fuerzas políticas y al conjunto de la sociedad la necesidad dignificar una de las figuras profesionales más decisivas para garantizar el buen servicio al cliente en un hotel, como es la limpieza de las habitaciones. Está motivando el activismo de centenares de militantes sindicales para promover la afiliación sindical como mejor garantía para la defensa de los derechos, impulsando la creación de redes sociales  y la innovación en formas de comunicación entre las camareras de pisos de los distintos hoteles y de diferentes países para difundir sus experiencias y apoyarse. Nuevas formas que están significando una verdadera innovación en las formas coordinación sindical que acabarán, sin duda, siendo un ejemplo del sindicalismo en red, a imitar por otros muchos otros sectores de la producción.

Esta es una lucha justa que merece el compromiso también de los clientes. Por esto, apoyando a esta campaña sindical, sería muy útil y positivo que los huéspedes de los hoteles, cuando leemos las hermosas palabras de la publicidad formando grandes frases referidas a la sostenibilidad, los valores de la responsabilidad social y empresarial, además del saludo y una sonrisa de reconocimiento de la dureza del trabajo de las camareras de piso, convendría interesarse por las condiciones de trabajo y si responden a contratos precarios y de explotación, para en el caso de que así sea, hacerlo constar en ese generoso libro de sugerencias o esas encuestas de satisfacción que tienen la mayoría de los hoteles. Porque no habrá turismo responsable y de calidad sin trabajo de calidad de sus trabajadores y trabajadoras.

“Las que limpian los hoteles” han empezado una larga e inteligente lucha que merecen el total apoyo del sindicalismo nacional e internacional. Ellas son las auténticas estrellas de los hoteles y así lo demuestra el brillo de su lucha.

Las camareras de piso, auténticas estrellas de los hoteles