viernes. 19.04.2024
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Son el colectivo de menor representatividad cuando se compara con otros colectivos (extranjeros, mujeres, mayores de 45 años) y el único que presenta datos de decrecimiento interanual

En los últimos diez años, España ha perdido el 38,4% de sus autónomos menores de 30 años. Según los datos del Ministerio de Trabajo, en el segundo trimestre de 2018 había 266.800 autónomos de entre 16 y 30 años, mientras en el mismo período de 2008 la cifra ascendía a 433.320. Es decir, en una década se han perdido 166.520 autónomos jóvenes, a una media de 16.650 al año. 

Actualmente, el colectivo joven representa apenas un 13,3% de los autónomos personas físicas, mientras que en 2008 representaba un 19,50%. De hecho, según el Informe del mercado de Trabajo de los Jóvenes, realizado por el SEPE, el colectivo de jóvenes en el trabajo autónomo es el de menor representatividad cuando se compara con otros colectivos. Además, es el único que presenta signos de decrecimiento en términos interanuales:

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El paro juvenil en España se sitúa actualmente en 522.000 personas y aumentó en septiembre en 22.765 jóvenes. Una tasa del 30% que duplica la media de la Unión Europea y que, para algunos, debería hacer crecer la tasa de emprendimiento juvenil.

Para la Unión de Autónomos UATAE, las principales causas de esta coyuntura son: motivos económicos (falta de la financiación inicial para emprender un proyecto), la falta de protección (paro, baja por enfermedad o maternidad/paternidad), tener que responder ante la actividad con los propios bienes o que la motivación principal no sea querer hacer una propuesta de valor, sino la incapacidad de encontrar un trabajo por cuenta ajena o hacerlo en condiciones muy precarias. La mayor tasa de pluriactividad en los autónomos (del 10%), precisamente, se encuentra en la población joven: trabajadores que compatibilizan el trabajo por cuenta ajena con un trabajo por cuenta propia, ante la falta de ingresos suficientes por una u otra actividad.

Además, las nuevas afiliaciones de jóvenes al RETA no ha conseguido eliminar la brecha de género en el trabajo autónomo, que replica también la desigualdad de género que encontramos en el conjunto: Un 63,3% son hombres, mientras solo el 36,8% son mujeres. 

UATAE destaca que mientras los autónomos extranjeros ven oportunidades de negocio en nuestro país (los datos apuntan que 1 de cada 10 autónomos en España es inmigrante), los jóvenes españoles están subempleados en España, y ante la falta de facilidades en el trabajo por cuenta propia, deciden trasladarse al extranjero. Es allí donde muchos y muchas acaban detectando oportunidades de negocio viables, y donde finalmente deciden emprender.

Para María José Landaburu, “no es cierto que en España los jóvenes no tengan espíritu emprendedor, que no tengan buenas ideas de negocio o que no quieran trabajar, igual que no es cierto que las mujeres sean per se menos emprendedoras que los hombres ”. El gran problema de los últimos años -denuncia Landaburu- es “que políticamente se ha enfocado el emprendimiento desde la perspectiva de una alternativa laboral ante la falta de empleo asalariado, pero sin fomentar ni mejorar la protección social y los problemas reales de la juventud a la hora de emprender. Recuerda que “la tarifa plana no ha dado los resultados que debería haber dado” y reclama consenso para trazar “una estrategia de emprendimiento juvenil para la próxima década”.

16.650 autónomos jóvenes menos cada año desde 2008